||Solo es un vuelo.....||T2

841 55 0
                                    

—¿Y lista para irnos?.— murmuró Ethan sentándose al borde de mi cama.

-Si, estoy nerviosa, hace mucho tiempo quería este viaje, conocer a Elena. - contesté. - Y ahora iremos todos juntos, creo que me entusiasma la idea de que Adrianne pueda venir con nosotros, ella se quedó triste cuando le dije que no podía ir.

—Me parece una buena idea, aunque me imagino tienes un plan, ya sabes cómo es Elena con los vampiros. —musito Ethan.

-Losé, el plan es fácil, cuando iremos a buscar a Elena, Bastián y Adrianne se quedarán en la misma ciudad de Irlanda. Nosotros iremos a Inisheer, es como una isla a las afueras de Irlanda- contesté. - Ese es el trato.

-Imagino que la puedo distraer con tiendas y todo eso. - informó Bastián con una pequeña sonrisa.

-Las tiendas son su delirio, estará bien. - comentó Ethan uniéndose a la pequeña risa de Bastián.

Me uní a la risa de ambos para luego haber culminado mi desayuno, planeaba dejar la bandeja en la cocina, pero Bastián, siempre atento a todo se ofreció. Era imposible decirle que no, te ponía un rostro muy suave, el cual encantaría a cualquiera, mis cosas ya estaban listas, lo único que quería era mis grimorios, las cosas que quería que Elena los viera y que me ayudara con el grimorio principal, el de mi abuela Amelia. Aquellas páginas contenían el hechizo que necesitaba, era lo único más importante para mí ahora, liberar de aquella maldición de la luna a Ethan y Bastián, además de otras cosas que sería de vital importancia para mí.

El resto ya tenía las cosas listas y como lo dije, "Adrianne nos iba a proporcionar ropa, si es que lo íbamos a necesitar", ella era la experta en eso. Habrían pasado alrededor de 20 minutos cuando Adrianne estaba de vuelta en casa y con un semblante más alegre que antes.

-¿Por qué demoraste tanto?. - comentó Ethan. - ¿No había boletos?

-Ethan, a veces las filas son largas. - respondí.

-Nada de eso, tranquilos, pero nuestro vuelvo privado sale en 30 minutos. - contestó Adrianne.

-¿Vuelo privado?. - preguntó Bastián.

-Si, vuelo privado, te fascinara estar en un avión solo para ti, casi como un Jet. - Adrianne nos dedicó una sonrisa.

-¿Solo para nosotros?. - inquirió Bastián.

-Así es-concluyó la joven pelinegra.

"Por favor, no me digas que alquilo un avión privado", pensé para mí misma mientras rodé los ojos al escuchar lo se Adrianne. Era una locura, sabía lo exagerada que era y pues, lo comprendía totalmente, se crió en Volterra, ellos se adueñaban todo. No tenían un respeto por la vida humana y lo entendía, aunque Adrianne había mejorado esa parte con el tiempo y si hacía cosas de ese tipo utilizaba estrategias buenas, como el dinero. ¿Como una vampira podía tener mucho dinero sino trabajaba?, bien, tenía un fondo monetario extenso que forjó durante 200 años, además. El palacio de Volterra alberga muchas cosas y materiales costosos, logró venderlos o simplemente tenía aportes de algún lado. Adrianne comprendió mi expresión a la cual sólo se acercó a mí y me dio un pequeño y ligero abrazo.

-No dramatices, todo estará bien. Solo es un vuelo. - admitió Adrianne mientras se acercaba a mí.

Al parecer por mi rostro nada más entendió todo, pero me causaba algo de risa lo que estaba haciendo ella. Era Adrianne, no podía recriminarle algo, ella era así. Una pequeña sonrisa curvo mis labios entre aquel abrazo para luego separarme de ella, Ethan y Bastián se acercaron nuevamente a nosotras, pero esta vez con nuestras cosas ya listas, equipaje en mano y todo. Estábamos listos, al parecer un taxi esperaba por nosotros afuera de casa, me sorprendía como hasta Adrianne había pensado en ello, lo único que me preocupaba eran las cosas que estábamos dejando aquí en Portangeles, hasta mis autos, no iba a viajar con mi vestido hasta Irlanda. Todos salimos de casa, las maletas fueron colocadas por Ethan en la maletera, todos habían subido, solo faltaba yo, Adrianne volvió a bajar y me espero por algunos segundos más.

Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora