Cap 37 Par 3

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—¿Me conoces?—se sorprendió la chica, esta vez me detuve observándola. Era ella, Go Mi Na. Solo que trece años más joven,—Es extraño porqué solía vivir en Seúl así que me parece un poco sorprendente—sonrió tímida.

—Digo, sólo saludaba. Lamentó que se haya escuchado como pregunta—comenté nerviosa y le di la espalda, abrí la silla y me senté a lado de Sandara.

La clase comenzó y comencé hacer apuntes.

—¿Desde cuando tomas apuntes sobre la clase?—se sorprendió Sandara a mi costado, seguí escribiendo.

—Soy quién decide mi futuro después de todo—respondí,–Me daré un grandioso futuro y entraré a una buena universidad. Para ello necesito buenas notas.

Pasaron alrededor de dos horas cuando el timbre sonó para el almuerzo. Sandara se puso de pie y guardó sus cosas. Continué realizando el trabajo.

—¡Rápido! Se llenará la cafetería—me apresuró.

—Espera, pronto terminaré.

Ella se acercó a mi trabajo y se acercó, me quitó el cuaderno.

—¿Desde cuando sabes inglés?—se sorprendió. Le quite la libreta para finalizar y le respondí.

—Tomé un par de clases el mes pasado. Lo necesitaba para enviar correos a...—me callé al verla,—Estudie un poco en casa—conté nerviosa y puse de pie, caminé hacia la profesora y se lo entregué.

—Veo que has mejorado bastante—se alegró,—En realidad, todo es correcto—se asombró y me miró.

Le sonreí de vuelta, regrese a mi lugar y guardé mis cosas.

—Ahora sí, Vayamos—tomé su brazo saliendo del salón de clases.

—Mírate, estás actuando bastante extraña—comentó, reí en voz baja.

—Exageras—negué. Al llegar la cafetería estaba llena, ella se quejó en voz baja.

—Deberíamos comenzar a traer nuestro propio lonche—sugerí.

—¿Bromeas? Sería vergonzoso.

—Es una buena manera de ahorrar dinero—me encogí de hombros.

Mi bolsillo vibró y saqué el teléfono, sonreí frente a la pantalla.

—¿Por qué sonríes así? ¿Algo bueno sucedió?

—Papá se fue de viaje pero el llegó a salvo. Lo dijo mamá—le mostré el mensaje.

—Woah....increíble. ¿Esta de verdad es mi amiga?—Sandara me miró extraña.

—Mhn—sonreí agradable.

Supongo qué tal vez me equivoqué y las cosas no podrían ocurrir de la misma manera.
Estoy feliz por eso.

Todo volvió a la normalidad.

—Increíble. ¡Allí está Yeon Jae Sun!—exclamó Sandara, me quedé inmóvil y ella comenzó a moverme. Gire a verla,—Vamos, escóndete—me pidió tratando de jalarme.

—¿Por qué? No lo haré más—metí ambas manos en los bolsillos del saco de mi uniforme.

—¿Que? Pero sí haces eso cada que lo ves, dijiste que estabas lo suficientemente avergonzada por lo que sucedió hace dos meses que no querías que él viera tu rostro de nuevo—me recordó y me tomó de los hombros dándole la espalda.

—Bien. No me importa más. No hice nada malo—me excusé. Ella sorprendida asintió.

—Cielos...cielos—me llamó en voz baja, fruncí el ceño observándola. De pronto giré hacía atrás y abrí mis ojos al ver a Jason caminando hacía nosotras. Sentí la atención de todos en la cafetería sobre nosotros.

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora