¿Qué pasó ayer?

Cap 67

Espero, no haberme escuchado cursi. Colgué repentinamente nerviosa.

{Narrador SeoYoon POV}

El bajo él teléfono de su oído dentro del coche y sonrió.

Tecleó en sus contactos y llamó.

—Sr Jong, reserva un buen restaurante para mañana en la noche. A las 8.

—¿Porqué de pronto? Sabes...mañana..—

—Sólo porqué sí. Sí hay algo por hacer tan sólo cancélalo.

{Día siguiente}

Al despertar una enorme sonrisa se asomó en mi rostro aún soñolienta.

—Hey, mírate. ¿Despertando con una sonrisa? Algo bueno debe haber sucedido.

Talle mis ojos adormecida, me senté sobre la cama y la miré recoger la ropa sobre el suelo.

—Tía.

—Tienes un regalo fuera que obstruye mi pasada, así que ve por el de inmediato.

—¿Un regaló? ¿Temprano por la mañana?

Descubrí mi cuerpo de las sabanas y abrí la puerta para salir a la sala, me detuve de golpe.

Había un gran colchón recargado sobre la pared.

Lleve ambas manos a mi boca y corrí a él.

Comencé a buscar la etiqueta.

—Oye, ¿que es lo qué haces? Busque nota pero no hay nada. ¿Te lo envió ese productor a cambio de algo? Oye, pero. ¿Quién demonios regala un colchón? Debe estar fuera de sus casillas, él debió enviarte algo realmente bueno.

Me detuve tras encontrar lo que quería.

Grité con emoción.

Ella se sorprendió y llevó su mano a su pecho.

—¿Que es? ¿Que es lo qué pasó?

—¡Es la marca que tanto quería! ¡El colchón de mis sueños!

—Él...¿colchón de tus sueños? ¿Anhelabas un colchón?—me miró extraña, asentí con felicidad, me levanté y lo abracé estirando mis brazos,–Dios, conozco gente que anhela teléfonos, coches y casa pero, ¿lo que tanto aheleabas era un colchón?

—Tía, no importa quien haya sido. ¡Aceptaré este colchón y no lo devolveré jamás! Así que si ese productor llama pidiendo algo simplemente lo haré—sonreí abrazada de él.

—Dios...vamos, muévelo de ahí. Me causa un conflicto verlo allí.

—Oye..pero, sí es tan temprano. ¿A que hora lo trajeron?

—¿Temprano? Son las diez y media.

Abrí mis ojos hacía su dirección.

¿Las diez de la mañana?

{..} 1:PM

—Es un hermoso día—suspiré.

—¿Hermoso día?—fue sarcástica,—Está nublado y haciendo frío—replicó Sandara a mi costado.

—No importa si llueve o hay una tormenta. El mundo seguirá luciendo hermoso para mí.

Ella me miró extraña.

—¿Que cosas dices, de pronto?

Sonreí.

—Eleva tu vibración, Dara.

La dejé atrás y me apresuré a cruzar la calle tras cambiar el semáforo a rojo.

—¡Oye! ¡Somi!—ella corrió llegando a mí costado,—Tan maleducada—respingó,—Me invitaste a acompañarte de compras pero me dejas atrás.