|| ¿Tradiciones? ||T2

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¿Fogata?, sonreí ante aquella idea, para luego ver como habían acomodado un lugar especifico para esta. Había una pira de leños frente a nosotros, muy bien acomodados, bordeados por ladrillos que cubrían el exterior. De igual manera había dos mesas pequeñas con comida y las brochetas que mamá había dejado, pero frente a todo eso, estaba un gran sofá, en el cual imagine íbamos a sentarnos todos, ya que estaba lo suficiente cerca como para poder a asar las brochetas sin quemarnos o algo por el estilo. Me pareció una hermosa idea, algo fuera de lo común, no solíamos salir mucho, pero esta idea me gustaba más que cualquier otra. Era feliz estando junto a ellos y pasando momentos de alegría y que mejor que una noche de este tipo.

-Si se ha quedado en silencio es por que adora la idea. - volvió a susurrar mamá.

-Claro que le gustó, fue mi idea.- comentó papá .

-Gracias. - mencione alegre para acercarme a ellos y abrazarlos. - Es una hermosa cena. Los amo

-Nosotros a ti pequeña. - dijeron al mismo tiempo ambos.

-Bien, hora de comer. - dijo papá , quien entre risas trató de correr para atraparme y ayudarme a buscar aquellas brochetas.

Algunas tenían finos pedazos de jamón y otras era de salchicha que podías asar. Sin olvidar que mamá preparó unas ricas papas a su estilo y había también pan. Por suerte mi padre me trajo uno de mis vasos junto al jugo de fresa que siempre adoraba tomar. Los minutos pasaron uno a uno, tuvimos el tiempo necesario para comer hasta saciarnos, pude notar eso, por que ya no cabía algún malvavisco en mi boca, estaba repleta de comida. Claro a excepción de mi padre, él aún tenía hambre, mamá solía decir que tenía un apetito de comida imparable, típico de lobos. Tomé a ambos de sus manos y las apreté ligeramente mientras observábamos el lugar, la hermosa noche encima de nosotros, el bosque y aquella fogata como parte de nuestra cena, era un momento realmente especial y estaba feliz de pasarlo de esta manera. Sentía que podía gritar de cuan feliz me ponía el saber que éramos felices comiendo y platicando de muchas historias, papá era bueno contando historias, sobre todo de cuando solía mencionar sobre una princesa que era toda una guerrera cuando se trataba de proteger a su familia.

A veces tenía la certeza que papá lo decía por mi, pero también conocía el gran repertorio de libros que papá solía leerme desde que era más pequeña. Cuando por fin terminamos de comer por completo , me senté junto a ellos, viendo que mamá traía consigo un cuaderno pequeño y unos bolígrafos con ella.

-Piensas escribir cariño...- comentó papá ,alzando la vista hacía ella.

-No, es una idea que recordé.- continuo mamá. – Ya sabes esta en nosotros y es bueno que ______(T/n), conozca algunas tradiciones.

-¿Tradiciones?.- murmuré algo confundida.

-Oh dios...- exclamó papá. – Por favor no digas "Fogata".

-Si Zeth, la tradición de la fogata.- aclaró mamá sonriendo entusiasmada por ello.

Miré a papá quien parecía querer huir de la idea de mi madre, aunque no pensaba que fuera tan malo , ¿o sí?. No creo que mamá nos pida caminar sobre las llamas o saltar, al menos no pensaba que una niña como yo debía hacer eso, no era una humana totalmente pero aún así podía herirme. Antes de que pudiera decir algo más, mi padre giró a verme y sostuvo una de mis manos sobre la suya apretándola despacio.

-Verás mi pequeña y dulce niña. La tradición de la fogata es algo familiar, nos enseñan desde pequeños.- me informó.

- me informó

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Verdadero amor - Jacob Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora