Capitulo 19 Part 3

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—¿Qué?–preguntó exaltado.

—Fue mi culpa...–sollocé.

—Mándame la ubicación y trata de
tranquilizarte. Voy en camino.

{...}

Una señora quién me vió llorar se detuvo a mi lado consolándome.

—No fue mi intención, de verdad que no lo fue—insistí y negué con la cabeza repetitiva con culpa, mi corazón latía y esa extraña sensación no se había ido de la boca de mi estomago.

Me sentía tan asustada.

Apreté mi vestido sujetándolo con fuerza, mi vista viajo a la toalla húmeda y despinté mi boca con brusquedad.

Yo, tan sólo estuve jugando por allí a los disfraces y viviendo felizmente una vida que ni si quiera me corresponde.

Fui quien ocasionó todo esto.

La mujer desconocida palmeó mi espalda demostrándome su apoyo.

Una lágrima resbaló de mi mejilla.

—Está bien, no te culpes lo demasiado para perturbarte. Respira y trata de tranquilizarte, luces un poco pálida. Estoy segura de que los padres entenderán que no fue tu intención.

Mi vista se desvió a él dirigiéndose a mí a un par de metros.

—Seoyoon...—murmuré, lucia angustiado y su paso era veloz.

Me levanté de golpeé.

Su mirada se encontró con la mía aunque nuestro alrededor estuviera lleno de gente.

—¿Él padre de Ji Eun?—escuché la voz de la señora, ella también se levantó.

Está vez, su cabello estaba sin peinar. Este caía ondulado sobre a su frente, su camiseta negra casual y unos pantalones beiges.

—¿Estás bien?

Al parpadear las lágrimas resbalaron por mis mejillas sobre las anteriores.

—Lo siento mucho—me precipité,—Pregunté y la busqué por todos lados, pero nadie sabe sobre ella–sollocé desesperada,—Yo...—titubee,–Realmente lo siento.

El rostro se la señora se asombró cuando él se acercó y me atrajo con él. Me abrazó y me sujeté recargado mi rostro sobre su pecho.

—Está bien. La encontraremos.

—Lo siento—murmure,—De verdad lo siento.

—Espera aquí. Iré y averiguaré con los guardias de seguridad.

—Ya lo hice.

Él pasó una mano por su cabello con frustración.

Esto estaba sucediendo debido a mí, no cuidé bien de ella.

Tan sólo era una niña de cinco años, ¿dónde estaría? ¿estaría acompañada? Debe estar asustada.

—¿Que voy hacer?—murmuré para mí, la señora a mi costado se acercó.

—¿Porqué no la reportamos como desaparecida? Vayamos hacerlo—limpié mis lagrimas.

—No podemos hacerlo hasta que pase un lapso de setenta y dos horas.

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora