Capitulo 22

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Estaba en el elevador observando la pequeña mesa con ruedas, había bajado al primer piso y me ofrecí a llevarle el desayuno.

¿Como es que todas esas enfermeras se estaban peleando por subir su desayuno?

Las puertas se abrieron y corrí por los pasillos del hospital empujando la mesa de ruedas.

Note las miradas de las enfermeras y las ignore. Al llegar a la habitación, SeoYoon estaba despierto observando hacia la ventana.

—¡Buenos días!–anuncié con entusiasmo, el sonrió de lado.

—¿Has traído el desayuno por ti misma?

asentí feliz.

—Lo traje desde el primer piso–sonreí—Así que debido a mi esfuerzo tienes que comerte todo esto–acerqué la charola.

—Supongo que tendré que hacer un gran esfuerzo por ti–sonrió y mordió el pan a lado de la fruta.

Me acerqué a la ventana y abrí las persianas. Giré al escuchar a alguien entrar a la habitación.

—Buenos días, vengo a limpiar las heridas del paciente–informó su amiga, la observé atenta.

—Buenos días—saludó él,—¿Dolerá más porqué me conoces? Se cuidadosa conmigo—pidió.

Ella pintó su cabello rubio y lo cortó, ¿por que ella luce aún más bonita? La vi acercarse a él.

—¿Que dices con dolor? Estás incluso recibiendo trato especial. ¿No lo sabes?—fingió estar ofendida.

—No, no–moví mis manos en el aire impidiéndoselo y me acerqué a ellos, Seoyoon me miró extrañado.

—¿Pasa algo?–preguntó confusa. Aclaré mi garganta y sonreí falsamente recuperando mi postura.

—Yo lo haré–me ofrecí, ella levantó sus cejas.

—¿Tú?–preguntó él.

—¿Que? ¿Tiene algo de malo?–pregunté ofendida hacía él, el inmediatamente negó sorprendido,—No necesito seis años de carrera para hacer eso. Puedo hacerlo.

—Oh...–me miró la mujer—Entonces me voy, dejaré las gasas y el agua oxigenada aquí–me señaló al buró, asentí y ella salió, rápidamente corrí detrás y cerré la puerta.

—¿Que fue eso? ¿Realmente quieres hacerlo tú?–preguntó Seoyoon detrás.

—¿Por que no?–me acerqué—Anda, dame tu brazo–le pedí, el parecía en shook y accedió mostrándome sus heridas. Comenzó a desabrochar su camisa de hospital y me dejó ver su pecho con heridas.

Evite mi asombro al ver los golpes y actué como si nada, cerré mis ojos y aproximé mis manos, el tomo mi brazo deteniéndome.

—No tienes que hacerlo.

—Lo siento—me disculpé,—La llamaré de nuevo—titubee avergonzada.

—Si estabas celosa, sólo hubieras pedido un cambio.

Me asombré y lo miré.

—¿Cambio?

—Un enfermero podría haber venido en su lugar.

—Oh...—rasque mi nuca.

El comenzó a reír, lo mire un poco molesta.

—¿Qué es gracioso?

—¿En serio estabas celosa? Sólo lo dije para ver tu reacción, supongo que realmente lo estabas—sonrió por lo bajo.

—Claro que no, pero ella es una Doctora, ¿por que hace cosas tan pequeñas? ¿No puede sólo mandar a un enfermero? ¿A caso tiene tanto tiempo libre?

¿Qué pasó ayer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora