Elena empezó a decir algunas palabras, las cuales me enseño a decirlas, en conjunto repetíamos lo que era un conjuro, yo había hecho algo parecido a cuando oculte mi casa, pero esto era mas fuerte. Cuando estaba a la mitad de esto, pude ver como pequeños hilos se iban conectando uno a uno frente a mí, era casi imposible verlos, pero podías sentir como estos se unían entre si formando una gran barrera, una muy fuerte, era como si al construirlo, parte de ti se quedaba en el hechizo.
Pude notar como si parte de mi magia se quedará en aquel hechizo, pero mi cuerpo lo volvía a restaurar en cuestión de minutos, pero quien no estaba muy bien era Elena, podía notarse en su rostro, aunque debía admitir que era demasiado fuerte, no estaba en la edad de hacer poderosos hechizos. Los hilos mágicamente se conectaron de forma rápida y pude hasta sentirlos que estaban rodeando toda la isla e incluso más allá de la orilla, dejando un poco de mar a nuestro lugar.
Volví a sentir una ligera descarga de electricidad por todo mi cuerpo, como si este se recargara nuevamente, Elena me dedicó una sonrisa y ambas volvimos a su casa, al borde donde estaba el antiguo campo, pero esta vez me ofrecí a hacerlo yo sola. Me creía capaz de poder hacerlo, claro, agregando unas palabras mas que Elena me enseño, solo ingresarían personas que la dueña de la casa admita, en este caso Elena, para eso, ella se colocó dentro del borde e hice lo mismo.
Me arrodillé, y empecé con el hechizo, debía realizar lo mismo que hizo Elena hace segundos y si era posible mucho mejor.
Ingressum quod non licet, usque ad locum dominus admittit.
Cuando estuve segura que la barrera estaba hecha, intente ingresar, pero esta fue difícil, podría derribarla, pero ese no era el plan, Elena podía verme con una sonrisa entre sus labios, pues había conseguido realizar este hechizo de barrera mas fuerte y sola, aparte de ello las modificaciones que tenía lo hacían más poderosa.
-Cada minuto me sorprendes mas ______(T/n). – comentó ella. - Ven, pasa.
-Gracias. - ante sus palabras puse un pie para ingresar y este me admitió, me acerqué más a Elena, con cierta sonrisa en mis labios. - Lo hice...
-Pequeña, estas hecha para hacer cosas mas grandes que estas, créeme. - susurró recibiéndome en un abrazo.
-Pues con esas barreras, como que me siento menos abrumada que antes. - contesté.
-Los hechizos liberan la tensión de nuestro poder. – comentó. - Por ello siempre es bueno realizar más hechizos y sobre todo tú, que los tuyos están en un límite mucho más inalcanzable que el resto, solo te falta aprender.
-Nuevamente gracias, Atziri me enseño cosas también, pero cuando la conocí, no tenía esta edad y menos todo este poder. - comenté.
-Si, ahora entiendo por que ella no me contó nada sobre ti. - me aclaró. - Lo bueno es que pudiste conocerme personalmente.
-Si, al final todo salió bien...- pronuncié.
-Bueno, entonces, ¿estás lista para abrir el grimorio de tu abuela? - contestó.
Asentí con un movimiento de mi cabeza, pues estaba feliz ante esa idea, habíamos venido por la sencilla razón de abrir el grimorio, aparte de saber más sobre el hechizo de los anillos, de romper esa maldición, era algo importante para mí, sobre todo para Ethan y Bastián.
-Cuéntame, ¿Cómo era mi abuela?.- respondí mientras caminábamos hasta la cabaña.
Amelia era una persona intrépida, capaz de cualquier cosa para fortalecer a su familia. Era muy fuerte, una descendiente de brujas puras, la única, a decir verdad, el resto lo aprendimos con pequeños linajes, pero ella desciende de brujas poderosas y fue la que más se destacó por que hizo cosas inimaginables. Aparte de que utilizo magia negra, algo que esta prohibido un poco ahora, pero ella no le temía a nada.
Su único hijo fue Zeth, ella se enamoro de un lobo, su nombre era Mason, el era uno de los que poseía sangre totalmente pura. Pero lastimosamente lo mataron y todo fue producto de los vampiros. Vampiros y lobos siempre han sido enemigos naturales, los vampiros llevaron a la extinción aquel linaje, sin dejar muchos de ellos, los cazaron como si se trataran de animales. Ya que eso aseguraba la permanencia de esa especie, por eso en la actualidad no hay muchos de ellos y si los hay, no conocen su verdadero linaje y lo que es peor, viven escondidos. Durante milenios una fuerte raza de vampiros dotados ha acabado con ellos, sobre todo para asegurar sus territorios y no solo lobos, sino vampiros.
Miles de vampiros se han rebelado para atacarlos, pero los eliminaban, ya sabes que los vampiros de ahora tienes muchos poderes, los suficientes como para acabar con el resto. Las brujas podríamos intervenir, pero sabíamos que también corríamos el riesgo de ser extintas, además no somos muchas. Amelia por su parte cayó triste ante aquella perdida y lo que hizo fue convertir a su hijo en un hibrido, anexar ese poder de ser un vampiro. Es magia muy fuerte y oscura, pero lo hizo para guardar su vida, vivieron por mucho tiempo felices, le enseño todo lo que sabe a Zeth, aunque sabemos que le hacía falta a su padre, desde pequeño Zeth no fue muy bien aceptado, sobre todo en las comunidades de lobos, ya que era distinto, ciertamente eso no llego a oídos de los vampiros fuertes, por ello vivió mucho tiempo. Amelia murió tiempo después, como toda bruja, su cuerpo fue quemado, para unirse con los espíritus antiguos de nuestro aquelarre. Zeth desde entonces vago por todo el mundo, pero eso mejoro con Ethan, el no era muy bien aceptado y le dio la oportunidad de permanecer juntos y de ser iguales, aunque nadie era comparado a Zeth. Vivieron así años, viajando y todo lo demás, me sorprende que no les hicieran nada, supongo por que ambos eran muy astutos, pero eso es lo que paso mucho mas antes de que conociera a tu madre y bueno, lo demás ya lo sabes.
-Espero estar a la altura de mi abuela. – respondí.
-Claro que lo harás. - me contestó.
-Con la practica voy a alcanzar eso. - añadí.
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Verdadero amor - Jacob Black y tú
Fanfic|| _____(𝑡/𝑛) 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛 𝑆𝑚𝑖𝑡ℎ ℎ𝑖𝑗𝑎 𝑎𝑑𝑜𝑝𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛, 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟𝑎 𝑡𝑟𝑖ℎ𝑖𝑏𝑟𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑝𝑢𝑟𝑎 𝑠𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 ,𝑑𝑒𝑐𝑖𝑑𝑒𝑠 𝑟𝑒𝑡𝑜𝑟𝑛𝑎𝑟 𝑎 𝑡𝑢 𝑓𝑎𝑚𝑖𝑙𝑖𝑎 𝑎𝑑𝑜𝑝𝑡𝑖𝑣𝑎 𝑒𝑛 �...