-No creo que alguna versión sirva, a estas alturas no voy a darte excusas como lo diría Rosalie, ni siquiera prometerte algo. Solo quiero pedirte perdón por lo que te cause. - sugirió mientras levantaba la mirada hacia mí. - Me mostraste un recuerdo donde tu familia estaba preocupada por ti y te cause daño con eso, créeme lo siento tanto. No te pido que seas comprensible conmigo o que me quieras como a los demás, pero tratare de ser mejor, eso espero.
Sus palabras sonaron tan sinceras, pero a veces ni confiaba en mí misma, así que debía estar alerta ante todos, además si lo veía de otra forma, no podía estar molesta con Edward, vivíamos en la misma casa, eso iba a ser demasiado incómodo y ya que mi familia no iba a dejar que yo me fuera, tenía que al menos llevar las cosas en paz, por el bien de todos.
-Te perdono, pero.... yo no olvido las cosas que me pasan Edward y no olvidaré lo que paso. Además, no deseo tener problema con nadie, sobre todo porque vivimos bajo el mismo techo, eso de por sí ya es complicado. - Me levante de la mesa y camine hasta donde él estaba y levante mi mano, extendiéndola hacia él. - Es un trato Edward, trataremos de llevarnos bien, pero a la siguiente, no cuentes con que voy a llorar y quedarme ahí, voy a actuar y no te va a gustar. -
Levantó una vez más la mirada, extendiendo su mano y apretando la con la mía. "Es un trato", comentó mientras desapareció de aquel lugar, realmente me sentía más tranquila porque era un problema menos en casa, papá ya me había visto en mi forma lobuna y corroboró que no era un peligro porque tenía control de ello, el único secreto era lo de los Vulturi. Pero aún no era tiempo, suponía que de igual. manera empezaría contándole primero a Carlisle, ya que tenía la confianza suficiente para eso. Estaba tan tranquila en esos pensamientos que Emmett los interrumpió con uno de sus abrazos en los que me alzaba como sí tocara el techo.
-Siento que en algún momento voy a vomitar con tantas vueltas. - respondí divertida mientras él me miraba.
-Es mi forma de atormentarte, me dejaste muy mal, ¿recuerdas?... - sonrío en mi dirección y Rosalie se acercó nuevamente a él.
-Gracias.... - susurro ella, yo aún no entendía el gracias porque no había hecho algo bueno en esas horas o algo por el estilo.
-Gracias, porque para nosotros tu eres el mejor regalo de aniversario...-susurro Emmett.
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Quedé totalmente paralizada, había perdido algo la noción del tiempo, de los días y de la fecha debido a la semana que estuve encerrada y cuando pude hacer cuentas hoy era su fecha. Hoy era su gran día y cuando llegué a casa solo los vi sumergidos en tristeza y se trataba de un día bello para ellos. Rosalie noto mi desesperación ante el olvido de esa fecha, pero extendió sus manos tomando las mías y negó con su cabeza en un ligero movimiento.
-Hey, tranquila.... si no hubieras vuelto no íbamos a hacer nada. No mientras tu no estés con nosotros. - respondió Rosalie.
-Y el que volvieras es más que suficiente, más de lo que podríamos pedir, enserio. Y te amamos por eso, sabes que tienes nuestro apoyo incondicional para todo. - murmuró Emmett que se acercó a ambas y nos abrazó. - Bueno, es hora de irnos... -
