||El recuerdo||T2

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No recuerdo cuantas horas estaba sentada ahí en mitad de aquella sala, metida en un circulo de sal con 4 velas a mi alrededor, Elena solo decía unos hechizos frente a mí, pero lo hacía repetidas veces. Creo que cada hora decía algo, un hechizo, palabras que no entendía, quizás una extraña lengua antigua y volvía con un pequeño incienso que pasaba alrededor mío, esto por supuesto tenía para rato. Habíamos llegado de día y estaba ya de noche, según Elena faltaban aproximadamente unas 10 horas más, ya que eso hizo cuando yo estaba pequeña. Podía esperar, podía aguantar 10 horas más, pero quien no podría era Ethan, tenía una cara que realmente pedía auxilio, era definitivamente su aburrimiento estar ahí. Elena lo mandaba adormir en ocasiones, pero el quería acompañar, no querían que luego dijéramos que no ayudo en nada, por ello aguantaba el momento. Por su parte Elena hasta ahora era muy amable, una persona bastante hábil en lo que hacía, jamás te daba un no por respuesta, siempre quería encontrarle la solución a todo.

-Ethan, ¿y si vas con los demás.? – confesé. - Yo podría irme mañana sola, no hay problema, me sé muy bien el camino.

-No, estoy bien. - pronunció acostado sobre un mueble. - Irme no es una opción.

-Que terco eres enserio. - respondí.

-Ser terco es de nacimiento creo. – murmuró Elena.

-Las tercas son ustedes. - volvió a responder Ethan.

-Al menos anda duerme en una cama decente, por favor. - pronuncié.

-Adentro hay habitaciones, escoge la que gustes. - comentó Elena.

-Pero estoy perfectamente bien. - aclaró Ethan.

-No seas terco y anda, a menos que quieras que yo misma te lance un hechizo para que duermas. - respondí.

-Hazle caso a _______(T/n). - concluyó Elena.

Ante mis palabras, Ethan se levantó algo sorprendido de mis palabras y luego me dedico una sonrisa, al parecer iba a hacernos caso, por lo que se retiró del lugar, claro, no sin antes encargarme bien con Elena. Me agradaba ver los momentos en los que Ethan era muy protector conmigo, me recordaba a las personas que siempre estaban ahí queriendo protegerme y que sería más, al contrario, yo los protegería a ellos por ser la más fuerte.

Desapareció de nuestras vistas, para luego volver mi atención a Elena, quien era su turno de acercarse a decir su hechizo mientras pasaba el incienso. Pero esta vez con ella trajo un pequeño cuenco con lo que parecían ramas y pétalos, sin contar que tenía un pequeño cuchillo a sobre sus manos.

-No me digas que me vas a acuchillar. - murmuré.

Ella simplemente negó con la cabeza y me dedico una sonrisa mientras se acuclillaba con cuidado hasta donde yo estaba, al parecer iba a hacer un ritual o algo con aquellas cosas, mi comentario solo fue en un tipo de broma, sabia que casi siempre todos los hechizos necesitaban sangre, era algo muy común a realizar.

-Solo necesito un poco, nada más. - confesó mientras extendió hacía mí el cuchillo.

Logró realizar un pequeño corte en la palma de mi mano, mientras puso el cuenco bajo esta, para que la sangre empiece a descender, como tal no necesitaba mucho entonces cuando tuvo suficiente de eso, quite mi mano y la coloque a un lado mío. No necesitaba vendajes o algo, porque la herida cicatrizó en tan solo algunos minutos, bastante rápido. Eso era algo que me gustaba de tener el poder de cicatrizar muy rápido.

Empezó a mezclar todo ello y con uno de sus dedos dibujó un pequeño circulo con un símbolo frente a mi en el suelo y lo mismo hizo en mi frente. No sabía de qué se trataba, pero ella sabía lo que hacía por supuesto, me quedé por algunos segundos en silencio y quería preguntarle mas cosas, pero una en especial.

-¿Puedo preguntarte algo?.- pronuncié.

-Claro, intuyo que es algo sobre tu familia, quizás...- contestó la contraria.

-¿Cómo así mi padre te pidió aquella pulsera?- comenté.

-El me busco, desde que estuvo con tu madre, no siempre estaba cerca, entonces lo vi dos veces en ese tiempo. – respondió. - Pero la primera vez fue cuando te conocí, cuando eras apenas una bebé.

Quede extrañada con sus palabras y llamo ciertamente mi atención, no tenía recuerdos de bebé, aun no razonaba en ese entonces, por lo que simplemente ladee a un lado mi cabeza y le dedique una sonrisa a modo de contestar por lo que ella había dicho.

Quede extrañada con sus palabras y llamo ciertamente mi atención, no tenía recuerdos de bebé, aun no razonaba en ese entonces, por lo que simplemente ladee a un lado mi cabeza y le dedique una sonrisa a modo de contestar por lo que ella había dicho

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-¿Quieres que te muestre?.- comentó.

-¿Mostrar que?.- inquirí.

-El recuerdo, ¿has realizado algún hechizo de proyección? - preguntó

-Si, si lo hice. Atziri me enseño. - le contesté.

-¿Atziri?, la pequeña morena, es una bruja potencial, muy buena. Aprendió bastantes cosas que le enseñe. - añadió. - Bueno, ahora sí, déjame mostrarte.

Le dedique un pequeño asentimiento a lo cual se acercó mas tomando mis manos con sutileza y sin decir alguna palabra, un pequeño chasquido sobre sus dedos se escuchó.

Lo siguiente que paso era que sentí un cambio de lugar, era una oscuridad total, pero frente a donde yo estaba empezó cambiar el tono del lugar, por el ambiente se trataba de un bosque uno muy extenso, la noche era iluminaba por algunas estrellas y por una media luna.

Una camioneta se estaciono frente a un árbol, de color negro y lunas polarizas, de su interior una persona estaba haciendo ruido, hasta que abrió lentamente aquella puerta y era la misma persona que imagine desde siempre, con una sonrisa entre sus labios.

-Elena , hola.....- susurró papá.

Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora