||Será..||T2

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Estuvimos algunas horas más junto a Elena, hasta que llegó nuestro momento de partir nuevamente a la cabaña, íbamos en búsqueda de Adrianne, a quien debía comentarle mi decisión de retornar en la fiesta a Forks, sabía que ella amaba esa idea. Pero aún así quería ver su reacción.

-¿Crees que nos haga probar ropa?.- preguntó Ethan mientras caminábamos.

-Si, posiblemente unos 50 trajes cada uno, para decidirse por uno al final.- mencioné.

-Ya la conocemos, es su manera de que estemos elegantes. - intervino Bastián.

-Y yo que odio las fiestas. - Ethan frunció el ceño para luego abrir la puerta.

-Debes adaptarte, no siempre correrás en el bosque. – musité cerca de él para sonreír.- ¡Adrianne!

Ante aquel llamado, en cuestión de segundos mi mejor amiga apareció, con una sonrisa en el rostro. Como si hubiera esperado por nosotros, saludo a los demás y me dio un gran abrazo, uno del cual me era imposible no despegarme. Lo único que paso por mi mente era que nos había escuchado ya y sabía la noticia, ese era el problema de todos por ser vampiros, antes de que pudiera decir algo, ella se separó y hablo antes.

-Lo siento, pero no pude evitarlo. ¡Iremos a Forks!, dios quiero verte en un hermoso vestido para que resaltes entre todos. -chilló de alegría al final y para volver a abrazarme. – Ustedes dos van a tener que probarse muchos trajes, han engordado, están más corpulentos y no quiero que malogren algún terno.

Pude ver la cara de asustados de ambos, pues significaba pasear por tiendas, las cuales iban a ser una locura, Adrianne era así, aunque estuvo feliz con piezas de ropas técnicamente de princesas, ya que Aro tenía una colección de ellas en un vestíbulo, debido a todo lo que tenían, como pinturas, esculturas. Como un pequeño museo real , algo que no se veía a simple vista, pues estaba muy bien camuflado. Y si que eran vestidos reales y costosos, sobre todo que no creo que hayan sido donados, sino robados para su colección de cosas reales.

-Esto será una locura.- murmuré.

-Será..- dijeron al mismo tiempo Ethan junto a Bastián.

Fui con aquella caja hasta mi habitación en lo que terminaba de acomodar algunas cosas más. Aun faltaba tiempo, pero tenía algo especifico que iba a llevar en las maletas y no iba a sacarlo para nada. El grimorio era lo más importante, no lo necesitaba por ahora, así que podría guardarlo, además me sabía de memoria cada cosa escrita. En lo que terminaba de arreglarme para bajar a cenar, busqué una de las maletas que traje antes, cuando apenas llegamos, tenía algo importante para mí y quería luego mostrárselo a Adrianne.

Me di una pequeña ducha para relajar mi cuerpo y me vestí, con una ropa sencilla y cómoda. Todos me esperaban, así que con tranquilidad cenamos, Adrianne por su parte empezó a beber su propia comida, aunque siempre la disimulaba en vasos, no deseaba que nuestros amigos lobos sintieran asco por ver la sangre y vomitaran ahí mismo. Era una cena amena como todas las anteriores. Reíamos, nos contábamos cada cosa que pasaba en este lugar, nuestros recuerdos y lo que nos pasaba, desde como se le ocurrían las recetas a Adrianne o los momentos en los que Ethan tuvo que cocinar y la comida salía salada. Como olvidar cuando Bastián junto a Ethan iban a cortar leña y destruyeron casi una parte del bosque pues sacaron los arboles de un solo golpe. O la vez en la que Adrianne quería tomar sol en la playa y una ola que no vio venir la mojo por completo. Aun con todas las cosas, entrenamientos, nos dimos un tiempo para estar juntos como familia, como amigos y divertirnos juntos.

-Opino que el ultimo día aquí podríamos organizar una fogata todos juntos.- comenté bebiendo un poco de mi chocolate.

-¡________(T/n)!, esa es una buena idea.- Exclamó Adrianne.- Sera divertido hacer una fogata frente al mar como despedida.

-Me encanta la idea.- murmuró Ethan.

-Pensé que dirías que era aburrido.- respondí en su dirección.

-Los lobos suelen hacer fogatas siempre en los bosques, contarse historias, cantar, pasar un momento como manada. - intervino Bastián dejando a un lado su taza de café. – Era lo que solían contarme, ahora entiendo por qué era parte de una costumbre de manadas.

-Me enorgullece saber que aprendiste mucho.- añadió Ethan.- Diría que hasta asar malvaviscos me encantaría.

-No se diga más, lo haremos en nuestro último día

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-No se diga más, lo haremos en nuestro último día.- dijo Adrianne sonriendo con entusiasmo por la idea.

-Invitaremos a Elena, así estaremos todos juntos.- volví a mencionar.

Todos asintieron por la fantástica idea. Faltaban alrededor de 25 días para ello, pero quería comentarlo antes de que Adrianne me robe la idea o simplemente quiera hacer otra cosa. Quería algo más propio, algo más personal, sobre todo por que crecí también haciendo fogatas junto a mis padres, tenía muchos recuerdos de ese momento por lo que quería revivirlo de alguna forma con ellos.

-------Recuerdo------             

-¿Mamá, que ocurre?- susurré mientras conseguía abrir mis ojos lentamente.

Podía saber que me había quedado dormida y por la iluminación de mi cuarto y por lo que veía, apenas era de noche, el último recuerdo que tenía es, estar jugando afuera de casa. Justo entre lo arboles y llevé hasta unos cuantos juguetes, quizás el cansancio me dejo agotaba que me quedé dormida en aquel lugar.

-No es nada pequeña, estabas cansada, por eso dormiste toda la tarde. Creí que sería bueno despertarte para que comas algo.- susurró lentamente mamá dejando un beso en mi frente.- Tuve una idea para cenar todos juntos.

Asentí ante la idea de comer, por que, aunque no lo hiciera ahora, quizás a media noche despertaría de hambre y eso sería peor. La comida en medianoche no siempre caía bien, decía papá que te daban pesadillas, al menos eso me pasaba. Mamá me colocó un suéter que abrigaba y me puse unas botas, pensé que saldríamos fuera, por toda la ropa, pero ella decía que afuera hacía frío.

¿Afuera?, ¿Por qué mamá podría decir algo así?, si solo dijo que cenaríamos. No comprendía muy bien la situación, así que fui la primera en salir de casa, para encontrarme con papá que estaba un poco lejos.

Se acercó a mi extendiendo sus brazos para volver a ellos y ser alzada , dejando un beso sobre mi mejilla.

-Al fin despiertas pequeña mía.- comentó papá.

-El hambre también ayudó papá, ¿Qué hacemos afuera?.- susurré cerca a él.- Mamá dijo que comeríamos.

-Y eso es lo que haremos ________(T/n).- musitó mamá acercándose y trayendo una bandeja con algo de comida, aparte de algunas brochetas de malvaviscos, algo que solían ser mis favoritos.

-Tu madre tiene razón _____(T/n), cenaremos aquí, afuera.- respondió él, mientras empezó a caminar.- Tendremos una noche de fogata familiar.

Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora