||Son cosas de brujas||T2

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Ante sus palabras, logré apagar el teléfono, no sin antes darme cuenta que quien estuvo llamando era Bastián, creo que recién se habían dado cuenta de que no estábamos en el hotel, demoraron bastante, ya que habían pasado horas de eso. Sin algún temor me levanté del lugar donde estaba escondida y caminé hasta los presentes, dando pasos firmes hasta que el rostro de Elena mostró una sonrisa muy grande, bastante, ella me conoció cuando era una niña, había cambiado mucho hasta ahora, no podía darse cuenta de quien era, debido a que también había ocultado mi magia.

-No puede ser...............-susurró ella en mi dirección.

Me acercaba ante ellos, con cierta curiosidad por las últimas palabras que tuvo para mí, cada paso acortaba la distancia entre ambas hasta quedar en una distancia prudente, Ethan a su vez se acercó a ambas, pero no lo demasiado y estaba a un extremo de nosotras.

-Pensé que estabas muerta......-susurró Elena.

-¿Sabes quien es?.- murmuró Ethan.

-Podría reconocerla con el paso de los años, es igual a ella...- admitió Elena.

-¿A quién?. -añadí deteniéndome un poco.

-Igual a Amelia, tu abuela. - concluyo. - Tus facciones son parecidas a las de ella cuando apenas era una jovencita. Pero también puedo ver aquella sonrisa como la de tu madre y tus ojos, iguales a los de Zeth.

-Ethan.....-musite.

-Elena, tienes toda la razón, es ella, es _______(T/n).- confesó.

La contraria ya no tan impactada por la noticia se acercó a mi y me abrazo, me sentía algo extraña con la situación, pues ella parecía conocerse de toda una vida, pero yo no a ella, le dedique una mirada a Ethan la cual en respuesta solo sonrió. Estaba sorprendido al igual que yo por la forma en la que fui tratada. Cuando Elena dejo de abrazarme me dedico otra sonrisa y tomo mis manos despacio.

-Cuando te conocí eras aun una pequeña niña, quizás no lo recuerdes por que ayude a que lo olvides, pero fue encantador ver como Zeth era tan feliz contigo. Lamento por todo lo que has que tenido que pasar sin ellos. - contestó. – Y estoy feliz de verte, la tierra no mentía y tampoco los ancestros, estabas viva.

-¿Los que?.- intervine.

-Los ancestros, son cosas de brujas. - me recordó Ethan acercándose más a nosotras. - Bueno, hay mucho que hablar, te buscamos por algo Elena, así que espero que nos ayudes.

-Si está dentro de mis posibilidades lo haré, a ti por ser un hijo adoptivo y tú. - apretó ligeramente mis manos para luego soltarlas. - Mi querida Amelia lo hubiese deseado así. Acompáñenme.

Elena empezó a caminar en dirección a la casa que estaba frente a nosotros, por su parte Ethan se acercó hasta donde yo estaba y tomo mi brazo y al mismo tiempo la mochila con las cosas que trajimos y me dedicó una leve sonrisa para empezar a cocinar siguiendo a nuestra nueva amiga.

-Lo siento, fue una llamada de Bastián. -murmuré.

-Ya se dieron cuenta. - musitó Ethan.

Le dediqué una tenue sonrisa asintiendo a sus palabras para seguir el paso a Elena, estábamos ingresando a una amplia casa, que, aunque tenía la apariencia de ser una pequeña cabaña, no lo era. Por dentro todo era normal a una casa, considerando que tenía un pasadizo, por el cual ingresamos para llegar a otro espacio de la casa, pero este estaba despejado. Una mesa grande, un pequeño altar y una fuente de agua a mitad del espacio, digno recinto de una bruja donde realizaba sus conjuros, me pareció demasiado hermoso el lugar, a toda bruja le encantaría el lugar, sobre una de las paredes había una enredadera de rosas y dalias que adornaban el lugar también. Me separé un poco de Ethan y me acerqué a observar mas de cerca las cosas, logrando que Elena se dé cuenta de eso.

Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora