- Así que tú eres la famosa __(T/n). - susurró volviendo a observarme de pies a cabeza.
-Así que has oído hablar de mi.... - respondí cruzándome de brazos.
-Si, Carlisle me contó un poco, ya que para Edward creo que no existes.... - susurró con una sonrisa entre dientes.
-Efectivamente, como iba a existir si lo abandoné cuando empezaba algo con él. - comenté ahora con una pequeña risa entre mis labios.
-¿Como dices?..... - se levantó sobresaltada del sofá. - ¿Tu y él? lo dudo.
-Bueno, no te han contado entonces nada sobre mi.... - respondí.
-Se lo necesario creo yo, una chica con diferentes linajes, uhmmm creo que me dijeron algo así como "un monstruo o abominación". - susurró. - ¿Qué prefieres que te diga?
Si ella volvía a decir algo realmente no iba a hacerme cargo de lo que suceda, entendían porque a Rosalie no le caía nada bien Bella, era como ella decía "una perr..", ignore sus palabras por unos segundos.
-Monstruo... ese término me encanta. Por qué lo soy, puedo destruir las entrañas de alguien sin siquiera tocarlo. - murmuré.
- ¿Qué rayos haces?... - se escuchó una voz que entraba en la casa y se colocó cerca de Bella,
-Yo nada.... - comenté.
-Creo que me amenazó... - sugirió la castaña mientras se aferraba al brazo de Edward.
-¿Cómo?.... - murmuró Edward para girar y verme con una cara de enfado y luego girar a Bella. - Sal de la casa y sube a mi coche, iré enseguida.
La humana solo atinó a asentir y dedicarme una sonrisa sarcástica, nunca había odiado a alguna mujer o algo, pero definitivamente esa chica no era de fiarse, era una manipuladora al extremo y con cosas así, no iba a soportarla muy bien.
-Amenazar a una humana, es ese ahora tu comportamiento.... - respondió Edward.
-Cree lo que quieras Edward. Pero estas advertido, la próxima palabra "monstruo", haré que se haga honor a eso y con gusto te mostraré porque lo soy. - respondí para girar y empezar a subir las escaleras.
Edward en cuestión de segundos subió hasta la escalera esperándome en la parte de arriba, su rostro estaba molesto e inquieto, aunque prácticamente podría haber una teoría de que quería matarme también.
-No me amenaces...-susurró él acercándose a mí.
-No me amenaces tú, he tolerado bastante tiempo tu actitud, pero te dije que no iba a soportar unas cosas. - murmuré.
-Tú no eres mi familia.... Así que me importa poco eso. - respondió.
-Tú lo has dicho, no lo soy, por lo que no dudare en hacerte daño, si consigues fastidiarme. - le dedique un guiño.
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