Levi's diary

📖VEINTISIETE📖

✨Mil disculpas por la demora✨ Lamento la falta de capítulo el día viernes, por motivos de salud fui incapaz de mantenerme despierta por mucho tiempo y por ello no hubo capítulo. Como compensación el día de hoy les publico el Cap del viernes y el de hoy. Que lo disfruten y perdón por los inconvenientes. ¡Gracias!
Atte: la escritora ✨

«Después de aceptar, aún sin amabilidad nos arrastraron a casa para empacar para llevarnos a la superficie. Isabel y Farlan no me cuestionaron, pero tampoco se veían muy felices. La oportunidad de subir era más fuerte que nuestro desprecio por la forma en que lo lograríamos.

En casa, antes de entrar aceptaron quitarnos las esposas y yo fui el que se adelantó para abrir. La puerta se abrió de par en par, Ami estaba sentada en el comedor viendo hacia la puerta, apenas nos vio corrió hacia nosotros.

-¡Levi! - me grito lanzándose a abrazarme. - que bueno que volv...

Se apartó de mi en cuanto vio que no estábamos solos.

-¿quién son? - cuestionó preparándose para pelear si era necesario, le puse una mano en el hombre y negué con la cabeza.

-¿quién eres tú? - cuestionó uno de los que acompañaban a Erwin.

-ella es Ami Arai - respondió Farlan poniéndose delante de ella en modo protector.

-ella viene con nosotros - le advertí a Smith.

-no, solo hemos visto sus habilidades de ustedes tres - negó el rubio.

-no estaba pidiendo permiso - le desafie - si quieres que vaya ella viene con nosotros, también es buena y lo que mas te conviene es que se entrenó como médico.

-¿también por su cuenta? - cuestionó uno de los soldados, en tono burlon.

-el doctor Sáenz me tomó por su aprendiz hace dos años - se defendió Ami - fue compañero del doctor Jeager durante la pandemia.

-Erwin, podría ser útil, siempre perdemos a muchos por no darles atención médica pronta - razonó una mujer, la misma que había sostenido a Isabel todo el camino.

-bien, pero la evaluaremos con otras condiciones extras a las suyas - acepto el lider tras pensarlo.

Ami me miró buscando algún tipo de indicio sobre que debiamos hacer a continuación o si realmente iríamos con estos sujetos, le devolví la mirada y asentí. No tardamos demasiado en encontrarnos nuevamente en las calles de la ciudad subterránea. Me contuve de darle un último vistazo a la casa de Kenny, solo llevaba su única carta que me dejó y que jamás leí.

Conforme avanzabamos, todo el mundo que pasaba a nuestro lado nos miraba con curiosidad, otros con recelo y unos más con diversión al pensar que por fin nos llevaban. Los de la legión nos rodeaban en un vago intento para que no escaparamos, no tenía intención de hacelo. No me importaba dejar nada atrás, cada pisada que daba en asfalto servía para recordarme porque hacía todo esto, estaba seguro de lo que haría, hasta que pasamos por ahí: la casa estaba abandonada desde hace años, la gente que se había hecho de oídos sordos y ojos ciegos contaban la historia de que la casa estaba maldita, quizá fuese así. Farlan, Ami y yo inconscientemente nos detuvimos cuando estuvimos frente a la sensilla casa de los Arai o la que alguna vez lo fue. Eso también lo dejaríamos atrás. Nos hibamos para no volver.

-que esperan, avancen - nos apresuró Erwin.

Chasquee la lengua con descontento y tome a Ami por el brazo, sabía que si yo no la llevaba conmigo, ella podría quedarse observando la casa hasta el fin de sus días, pero no era posible ahora. Teníamos un trabajo que hacer.»

-¡Kai, Kai, Kai! - grito alguien haciéndome dar un salto sobre la cama.

Era la tía Hange, había llegado tan de repente que me encontró con él diario de mi padre en las manos. No había tenido tiempo de ocultarlo, había estado tan sumergido en la lectura que apenas si me había dado cuenta de que ya eran las 6 am.

-¿que no te mande a dormir? - pregunto ella acercándose a la cama y dejándose caer.

-eh... ¿Y mis padres? - pregunté intentando cambiar el tema.

-tu madre esta en el sillón dormida y el gruñón de Levi al fin cayó en su habitual silla - respondió Hange divertida, ella era la única que lograba emborrachar a mi padre, aún con su alta resistencia al alcohol - ¿que es eso?

No espero respuesta y me arrebato el diario, debí suponer que una pregunta tan simple no bastaría para detenerla, cuando algo le llamaba la atención nada le hacía olvidarlo. Intenté detenerla sin mucho éxito, pues se levantó riendo y con el libro en alto, mi estatura y el hecho de que estaba envuelto en las cobijas me impidió hacer más que intentar lanzarme sobre ella.

-veamo, parece ser un diario, que interesante no sabía que llevaras uno - comentó Hange repasando las páginas sin prestar atención a nada en especial - que buena letra, muy limpia y...

Se detuvo de su baile por la habitación, yo seguía intentando deshacerme de la cobija que se me había enredado en el pie. Hojeo con más detenimiento una parte (aún no llevaba yo a esa parte), su expresión divertida cambió y rebusco en las primeras páginas para buscar, seguramente, el nombre del dueño del diario.

-Kai, ¿de verdad es de tu padre el diario? - pregunto sorprendida, sin saber si lo afirma o lo preguntaba.

-shhh - la hice callar y corri a cerrar la puerta.

-no nos escuchara, de verdad está vez se perdió completamente - dijo ella para calmarme - ¿dónde lo conseguiste? ¿De verdad lo estás leyendo?

-Hange, por favor no le digas nada, si se entera me matara y no creo que solo con la mirada - dije preocupado y suplicante.

-pero Kai, ¿el te lo dio? - insistió ella, parecía tan preocupada como yo.

-no, hace unos días estaba limpiando su oficina y por accidente tire algo, que desencadenó un mecanismo raro que me mostró una tabla suelta en el suelo y ahí estaba el diario con los escudos de la legión, pensaba devolverlo pero entre en pánico pues en eso llegó y escondí la libreta hasta que me di cuenta de lo que era y después no pude parar de leer - explique rápidamente sin pausar para respirar una sola vez.

-oh Dios, si el enano se entera nos matara a ambos - soltó Hange, pero estaba tan curiosa como yo que no pudo soltar el diario y siguió revisando sus páginas.

-¡ya se!

-¿Ami sabe que lo tienes?

-no, creo que ni ella sabe de la existencia del diario.

-creo que hasta se me bajó la ebriedad - comentó Hange volviendo a la cama para sentarse - ahora entiendo porque Levi estaba tan preocupado hoy...