Capítulo 23 Part 3

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—Sra, ¿tiene algún problema?—preguntó el nuevo guardaespaldas detrás de mí, yo me quedé en silencio mientras lo observaba.

—Usted manchó el coche de mi hermano la última vez, si tiene el dinero suficiente como dice pague por ello—pidió, abrí mi boca ofendida.

{Flashback 1 mes atrás}

—Señora, sí usted me quiere secuestrar, de una vez le digo que el coche tiene GPS conectado hacia el coche de papá, así que el podrá encontrarme fácilmente.

Mi vista viajó hacía la casa conocida.

—¡De prisa de prisa, es allí!–sollocé ignorando por completo lo que el dijo anteriormente al ver de nuevo la casa por la que salí esta mañana.

—¿Está bromeando? ¿Está segura que es aquí?

—Bueno...no. Realmente no puedo recordarlo. Pero camine por aquí antes.

—Si no me dice donde vive, no me preocuparé por usted y puedo bajarla en la próxima parada, así que de una vez dígame la dirección–murmuro molestó.

Abrí mi boca ofendida y me quejé en voz baja.

—¿Por que mentiría? ¡Que molesto!–le grité bajando de el coche, miré mi malteada de fresa y la vacié en el asiento—Por cada vez que me dijiste señora, ah–me gire de nuevo hacia él. —Sí no estuviera tan apresurada definitivamente habría pateado tu trasero–cerré la puerta de golpe para seguir mi camino.

{Fin del Flashback}

—Ha—bufé. Comencé a reír sin ganas y enarqué una ceja.

—Estoy trabajando aquí desde hace un mes, gracias a usted—se quejó molesto.

—No me lo agradezcas—sonreí falsa.

—Aún no terminó de pagar el tapiz que usted manchó, mi hermano quiso cambiarlo completamente—me hizo saber.

—Tu hermano debe tener un lindo tapizado ahora—sobre actúe. El bufo molesto al ver mi acto,—Sigue trabajando duro para pagarlo—lo animé.

—De seguro solo entró a ver, así que Sra la invitó a retirarse—sonrió falso. Levanté mis cejas.

—Que patéticos los chicos de diecisiete—lo observé, saque una tarjeta de presentación con mi nombre en él —Puedes llamarme Sra Lee—le dejé sobre la vitrina la tarjeta.

—Usted realmente está loca.

—Sra Lee hice la compra—me comunico el chofer al llegar a mi costado.

Él me observó un poco pálido, miró la tarjeta y volvió a mí.

—¿Sra está teniendo problemas?—preguntó la mujer al llegar, observé el rostro del chico notablemente sorprendido sin poderlo creer.

—Sí, ese chico no sabe como lidear con los clientes—le hice saber, tome mi cartera y dejé un par de billetes frente a él,—Sal de aquí y paga eso de una vez. Siento mi actitud repentina de hace un mes—me dirigí a la salida pero me detuve,—Ah, y lamento haber dicho que tenía diecisiete años—negué fingiendo pena,—Es verdaderamente genial tener veintinueve.

{..}

—Sra Lee—saludó una de la empleadas al verme llegar a casa.

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora