Cap 66 Part 4

216 28 9
                                    

{Narrador Seoyoon POV diez minutos antes}

Recargado en el volante en medio de la carretera permaneció hasta que su teléfono timbró.

Respondió y lo llevó a su oído.

—¿Hola?—murmuró desanimado.

—Joven, soy quién trabaja en la tienda de convivencia. Me dio su número la última vez que vino, dijo que llamará cuando estuviera despejado.

—Lo recuerdo.

—Pero, creo que aquí está una chica conocida suya, ella vino aquí desde hace una hora, le dije que entrará pero ella dice que espera a alguien. ¿Es usted?

{..}

{Narras tú}

El se alejó y miró mis ojos un poco irritados. No emitió reacción y se mantuvo inmóvil.

—¿Puedes...decirlo de nuevo?—su voz fue áspera en el clima frío,—Dilo otra vez.

—Me gustas—observé sus ojos obscuros como la noche por la obscuridad, el se dirigió y me abrazo de golpe.

—¿No es un sueño? Está vez, ¿estás tomando mi lado? ¿Verdad?—fue ansioso y agitado sobre mi oído.

—Lo estoy haciendo, tonto.

Una lágrima resbaló de mi mejilla, sentí su corazón latir fuertemente.

—Entonces. Tan sólo contaré diez para confirmar que esto es verdad. No trates de huir de mí. Me aferraré a tí tanto como pueda—me sujetó.

No iré a ningún lugar. Ya que no tengo intención de hacerlo.

He estado por mucho tiempo lejos de ti, tanto que duele. Así que, también te sujetaré.

Lo apreté atrayéndolo más a mí.

—Lo siento. Por tener una idea equivocada, por hacerte esperar. Por hacerte pasar un mal rato. Perdón por todo eso.

—Deja de disculparte. Estoy bien con todo eso, porque ahora estás aquí.

—¿Como podrías estar bien con esperar durante tanto tiempo?

Se separó. Su vista bajó hacía mis pies, los bajé también y observó mis calcetines a través de las chanclas rosadas.

—¿Qué es esto?

—Es moda.

Sonreí divertida y el también lo hizo.

—Parece que serás una exitosa diseñadora de modas—tomó mi mano atrayéndome con él.

—Pero, ¿a dónde vamos?—titubee desconcertada.

—Nuestra cita. Está comenzando—se emocionó y apresuró.

{..}

Sentada en las rocas observé el mar y el cielo nocturno. Un paraguas nos protegía de la neblina.

—Lo siento. No puedo llevarte a algún lugar bonito—se disculpó,–Soy alguien quién tiene que reservar ese lugar bonito para poder ir allí.

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora