|| Podemos ofrecerle un lobo||T2

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Adrianne caminó hasta mi encuentro, pero se detuvo unos centímetros antes, pues ella sabía bien que existía una barrera de protección, ya que le había contado todo lo sucedido, además que tenía aquella mirada de desconfianza, propio en ella.

—¿Qué ocurre ______(T/n) ?, ¿todo bien? - comentó

-Si, todo perfecto, solo quería presentarte a Elena. Elena, ella es Adrianne, mi mejor amiga, diría que es mi familia. —admití con una sonrisa, a lo cual recibí otra por parte de Adrianne.

-Un placer Adrianne, parece ser que ______(T/n) confía mucho en ti. - pronunció Elena. - Y creí conveniente conocer a su mejor amiga, te describe como una hermana.

-Lo es, ______(T/n) es mi familia, un gusto Elena, me hablaron también sobre ti. Así que es genial conocerte. -asintió con una sonrisa Elena.

- Ya veo y Adrianne, cuéntame, ¿cómo es eso de que puedes manipular los elementos? - preguntó en dirección de Adrianne. – Acabo de ver algo que realizaste y no salgo de mi asombro.

-Pues no lose, sólo me dijeron que podía hacer ello y empecé a practicar así de simple. Una parte me enseñó _______(T/n) fue de muy buena ayuda su compañía. - contestó - Además es un poder que trató de controlar, aunque más me gusta utilizar lo del agua, es mi elemento favorito.

-Admirable, escuché acerca de los poderes que poseían vampiros alrededor del mundo, pero jamás estuve frente a uno, ¿puedes demostrarnos algo más? - comentó Elena.

Adrianne asintió a lo que dijo y se acercó nuevamente a la orilla. Pero esta vez se detuvo frente a ella alzando ambas manos, fue entonces que una gran ola se extendió sobre ella. Tenía la forma de una enorme pared, pero se quedó extendida en ese lugar, sin algún movimiento.

Hasta podía ver como algunos peces estaban atrapados en parte de esa gran masa de agua. Sin contar que, para completar el espectáculo, hizo retroceder toda esa parte del mar y cuando esta regresó tuvo cuidado en que viniera de forma lenta.

Retrocedió unos pasos y empezó a hacer un pequeño remolino en una parte de la arena, el cual transporto en mitad del mar, dispersándose en un auténtico remolino.

-Es fantástico. - Murmuró Elena.

-Concuerdo contigo, ella es genial, te lo dije Elena. - contesté. -

Adrianne dejó de hacer todo eso y giró a vernos con una sonrisa entre sus labios. Ella siempre era feliz con los halagos hacía su persona y por supuesto que lo valían, demostraba lo poderosa que podía ser y lo muy bien preparada que estaba día a día.

—Tus dones, eres excepcional Adrianne. — comentó Elena. – Me alegra haberte conocido enserio y lo que haces.

El momento era ameno, cuando una pequeña voz a lo lejos se escuchaba, como si Ethan estuviera llamando a Adrianne, así que podía imaginarme que era momento de retirarse. A lo cual Elena solo me dedicó una sonrisa, pues Ethan siempre era muy impredecible, aparecía de la nada.

—Gracias, un placer mostrarles mis poderes, pero he de irme. Debo cocinar para tres lobos.... - Murmuró entre risas despidiéndose de ambas con una sonrisa.

-No alimentes mucho a Ethan o realmente va a reventar. - murmuré, pero lo suficiente como para que Ethan a lo lejos escuchará aquellas palabras.

De cierta forma me alegraba saber que a Elena le había caído muy bien mi mejor amiga, aunque su odio por los vampiros que mataron a su hija estaban intactos, el conocer a Adrianne le demostró que no todos eran malos. Quizá como ella decía, tenía cada uno un alma y realmente merecían redención, no era mala, a pesar de su pasado Vulturi, había mejorado siendo la mejor, por que no pensaba en poder o algo relacionado como su padre Aro.

Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora