Antes de que pudiera decirle algo más, volví a acercarme a él, para volver a besar sus labios, pero esta vez de una forma más apasionada. Sus manos bajaron, para esta vez sostener mi cintura, apegándola a su cuerpo. Mi respiración empieza a acelerarse una vez más, sus labios bajaron de forma lenta por mi cuello besando este.
Yo solo podía sostenerme de sus hombros, pues aquella caricia de cierta forma me hacía estremecer, mis manos bajaron hasta su cintura, apegando su cuerpo junto al mío, aunque también era mi intención de quitar su polo. Pero no de la forma que solía hacerlo, esta vez hubo algo más que hizo que desgarré desde su espalda aquella prenda. Me sorprendí de lo que había hecho y tuve la ligera sospecha de que el también se dio cuenta, pero ante aquel acontecimiento, pude ver como sus ojos brillaron volviéndose por algunos segundos de un color caramelo. Cuando eso desaparecía sus labios tenían una perfecta sonrisa.
-Y luego yo soy quien exagero. - musitó.
Volvió a sonreírme, para volver a besarme y cargarme entre sus brazos. Aunque el campo de gimnasio no era una cama perfecta y suave, a nosotros no nos importaba eso ,al menos en aquel momento nos olvidábamos de quién estaba a nuestro alrededor. Me colocó con cuidado sobre el suelo, donde estaba su polo y se colocó a un lado de donde yo estaba, mientras despacio empezó a quitar uno a uno los botones de mi blusa, desabrochando estos. Conseguí quitarme la blusa y colocarla a un lado, mientras pude sentir como bajaba mi pantalón, colocándolo a un lado. Mis mejillas se tornaron rojizas, ya que la forma en la que solía mirarme y analizar cada parte de mi piel me hacía intimidad. Era algo normal, por supuesto, pero siempre moría de la vergüenza ante esto. Mientras se quitaba el pantalón para quedar solo con su trusa, traté de desabrochar aquel brassier que dejaba al descubierto mi pecho. Cuando Bastián giró, no dudo en quedarse en silencio para acercarse a mi rostro y dejar un corto beso nuevamente.
-Sabes que siempre quedo perplejo ante tanta belleza tuya, por eso me encantas. - susurró en aquel beso, para volver a besarme.
Mis manos se acercaban a su cuerpo, mientras él estaba encima de mí. Delineaba su cuerpo bajo mi tacto, mi pierna se entrelazaba con la suya , dejando que sus besos me guiaran, era sentir que poco a poco ambos nos estábamos quemando. Podía sentir que ardía bajo mi piel, quizás el calor corporal de ambos, pero sentía fuego cada vez que me acariciaba.
Sus labios bajaron lentamente por mi cuello, posicionándose sobre mis senos, los cuales empezaron a endurecerse, una de sus manos iba masajeándolos lentamente, mientras su boca hacía el resto. Su lengua lamía cada espacio de este y podía sentir como su boca jugaba con ellos , lamiéndolos y chupando estos de forma lenta. Mi cuerpo se estremecía cada vez más y más, podría decir que era una excitación infinita, nunca acababa. Me removí un poco, para sostenerme, dejando que mis manos acaricien su espalda, aferrándome a su cuerpo y soltando unos ligeros gemidos.
-Harás que Elena nos escuché. - murmuró levantando la vista hacía mí.
Elena, cierto, casi la olvidaba, cerré mis ojos por algunos segundos, pues quería pensar bien en el hechizo que iba a decir, nadie debía escucharnos y menos que entren al lugar en el que estábamos, así que un hechizo para impedir el paso estaría perfecto.
Susurré las palabras lentamente y sentí que el campo ya había sido creado. Sus lamidas a mis senos, empezaban a desesperarme más, las sensaciones en mi cuerpo estaban a flote e incluso estaba por colapsar, diría que hasta nublaba mi juicio. Olvidaba hasta quien yo era en realidad.
Levantó su rostro para acercarse a mis labios y besarlos sutilmente, cuando se acercó su cuerpo más al mío, podía notar su erección, como esta chocaba contra mi intimidad y aunque de momento solo nos separaban dos prendas de la desnudez, no iba a pasar mucho tiempo. Acaricio mi mejilla, recorriendo con su dedo pulgar mis labios, a lo que conseguí morderlo lentamente. Nuestras miradas se encontraron una vez más, para volver a sonreír ambos y sentir su beso otra vez.
Volvió a separarse, se quitó la única prenda que faltaba y acerco sus manos a mi cintura donde empezó a quitar mi braga despacio. Di una ligera mordida a mis labios al ver como se colocaba encima de mí y antes de que realice algún movimiento, tomó mi rostro para besarlo.
Fue introduciendo su miembro en mi intimidad de forma lenta, hasta conseguí un gemido muy notorio de mi parte, lo siguiente fue que su cuerpo empezaba a entenderse con el mío. Los movimientos iban acelerándose, haciendo un sonido fuerte en la habitación, donde yo solo podía besarlo y gemir entre sus labios su nombre una y otra vez. Mi cuerpo se estremecía por su tacto, por la sensación que él conseguía hacerme sentir. Yo solo podía gemir , jadear y pedirle que no se detuviera, que este momento no terminará.
Por algunos segundos cambiamos de aquella posición, para quedar yo encima de él, se inclinó un poco para besarme y desde aquella vista, solo sostenía mis senos, masajeándolos una y otra vez.
Mi cuerpo con total libertad empezó a moverse, sintiendo que al principio eran pequeños sentones sobre su miembro, había un golpe seco, peor no muy fuerte, tratábamos de controlarlos para no hacer ruido ,aunque sería incapaz de que nos escuchen. Así pasaron los minutos, movimientos rápidos y lentos, momentos en los que sostenía mis caderas, las aferraba a su cuerpo. Sus brazos sobre mi cintura apretando esta en cada penetración que él podía hacerme, sus labios se unían a los míos en besos apasionados que no querían terminar. Al final entrelazó su mano con la mía, apretándola, mientras volvía a moverse de forma rápida encima de mí, podía decir que estábamos a punto de llegar al orgasmo por 2da vez en esos momentos. Siempre terminábamos en un besos , el cual nuestros jadeos se encontraban . Aunque no nos agotábamos en aquel momento, era propio de la situación, del más encantador clímax.
De forma lenta salió dentro de mí, para besarme nuevamente y dedicarme una sonrisa, me contagié de esa alegría y le devolví la sonrisa para pasar mi mano sobre su rostro acariciando esta lentamente.
-Te quiero Bastián.....- musité.- Debemos irnos, se van a preguntar ,por que hemos demorado tanto.
Él asintió a mi idea y me ayudo a levantarme y buscar mi ropa, sabía que estaba algo desarreglada, pero eso no importaba ahora, solo el momento tan intimo que habíamos tenido juntos, nada más importaba. Me ayudo a acomodarme el cabello, para luego yo hacer un hechizo y restaurar su polo, no iba a llegar descubierto, eso serían motivo de explicación y no estábamos para ello ahora. Y menos para Adrianne, quien, aunque ya sabía lo que pasaba entre nosotros, no era bueno que Ethan se entere también.
Deshice el hechizo y con cuidado salimos del lugar, al parecer Elena estaba durmiendo, el campo de fuerza en su habitación estaba hecho, quizás ella pensó que ya nos habíamos ido, pero aún ni salíamos. Como dos jóvenes adolescentes, nos escabullimos para salir del lugar y llegar hasta la parte principal, donde nos quedamos admirando por algunos segundos el amplio mar. Bastián sostuvo mi mano muy fuerte, para dejar un beso en mi frente y empezar a caminar.
-Ojalá y no sospechen nada. - susurró.
-Lo dudo, diremos que estuvimos entrenando. - asentí. - Aunque Adrianne no nos va a creer.
-¿Por qué dices eso?.- comentó.
-Quizás le conté un poco lo que paso entre nosotros. ¿Me entiendes?.- le dediqué una sonrisa.
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Verdadero amor - Jacob Black y tú
Fanfic|| _____(𝑡/𝑛) 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛 𝑆𝑚𝑖𝑡ℎ ℎ𝑖𝑗𝑎 𝑎𝑑𝑜𝑝𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛, 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟𝑎 𝑡𝑟𝑖ℎ𝑖𝑏𝑟𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑢𝑟𝑎 𝑠𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 ,𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑒𝑠 𝑟𝑒𝑡𝑜𝑟𝑛𝑎𝑟 𝑎 𝑡𝑢 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝑎𝑑𝑜𝑝𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑒𝑛 �...