||No siempre me vas a proteger||T2

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Un pequeño rayo de sol se acercó por la ventana frente a mi cama, la cual fue suficiente para poder despertarme y darme cuenta que apenas estaba amaneciendo, Adrianne no estaba a mi lado, pero por aquel aroma imagine estaría cocinando. Había dos lobos hambrientos en casa que necesitaban de un desayuno y pronto, antes de decir algo más, la puerta de mi habitación se abrió lentamente para dejar ver el rostro de Bastián en ella.

-Buenos días .....- musitó ingresando mientras se acercaba a mí.

Extendí una de mis manos hacía él, la cual tomó con cuidado y depositó un beso sobre esta y lo jalé lentamente para dejar un beso sobre la comisura de sus labios con una sonrisa.

-Buenos días, ¿Qué tal tu noche?, ¿Qué dice la luna?.- comenté.

-Bien y la luna dice que estás más hermosa que ella. - me dedicó una sonrisa para sentarse al borde de mi cama. – Ethan ya está desayunando, Elena vino temprano, quiere verte.

-Eso es algo de todos los días. - continué mientras me levanté de la cama estirando un poco mis brazos.

-Si, pero la sentí algo apurada, no lose. - me informó, mientras volvió a levantarse. - Hoy te voy a acompañar, así que paso a darme una ducha, me visto y vamos.

-¿Ya desayunaste?.- añadí.

-Si, fue inevitable. – me dedicó un guiño para dejar un beso en mi frente y desaparecer de mi cuarto.

Era mi turno de alistarme, preferible una ropa deportiva, ya que hoy tenía entrenamiento con Ethan y Bastián, así que debía estar lo más cómoda posible, no quería dañar algún pantalón en una de esas piruetas que Ethan me enseño. Busqué un conjunto oscuro y me vestí, para luego peinar mi cabello y bajar hasta la sala, donde el aroma era cada vez más envolvente. Por todo ese olor, se trataba de huevos y tocino, sin contar un café y el aroma de las tostadas que ella sabía hacer.

Cuando me vio se acercó para darme un abrazo y ayudarme a sentar, tenía ya un plato servido para mí, a ello le agregó un vaso de jugo de durazno, uno de mis favoritos también. Aún tenía tiempo en lo que Bastián se alistaba, además de que Ethan aún seguía en la casa, ya que pude verlo comiendo aún frente a la sala. Quizás iba a esperarnos para ir todos juntos con Elena.

Así pasaron los minutos, para luego ver como Ethan se acercaba hasta donde yo estaba.

-Bueno, ahora si vamos. - murmuró.

Asentí a sus palabras, para levantarme y recibir lo que eran algunos tuppers de desayuno, según Adrianne había preparado de más y quería que se lo llevé a Elena, por si aún no desayunaba. Un gesto bastante amable de mi mejor amiga, ya que siempre en ese sentido fue muy generosa, asentí a llevarlo, pero Bastián me ayudó. Nos despedimos de Adrianne y nos encaminamos nuevamente en dirección a la casa de Elena, quien al parecer había quitado ya el campo para ingresar a su casa, por lo que esperaba nuestra visita en estos momentos.

Bastián le entregó el desayuno, quien agradeció y comentó que le habíamos quitado la idea de preparar, por lo que estaba tranquila con ello. Bastián junto a Ethan desaparecieron, una señal de que ambos iban a entrenar juntos por ahora, hasta que más tarde me les una a ellos. En la cocina solo quedamos Elena y yo, quien empezó a desayunar y empezando nuestra pequeña platica matutina.

-¿Sientes que vas mejorando?.- me preguntó.

-No soy la misma que llegó aquí Elena, mi magia creció de forma increíble, diría que hasta me desconozco, antes estoy segura que ni un campo de fuerza podría hacer, pero con todo esto. - le informé. - Definitivamente soy otra.

 - Definitivamente soy otra

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Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora