Cap 38

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—Mírate, tan parecida a tu abuela. Amando este tipo de cosas raras...—replicó,—Hija, esto es como los horóscopos. ¿Como podría un extraño saber lo que sucede?

—¡Anda entremos!—anime a mamá.

Ella sin decir nada más accedió. Entramos al pequeño lugar donde se encontraba una señora un poco mayor, me senté frente a ella y mamá a lado.

Ella frunció el ceño al verme.

—Veo un hombre muy importante en tu vida—se dirigió a mí en voz alta,—Es imposible no verlo, también una niña—aclaró, mi madre rió en voz baja,—Veo dinero, mucha fortuna. Eras una persona muy importante. Sin embargo fuiste la envidia de muchos, tú éxito. Tú vida. Has sufrido a causa de ello. Trampas, engaños y desamor.

—¿Que cosas dice? creí que usted solamente habla sobre el pasado—intervino mi madre.

—Estoy viendo su pasado ahora mismo—aseguró la mujer.

—Dejé de mentir, mi hija solo tiene diecisiete años —le pidió mi madre.

—Sin embargo su pasado dice mucho más. Decir el futuro me traería consecuencias. Hay cosas en las que uno no se debe entrometer. La gente tiene que vivir sus propias experiencias y obstáculos. Decir el futuro no es de mi agrado es por eso que estoy en esta feria de diversión. La gente viene solo por curiosidad y yo les digo su pasado. Cosas que ya saben y que solo vienen a confirman si esta vieja mujer realmente sabe.

—Te lo dije, es sólo una charlatana—murmuro mi madre a mi oído. Ella se puso de pie y tomó mi brazo, pero me mantuve de pie frente a la mujer.

—Quiero oírla—le hice saber.

—Es curioso, porqué sí ese no es tu pasado no puedo ver otro—negó al observarme,—Es...demasiado complicado poder descifrarlo—confesó,—Como si hubiera sido reemplazado.

—Tonterías, salgamos de aquí—mi madre tomó su bolso y salió.

Me levanté.

—Déjame ver tu rostro una vez más.

—Anda, vámonos Somi—llamo mi madre a la salida con un poco de desespero.

—Hay cosas en las que no me debo entrometer. Pero es evidente. Ese remplazo, tiene que tener una continuación. Lo que quiere decir que esa historia aún no termina.

—¿Que quiere decir?

—Ya que veo sólo un pasado, tú futuro puede cambiar, no de la manera que lo haría antes sino con un poco de alteraciones. Tendrás que estar atenta a tu alrededor—aconsejó,—Tus actos y decisiones caerán con más peso de lo inusual. El futuro no es algo que esté predestinado. Sino algo que tú decides. Lo descubrirás—escuché con atención cuando mi madre regresó y tomó mi brazo haciéndome salir de ahí.

—No puedo creer que hayamos gastado cinco dólares en eso–se quejo mamá.

Incómoda la miré y desvié mi vista al frente.

—Mira, Papa está comprando comida—señale al puesto y me apresuré.

{..}

Recibí mi nieve y desvié mi vista a los juegos.

—Disfruten su comida, iré a caminar por el parqué. Veré los juegos o tal vez jugaré ese juego de pistolas—comente en voz alta para que mamá escuchara. Ajuste la pequeña mochila donde traía mis pertenencias y me apresuré.

—¡Park So Mi! ¡No gastes tu dinero en esas cosas!—la escuche gritar y reí en voz baja.

{..}

Observé el techo.

—Mamá. La comida estaba buena. Ahora que tengo un trabajo y ganó dinero debería ir de vez en cuando—le conté mientras reposaba mi cabeza sobre sus piernas en el sofá.

Ella acariciaba mi cabello.

—Deberías hacerlo, disfrutar de tu adolescencia tanto como puedas. Cuando estés en tus veintes, la vida será un poco más dura, vendrán preocupaciones. ¿Que estudiaré? ¿Soy lo suficiente buena en esto? ¿Que voy hacer en el futuro? muchos pensamientos vendrán a tu cabeza. Convertirte en una adulta, es duro. Así que Somi, disfruta tanto como puedas.

—Mhn—sonreí.

{Siguiente día}

Estaba en mi trabajo de medio tiempo.

Observé la hora,
4:35PM

—¿Porqué aún la comida no está aquí? ¿No me traerá más?

La puerta se abrió y vi un par de zapatos entrar, subí mi vista hacía su rostro pero el entró por uno de los pasillos.

Sonreí al recordar la primera vez que recibí comida.

{Flashback}

Una moto llegó y un repartidor entró.

—Dumplings y tteokbokki—leyó en su pedido y me miró.

—¿Eh?

—Su pedido aquí está.

—Disculpe...pero yo no pedí nada—respondí desconcertada.

—¿Usted es Park Somi?—leyó de nuevo.

—Mhn.

El se aproximó a mi y dejo la bolsa de comida frente al despacho.

—Esto es de usted.

—Oiga. No pagaré por ello, está bien si alguien envía comida a mi nombre pero no pagaré por algo que ni siquiera pedí—repliqué.

—Eso ya está pagado. Me voy—el salió.

Desconcertada lo observé marcharse.

¿Esto es una broma?
Corrí a la barra y abrí la bolsa.
Una sonrisa se asomó en mi rostro.

—No lo es...esto están increíble—murmuré para mí con felicidad.

{Fin del Flashback}

Los pasos acercarse me hicieron salir de mi trance.

Vi sus pies detenerse, mis ojos viajaron hacía su rostro.

El dejó una bolsa de comida y una bebida sobre la caja.

—¿Te gusta el jugo de fresa?

Sorprendida lo observé.

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora