||Hola Leah...||T2

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La llamada había finalizado y no pude sentirme más que contenta, era como quitarte un peso de encima, ahora estaría más comunicada con ellos y todo mejoraría. Eran mis hermanos favoritos, tampoco es que dejase de lado al resto, pero... Rosalie y Emmett eran la excepción, además que se llevaban muy bien, tanto con Bastián y Adrianne. La sonrisa dibujada en el rostro de Bastián solo me hizo querer abrazarlo fuerte, no había hecho esto sin él, él volvía las cosas menos complicadas y las transformaba en mejores.

-Gracias, no hubiera hecho esto sin ti. - susurré entre aquel abrazo.

-Haría cualquier cosa por ti _____(T/n), eso lo sabes muy bien. - comentó mientras acaricio mi cabello despacio y dejó un beso sobre este.

-Pues ahora te irás a dormir, tenemos un vuelo mañana y debemos ir a ver tu pasaje. Solo faltan horas para que amanezca. - contesté mientras me separaba del abrazo y miré fijamente a Bastián. - No me hagas usar un hechizo para encerrar te en tu habitación.

El joven moreno simplemente me dedicó una leve sonrisa, para acercarse a mí y dejar otro beso, pero esta vez en mi frente. Cuando sus ojos hicieron contactos con los míos, mis mejillas obtuvieron un leve rubor a lo cual solo pude sonreír. Habíamos pasado casi horas hablando y más la conversación de Rosalie y Emmett, no me dejaba de sorprender lo tranquila y feliz que podía estar a su lado, sobre todo la calma que me solía transmitir.

Vi alejarse a Bastián, para luego yo quedarme ahí por unos segundos, mi móvil dio un mensaje de notificación y era de Rosalie.

Sms// Este es el número de Leah, trata de llamarla así en las madrugadas es cuando está en su casa, libre de Sam, ella te atenderá. Lo digo porque hasta hemos salido juntas a esta hora, necesitaba a alguien para correr y ya que nosotros no dormimos, pues era un gran alivio. Que descanses mi pequeña.

Leah no había cambiado su número, pero yo sí y con mi antiguo celular se fueron algunos contactos, pero solo algunos memoricen, ya que era bueno con ello, ¿sería correcto llamarla a estas horas?, tenía muchas dudas. Rosalie me sugirió que ante cualquier llamada lo haga en la madrugada, era el tiempo en el que ella estaba sola, sin nadie cerca de ella, fui directamente a la otra habitación donde la utilizaba como mi cuarto para hechizos, nadie podría entrar e interrumpirme, a menos que lo autorice, así que era un lugar muy sensato.

Por qué llamarla cuando se tiene la magia, pero antes de poner en marcha mi plan, debía hacer algo, cerciorarme de que ella esté sola. Realice un gran círculo con sal, uno donde pueda ingresar yo, lo siguiente era colocar a mi lado una vela, el libro de hechizos de Atziri y un espejo de mano. " Ostende mihi puellam ego cogito..."

Por medio de aquel espejo pude visualizar a Leah, acostada en su habitación, algo oscura pero sola, al menos no estaba en casa de Sam, así que podría ir a verla. La proyección siempre era buena y sobre todo, era un hechizo que dominaba a la perfección.

Deje a un lado el espejo, dibuje un pentagrama dentro del círculo para luego encender la vela y colocarlo frente a mí. Phasmatos Tribum, Nas Ex Veras, Es Tas Sue Sasta Nanse, Transum Viso. Mas Tenas Quisa, Nas Metam.

Solo tenía 15 minutos, siempre ese era el límite y volver a hacer el hechizo, era agotador, sin pensarlo me encontré en la habitación de Leah, una pequeña brisa recorrió mi cuerpo. Estaba en Forks, en una forma de proyección, pero lo estaba, cuando trataba de acercarme a ver la cama en donde dormía Leah, pude escuchar su respiración, como ella descansaba tranquilamente.

¿Debía despertarla?, se veía tan linda, recordaba de forma perfecta su rostro, pero ahora su cabello lucía más largo que antes, pero aun así no pasaba de su cuello.

Me puse cerca de donde empezaba su cama y traté de llamarla.

—Leah..... Leah.... - musite despacio, pero no había una respuesta.

Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora