-Hola papá, sé que últimamente has estado con más trabajo recargado, por eso ya no recibo mucho tus cartas y tranquilo, lo entiendo. Solo espero estés bien, logre enterarme que una peste esta azotando muy cerca de donde estas y aunque tu no seas afectado sé que será un arduo trabajo para ti, curar de esa gente y mantenerlos con vida.
Por mi parte te puedo decir que las clases van muy bien, este es mi segundo año dentro de mi internado en el hospital St. Woods, todo ha ido de maravillas, estos últimos años fuera han sido los más espectaculares que pase, los 5 años de estudio en la universidad pasaron literalmente de volada. Adrianne y yo hicimos unos cuantos amigos y también algunos enemigos a decir verdad ella es totalmente talentosa y sabe muchas cosas enserio, hasta fechas que yo ni siquiera pensé que existían. Se desempeño muy bien, pero por su parte eligió otra rama de esta carrera. Mientras yo tengo que pasar 3 años internada en un hospital para salir ser toda una doctora, Adrianne solo pasara 2 años para volverse una enfermera. Aun me sorprende esa decisión, ese cambio, pero aquella vez que nos cruzamos con una señora de avanzada edad afuera de nuestro edificio a la cual, auxiliados por una fisura, la llamo enfermera y esa palabra resonaba una y otra vez dentro de su cabeza que lo acompañemos acepto. Como buena mejor amiga debí apoyarla así que no tendría problema con ello vivíamos juntas, pasábamos la mayor parte del día estando la una junto a la otra así que la carrera que estudie la apoyare. Además, había momento en los que desaparecía sin mí, siempre era o en las mañanas o en las noches, casi siempre cuando dormía, de eso me di cuenta cuando desperté en la madrugada y no la encontré, era raro de tener ella algún novio me lo diría, nos contábamos absolutamente todo no había secretos, bueno casi no muchos. No recrimines nada porque yo no era la indicada para decir eso, yo ocultaba el secreto de ser lobo, vampiro y bruja al mismo tiempo, el que Adrianne se vea a escondidas con alguien no iba a molestarme, eso jamás.
Con respecto a mis poderes, los estoy controlando cada día, Atziri es una bruja muy poderosa, me enseñó hechizos muy fuertes, hasta podría decir que mi hipnosis en la gente estaba realmente funcionando, me obsequio unos grimorios también, de hecho dos, uno más grande que el otro, dijo que pertenecieron a una bruja muy poderosa de su aquelarre y al que estar ella sola y no tener alguna descendencia prefería que yo los utilice, sabía que ella no duraría por siempre así que si podía hacer eso por ella estaba más que feliz. Me enseñó a canalizar la magia que la tierra poseía, hasta incluso de sacrificios que podían haberse hecho antes en ciertos lugares, bastaba con sentir una presencia muy fuerte y era cuestión de práctica. En cuanto a mi alimentación, todo ha ido muy bien, no tengo esa necesidad de beber sangre humana y menos la de animal, aunque de hacerlo afirmó que las bolsas de sangre del hospital donde estoy son ligeramente agradables, como vuelvo a decirlo no las necesito, pero luego de 2 veces probarla entendí que mi magia aumentaba con esa concentración de sangre en mi cuerpo. Mi maldición de lobo estaba dormida así que aún no podía transformarme, ya que no había matado a alguien y en realidad tampoco esperaba hacerlo, no era justo para mi hacer eso. Por cierto, cuando acaben los estudios planeo tener unas mini vacaciones con mi padre, claro, esperando que en ese entonces estés libre de trabajo y deseando verme, con amor __(T/n).
Era muy fácil escribir una carta y enviársela a papá, ya no necesitaba de correspondencia, era una buena señal del progreso de mi magia. Doble un poco la carta colocándola en un sobre y poniendo este sobre la mesa, mis manos se posicionaron por encima del sobre mientras susurraba despacio.
"Litterae cum eo"....
Una pequeña llama aparecía en el lugar donde estuvo la carta y automáticamente todo desaparecía, Atziri me enseñó a poder enviar mensajes a distancia, como señas, cartas o incluso dijo que era posible proyectarme y que la otra persona pueda verme, interactuar, pero no había un contacto físico, aunque eso aún estaba practicando y debía al menos ser más atenta y lograrlo. Además, solo practicaba en mi cuarto cuando Adrianne no estaba, no quería tener que explicar esto de la magia y lo que era en realidad, sabía que teníamos una amistad de casi 9 años, me era difícil encontrar las palabras exactas, pero me había decidido en contárselo todo hoy, ella merecía la verdad y aunque si se alejaba de mi sufriría, pero no podía dejar esto pasar.
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Busque una ropa algo más cómoda para salir del apartamento, no tome las llaves de mi auto pues solo caminara un poco, debía despejarme y pensar en las ideas correctas para comentárselas a Adrianne, esos pensamientos que me inundaban y me ponían tan ansiosa, me lograron desconcentrar de todo, que cuando me di cuenta, estaba caminando por un largo callejón, todo oscuro, a lo mucho la luz llegaba por los postes de luz más alejados. Una sensación escarapelo mi piel, aunque sabía que estaba abrigada, reconocí dos aromas familiares, conforme avanzaba se hacían más intensos y los susurro que antes no los oí se escuchaban más claros. Mi corazón se aceleraba cada vez más por la sensación, pero la otra parte de mi me decía que tenía que salir de ahí, huir, que era algo malo lo que había ahí al final de ese callejón. Mi cuerpo ya no reaccionaba a mis pensamientos y en su lugar un aroma más fuerte inundaba mis fosas nasales, algo metálico, era sangre, la reconocería muy bien, pude ver un charco de sangre que se forma a junto a un cuerpo, un cadáver, asumía que un hombre de unos 58 años, bastante acabado.
¿Quién pudo hacerle esto?, el aroma a sangre desapareció y en su lugar un aroma familiar, el cual reconocería a 5 metros se hizo cada vez más intenso, era el de Adrianne, ¿pero dónde estaba ella?, ¿también estaba muerta?, tenía que hallarla a como dé lugar, no podía pasarle nada ,cuando me permití en acercarme a esa dirección algo paso por mi costado como una gran ráfaga de viento, que al voltearme y tener más iluminación pude ver de quien se trataba, mis ojos no podían creer lo que estaban mirando, el terror se apodero de mi totalmente.
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