Su rostro sorprendido me miró reconociéndome.
—¿Tú?
—Tu memoria no está tan mal—sonreí alegre.
Tragó saliva un poco irritado por sus próximas palabras. Me levanté un poco inquieta.
—¿Quieres un autógrafo? ¿Que es lo que quieres? ¿Una foto?
—¿Parezco esa clase de loca fan que correría por los pasillos de un auditorio por un autógrafo?—fingí estar ofendida.
El recorrió su vista a mí.
—Pareces—confirmó.
—Hay algo que necesito decirte—confesé.
—¿A dónde fue la chica?—escuché fuera.
—No pudo haber desaparecido—escuché las voces en el pasillo. Me alerté y lo miré.
El tomó mi brazo haciéndome salir pero me recargué en la puerta cerrándola con fuerza impidiéndoselo.
—Sal de aquí.
Negué reteniendo la puerta.
—Sí no lo haces entonces creeré que estás locamente enamorada de mí así que aléjate.
—Entonces piénsalo. No tengo ningún inconveniente con tal situación.
El incómodo se alejó.
—Hay mucho por decirte así que solamente déjame hablar—insistí.
—No me importa lo que tengas por decir. Vete.
—¿Sólo eres amable cuando alguien paga trescientos dólares?—intuí,–Eish, ¿de verdad te pagan por eso?—chisquille en voz baja,–Eres afortunado.
—Oye, de verdad no me interesa lo que tengas por decir—fue duró,—Sólo diré una palabra más. Vete. Llamaré a seguridad si no lo haces.
—Dijiste ocho.
—¿Que?
—Dijiste ocho palabras, no una.
El se aproximó a la puerta y la abrió, abrí mis ojos abrumada. Me aproximé a él.
—¡Seguri...—cubrí su boca, el se molestó aún más y cayó por nuestra cercanía.
—Bien. ¡Me iré! ¿Mhn?
Bajé la mano.
El se alejó y limpió su boca.
Le di la espalda.
—Oye.
Giré a él con interés.
—¿Si quiera, tus manos estaban limpias?—se tornó curioso, pasó una pequeña toalla sobre sus labios.
Me fue inevitable no reír, calle al instante al ver su rostro serio.
—Claro que no.
—Eish...—se quejó.
—Tan sólo dame tres minutos—levanté mis dedos en el airé y cerré mis ojos en súplica.
—Sí quieres hacerlo paga trescientos dólares—reto,—De lo contrario sí dices una palabra más llamaré a seguridad.
Abrí mi boca un poco ofendida. El me miró retador.
—¡Soy Park Somi de Daejeon!—grité, el se aproximó decidido hacía la puerta fuera, ví como la abrió y corrí detrás de él sujetándolo de espalda.
—Disculpa, ¿hay...otra salida que no sea regresar por dónde entre?—murmuré,—Me voy. Me estoy yendo.
El giró hacía su costado.
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¿Qué pasó ayer?
Fanfiction¿Eres actualmente una fan? entonces esta fanfic es para ti. Todo comenzó como una broma. Pero, ¿que pasaría sí un día despiertas trece años después casada con el chico de tus sueños? La caracteriza su despreocupada apariencia y malas notas debido a...