¿Qué pasó ayer?

Capítulo 10 "Mujer misteriosa" "¿Debo tomar su lado?"

Tragué saliva, ¿ella lo sabía todo? ¿Como es posible?

—Kang Man Wol—se presentó estrechando su mano en el aire esperando que yo también lo hiciera. Sonrió genuina.

No tome su mano, al ver mi falta de interés la bajo rindiéndose. Sonrió aún por lo bajo tras mi acto.

—Usted ya sabe quién soy. No creo que deba presentarme.

—Eres toda una maleducada.

—¿Qué es lo que quiere?—fui directa.

—Cuida como me hablas—estofó en desaprobación,—No estás en posición de ser altanera.

Endurecí mi mandíbula.

—Usted, ¿cómo me conoce?

Me ignoró y comenzó a recorrer la sala de estar donde nos encontrábamos.

—¿Que hace?–pregunté al ver cómo se asomaba entre los pasillos.

—Conociendo la casa–murmuró—Una no siempre tiene la oportunidad de estar en casas así–comentó.—¿A caso tú no has hecho lo mismo?

—¿Es realmente lo importante ahora?—pregunté de mala manera.

—Cambia de actitud, no te servirá conmigo–negó molesta,—Trátame bien y te trataré bien.

Me crucé de brazos y la seguí.

—Oh miren quienes están aquí–se burló y tomó entre sus manos un portaretrato, éramos SeoYoon y yo—Por cierto–recordó,–¿Donde está él?–preguntó confusa.

—Tengo muchos problemas, lo mejor es que salga de aquí cuanto antes.

Esta mujer estaba colmando mi paciencia, algo pareció divertido para ella, rió y me contuve por no rodar los ojos.

—¿En serio? Solo tienes tres días aquí. ¿y ya ocasionaste problemas? Creí que en la vida de tus sueños no causarías líos como lo haces normalmente–negó en desacuerdo y bufé.

—Oiga, es suficiente.

—Necesitas modales y respetar a tus mayores –regañó,—Tu mayor problema es que eres impulsiva y no piensas lo que dices. Aprende a controlarte—levantó su voz.

—Bien, creo que su visita ha sido suficiente.

—¿Mi visita?–rió mientras levantaba una de sus cejas.—No cariño, vengo a quedarme.

—¿Qué?–logré articular entre mi asombro.

—Lo que he dicho–afirmó señalando hacía una maleta que se encontraba a lado del sofá.

¿Como no la noté antes? Ella tenía una sonrisa victoriosa en su rostro mientras yo me encontraba boca abierta.

—¿Por que está tan segura de que la dejaré quedarse aquí?–pregunté recuperando mi postura.

—Sencillamente por qué vengo ayudarte, lo he dicho antes.

—¿Así? ¿Que es lo que hará? ¿tiene una varita mágica que nos hará regresar al pasado?–me burlé.—No confió en usted–solté de una vez.

Su rostro esta vez fue serio.

—Tendrás que hacerlo. Soy la única que puede ayudarte hacerlo.

Tragué saliva y giré hacia mi derecha al escuchar algunos pasos aproximarse hacía nosotras.

—Oh, tú debes ser una de las empleadas. Lleva mi maleta a alguna habitación desocupada. Ah y tráeme algo de tomar, estoy sedienta–ordenó, al ver que la mujer no la obedecía bufó.—¿Que? ¿Te pagan por observar a los invitados?