—¡No puede ser!–exclamó ocasionándome sobresaltar, la vi comenzar a caminar de un lado a otro por la habitación—Es por eso que habías estado actuando extraña–contó–Las preguntas ilógicas, tú comportamiento hacía mi, incluso las búsquedas en internet–continuo caminando.
Se acercó impulsiva y se sentó frente a mi con interés.
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—¿Entonces lo único que recuerdas es tu adolescencia?—preguntó totalmente sumergida en la conversación.
—Sí–hice una mueca y metí la mano dentro de la bolsa de papas fritas.
—¿Que clase de amnesia es esa?—se cuestionó para ella misma,—Que locura–se dejó caer en el suelo cayendo sobre las cobijas y almohadas—¿Entonces querrás saberlo todo, cierto? Es por eso...que viniste a dormir aquí—recordó,—Claro la Sra Lee despiadada, malvada, grosera y desconsiderada jamás habría puesto un pie en mi humilde casa—se sumergió en sus pensamientos un poco molesta.
La observé con una pequeña mueca.
—¿Estás insultándome ahora?
—No, no—sonrió nerviosa, metió un mechón detrás de su oreja y se acercó a mí,—En realidad me caes muy bien—sonrió expresiva,—La nueva tú—murmuró por lo bajo.
—Ah...—sonreí incómoda.
—Primero que nada, la antigua tú nunca deja su cabello suelto–negó al ver mi cabello y comí una papa frita de nuevo.
—¿Duerme con cabello recogido?–me burlé—El tener veintiocho años es suficiente para mí–me quejé—No es como si la gente fuera otra por utilizar un peinado diferente.
—¿Que dices?–se quejó—Los últimos cinco años he tenido que utilizar el cabello recogido por qué no te gusta que llevemos el cabello suelto a la empresa–bufo molesta.
—¿Hice eso?–levanté mis cejas, suspiró y la vi tratar de relajarse.
—Lo siento. Aún no puedo hacerme la idea de esta situación. Desde el primer día de trabajo prohibiste llevar el cabello suelto, dijiste que nos quitaba formalidad y reflejaba poca higiene hacía la empresa y que era sinónimo de que no nos esmerábamos en nuestro físico–me contó y metió la mano dentro de la bolsa de papas fritas.
—Que tontería–me burle y ella rió junto conmigo.
—De acuerdo en eso–admitió,— Además siempre muestras favoritismo por la otra secretaria, la hipócrita de Kels. Ella siempre trata de quedar bien contigo. ¡Ay! ¡Es tan satisfactorio decirlo!—Expresó concentrada, la observé extraña.
—Esa chica...luce amable.
—¿Amable? Ella se siente tu secuaz, siempre estás de acuerdo en sus sugerencias y cuando no estás nos da órdenes a todos respaldándose porque es su favorita. Una vez, me quitaste mi sueldo por llegar tarde. ¡Deseaba gritarte las razones! También—lo recordó,—En una ocasión...fue tan molestó, me hiciste hacer un trabajo doble que me llevó horas solo porque no te gustó el tipo de letra que utilicé—Asintió para ella misma desahogándose.
—¿Has terminado?
Ella negó.
—Nos haces quedarnos hasta tarde y ni sí quiera tenemos unas vacaciones merecidas. Siempre estamos trabajando. ¿Porqué no tenemos vida? Es porque estoy siempre trabajando. Me pregunto, ¿le veré el rostro a la Sra Lee toda mi vida? Luego recuerdo el pago mensual y es cómo una pastilla que alivia el dolor.
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¿Qué pasó ayer?
Fanfiction¿Eres actualmente una fan? entonces esta fanfic es para ti. Todo comenzó como una broma. Pero, ¿que pasaría sí un día despiertas trece años después casada con el chico de tus sueños? La caracteriza su despreocupada apariencia y malas notas debido a...