Continuemos

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Narra Escritora

Al otro lado apareció una sala repleta de estanterías plantadas sobre una alfombra azul e interrumpidas por abundantes macetas de helechos.

Una gran mesa de escritorio dominaba la estancia, acompañada de dos butacas y un diván colocado de cara a la chimenea apagada.

TN se mantuvo en el umbral y se palpó el corpiño para asegurarse de que la fina daga seguía encajada en el interior. Luego froto las piernas entre sí para comprobar la presencia de los dos cuchillos, que llevaba sujetos a los dos muslos.

YN: Debería bajar- dijo, echando un vistazo al pasillo que se extendía a su espalda. Una música de vals flotaba hasta ellos procedente del salón de baile-. Date prisa.

TN enarco una ceja bajo la máscara.

TN: ¿Me estás diciendo cómo hacer mi trabajo?- Yannick se inclinó hacia ella hasta rozarle el cuello con los labios.

YN: Ni en sueños-. Acto seguido, dio media vuelta y se marchó a seguir con su parte del plan.

TN cerró más puertas rápidamente. Luego se dirigió hacia las ventanas del fondo y corrió las cortinas. El pálido resplandor que se filtraba por la rendija de la puerta le proporcionó luz suficiente para dirigirse al escritorio de hierro forjado y encender una vela.

Los periódicos del día, un montón de confirmaciones de asistencia de baile, un libro de gastos personales...

Lo normal. Lo más normal del mundo. Siguió inspeccionando el escritorio, rebuscando por los cajones y golpeando las superficies por si ocultaban compartimientos secretos. Al no hallar nada, se acercó a las estanterías y golpeteo los libros para comprobar si alguno estaba hueco.

Estaba por alejarse cuando un volumen le llamó la atención.

Un libro con una marca que hace años era usada como símbolo de la mafia en el lomo, escrita en rojo sangre.

Lo sacó y corrió hacia el escritorio. Acercándose a la luz, abrió el libro.

Estaba repleto de nombres. Unas cinco oraciones se extendían por toda una hoja para después pasar a otra página. TN conocía algunos nombres, mujeres, niños, hombres, ancianos, todo tipo de persona. Lo único que esos nombres compartían, eran algunos años en la mafia.

TN conocía esos nombres ya que se había topado con esas personas en su estadía en aquella agencia. Algunos estaban tachados con un plumón rojo, como si se hubieran deshecho de ellos.

Hoja tras hoja, cualquier nombre estaba manchado en rojo, pero había uno que aún se mantenía vivo entre todas esas palabras; "TN TA" Era como si aquella chica fuera la siguiente.

Sin embargo...

Unos pasos resonaron en el descanso. TN devolvió rápidamente el libro a su sitio y miró hacia la ventana. Llevaba un vestido muy voluminoso y la abertura no solo era muy pequeña, sino que estaba demasiado alta como para escapar. Y puesto que no había otra salida...

La puerta se abrió de par en par.

TN se apoyo de espaldas al escritorio, y ahogó un sollozo con un pañuelo. Tenía la espalda encogía y se sorbía la nariz cuando Evan entro en su despacho.

El hombre, bajo y regordete se detuvo en seco al verla y la sonrisa se le congeló en el semblante. Afortunadamente, iba solo. TN se incorporó y fingió sentirse muy apenada.

TN: Oh...- dijo mientras se enjuagaba los ojos con el pañuelo a través de los huecos de la máscara-. Oh, lo siento. Yo... necesitaba estar sola un momento y me han dado permiso para refugiarme aquí.

Evan entrecerró los ojos y los desplazó hacia las llaves, que seguían en el cerrojo.

EV: ¿Como entraste?

Tenía una voz suave y pegajosa, calculadora a mas no poder... y un poco asustada.

TN sonrió entre sollozos.

TN: El ama de llaves- a la pobre mujer la iban a despellejar viva después de aquello. Forzando la voz, la chica siguió hablando con precipitación-. Mi... mi prometido me ha d-d-dejado.

Sinceramente, TN se preguntaba a veces si sería normal que fuera capaz de derramar lágrimas tan fácilmente.

Evan la observo con cautela, medio sonriendo, no con expresión compasiva, advirtió la chica, sino más bien asqueado de ver a una tonta lloriqueando por su novio. Como si pensara que consolar a una persona triste implicaba una lamentable pérdida de su precioso tiempo.

La idea de que Yannick tuviera que pasar un solo segundo con un tipo como el que se encargaba de usar y tirar a las personas...

Se concentró en su respiración. Solo tenía que salir de allí sin despertar sospechas. Una palabra de alerta a los agentes del piso inferior y TN se encontraría en un gran aprieto. Y seguramente arrastraría a Yannick con ella.

Se estremeció como si ahogara otro sollozo.

EV: Hay un tocador de señoras en la planta baja- dijo Evan, dando un paso hacia ella, para acompañarla al pasillo. Perfecto.

Mientras se acercaba, Evan se quitó se quitó el antifaz de pájaro que llevaba puesto y dejó a la vista un rostro que en su juventud debió de ser atractivo. La edad y el es eso de a,cojeo lo había dejado reducido a unas mejillas caídas, cuatro cabellos rubios cenizos y nos rasgos vulgares.

Los vasos capilares rotos en la punta de la nariz le teñían la piel de un tono morado que contrastaba con sus llorosos ojos grises.

Se detuvo a un paso de ella y le tendió la mano. TN se seco los ojos una vez más y se guardó el pañuelo en el bolsillo del vestido.





Hola 💜
Esperen que estoy pensando en algo mejor 7w7
Adiós 💜

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~Ni Siete Ángeles~ *BTS* [PRIMERA TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora