Cap 59 Part 3

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—Claro que lo eres. ¿Crees que soy tonta?

Rompí la tensión, el se alejó.

Mi rostro aún se encontraba serio y me sente sobre la cama.

—Qué...¿que es lo que querías comprobar?—recordé.

—Me preguntaste hace rato, si mi colchón era más cómodo que ese sofá..., ¿lo es?—preguntó esta vez en la salida mirando hacia mi.

—Ah...—comprendí, comencé a tocar el colchón,—En serio....lo es—comente fascinada, me dejé caer de nuevo a él,—Por cierto, ¿que marca es?

—¿Quien se fija en las marcas de los colchones?

—Lo hago. No sabes lo que es dormir en un incómodo colchón como el mío—replique.

—Lo sé. Dormí allí anteriormente. Durante dos semanas. ¿Lo olvidas tan fácilmente?

—Ah...cierto...

—¿Por que estudias en una universidad cara cuando ni si quiera tienes dinero para un buen colchón?

—Hay prioridades, la universidad es una de ellas. Hay concursos significativos, y tienes más oportunidades. Por cierto, Tú vestimenta es diferente ahora, ¿porqué?

—¿Lo notaste?

—Bueno... era como si fueras hacer un comercial a diario—rasque mi nuca tras la imprudencia,—Digo, con todas esas cosas caras y ropa extravagante que hacen lucir sentir incómoda a la gente a tu alrededor.

—¿Te hacía sentir incómoda?

Lo vi con sus pantalones ahora más flojos negros, su camiseta casual Nike, sus cadenas de plata y su cabello sin peinar, simplemente al natural ondulado cayendo sobre su frente.

—Esto también es caro—me hizo saber ofendido.

—Ah...Hmm...no me refiero a eso.

—Mike contrató a una estilista, elegía mi ropa a diario, como parte del contrato. Ahora elegí algo por mi mismo.

—¿Que sucedió con Mike? ¿No dijo nada al respecto?

—Lo despedí, me deshice de ese contrato.

—¿Qué?—me levanté.

—Estoy libre de él ahora.

—Eso...¿quiere decir que pronto verás a tu madre?

El asintió.

—¿Por qué no la traes aquí de inmediato? No te preocupes por mi y mi tía, permaneceremos en nuestras habitaciones.

—No eres tan importante para cambiar mis planes. Estoy esperando por su cumpleaños, dentro un par de días.

—¿Le harás una fiesta?—me sorprendí y sentí un poco de emoción.

—No—salió, lo seguí con entusiasmada.

—Ya veo...¿pero no le comprarás algo?

—No, simplemente puedo darle dinero y ella comprará algo. ¿Para que dar regalos? Ahora todos es regalo en efectivo.

—Pero siempre es bueno y emocionante recibir algo. Sabes, adoró los cumpleaños.

—No es como si conociera el gusto de las mujeres, especialmente el de mi madre.

—Puedo acompañarte. Te ayudaré a elegir algo.

—¿Tú? Digo...¿lo harías?

Asentí.

—Bien.

Lo seguí y ambos bajamos las escaleras.

—¿Crees que podría ver películas los días restantes? Lo haré una vez que estés desocupado, cuando no estés.

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora