📖SETENTA Y SIETE📖

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Preferí no insistir en el asunto y como ya se me habían acabado los temas, simplemente dejé que el ruido de la calle llenará ese vacío del silencio.

Pocas calles después, llegamos a la estación; sentada frente al gran letrero de salidas próximas, mi madre nos esperaba con varias bolsas de compras delante de ella.

-se negaron rotundamente, dijeron que ya era lo suficientemente mayores para saber que hacer y que además habían tenido buena práctica con Kai - se quejo Ami apenas fue consiente de nuestra presencia.

-te lo dije, ellos estarán bien - le respondió Levi con cierta resignación.

Ami dejo de estar perdida en el horizonte y volcó toda su atención en mi. Se giro y me abrazo dejando un beso en mi frente al paso.

-¿cómo te fue en la escuela?

-bastante bien...

Levi comenzó a tomar las bolsas de las compras, me dio un par a mi.

-no sonó tan convincente - objeto Ami con preocupación.

Pensaba responder, pero aquella mirada de advertencia de Levi me hizo cambiar de parecer. No me detenía para que no hablar, si no mas bien, intentaba que no repitiera mi plan con Ami.

-bueno esque no puede ser perfecto si tengo a Carla detrás mío intentando hablarle a Niggel que esta delante - mentí encogiendome de hombros.

A Ami le pareció suficiente esa respuesta pues soltó una risilla burlona y me revolvió el cabello. Mire a Levi, no parecía creer que de verdad estuviera mintiendo aunque sabía que así era, pero igual lo dejó pasar. Todos nos apresuramos al anden para abordar el tren.

Esta vez, nuestro preciado lugar al fondo del vagon, junto a la ventana quedó libre para nosotros, así que el viaje de regreso a casa comenzó bastante bien.

-¡Ko-i-nu! - me llamo mi madre luego de que la conversación con mi padre concluyera.

Hibamos a mitad de camino y los había estado escuchando hablar sobre todo lo que habían comprado y sobre cuando debían volver ha hacerlo.

-¿mande? - dije desviando mi mirada de la ventana.

-¿qué mes es el siguiente? - me pregunto Ami con curiosidad.

-¿Septiembre?

-aja, ¿qué se celebra?

-la independencia de un país lejano - respondí sarcástico, claro que sabía por dónde hiba la cosa.

-no me refería al 16 de septiembre...-me dio un golpecito en la cabeza - Me refería al 24.

-ah, bueno creo que tu sabes muy bien que se celebra - le respondí bromeando. Levi sonrió de lado divertido, pero siguió fingiendo que leía algún documento del trabajo.

-pues claro, pequeño sabiondo - añadió ella cruzandose de brazos - pero estoy preguntando que quieres hacer este año para tu cumpleaños.

Por lo general era un día en que salíamos a comer al restaurante de Niccolo pero, si mi memoria no me fallaba, en el calendario decía que 24 de septiembre sería un miércoles (no podríamos ir a Marley y volver en un solo día), así que mi plan era:

-¿qué tal solo un pastel el 24 con todos y el fin de semana vamos a Marley? - sugerí.

Lo tenía pensado desde que inició el año, pero la idea surgió cuando en el cumpleaños de mamá no pudimos celebrar como se debía por ser el lunes 9 de enero. Ah si, eso me recuerda que Ami es un año menor que Levi; papá debía tener un año y menos de un mes (pues su cumpleaños es el 25 de diciembre), cuando Ami nació... O por lo menos eso me dijo Hange que mamá le contó en uno de esos días en que bebieron hasta olvidar su nombre.

-¿seguro? Bien podemos ir ese mismo día a donde Niccolo...

-estaría bien, pero quiero ir a Marley... - tenía un buen motivo, en algún lugar, pero existía ese motivo - el año pasado no fuimos y tampoco fuimos este verano...

La cara de Ami definitivamente no fue la esperaba, ni siquiera ente día porque parecía renuente a viajar. Levi también parecía sorprendido y era obvio porque entre Paradis y Marley, el definitivamente habria preferido vivir en Marley el resto de su vida.

-hay varias personas que me gustaría ir a ver - insistí. Solo eran un par de amigos y los padres de Gabi, que me habían criado como su propio nieto.

-bien, lo negociaremos después - sentenció Ami y con ello daba por terminado el tema.

Mire a mi padre buscando respuestas, pero su rostro ya decía que no me diría nada y que estaba de acuerdo con ella.

El resto del camino a casa tuve que hacer un gran esfuerzo por dejar que el silencio coexistiera con mi necesidad de respuestas, es más, lo correcto era que el silencio suplantara mi curiosidad. Así pues no dije nada, cualquier tema parecía demasiado peligroso de mencionar. Me estaba preocupando.

Una vez en casa, la rutina diaria nos absorbió por completo: mamá cocinaba, papá acomodaba las compras, yo me cambiaba y ponía la mesa; luego comimos, limpiamos y me fui a hacer tarea mientras ellos hacían lo que sea que hacen los adultos en su tiempo libre.

En realidad no tenía demasiada tarea, pero fingía que si para no estar sufriendo el incómodo silencio que me recordaba a cierto diario que aún cargaba en la mochila y que se estaba volviendo muy pesado. Dejé que mis pensamientos vagaran hasta que llegó la noche y fuera hora de dormir; agradecía el hecho de no ser de los que sueña constantemente, porque así podía tener un momento de paz.

Al día siguiente el día no fue diferente a los 2 primeros de la semana y de hecho, el ciclo se repitió hasta el viernes; el fin de semana hubo que hacer limpieza y luego hubo una rutina similar a vacaciones. Así, comenzó la siguiente semana, si ninguna novedad o gran cosa que cambiar salvo por el hecho de que Ami volvió a ir a casa de Gabi y falco el martes.

Poco a poco fui sacando el diario en clase, al principio era solo para leer un par de páginas, pero a veces la lectura fue tan envolvente que sólo era consiente de donde estaba por que Carla me hablaba todo el tiempo para que prestará atención. Sabía que estaba haciendo mal, me arrepentía cada día que abría el cuaderno, pero con los últimos días, con mis padres siendo más cerrados que de costumbre no me dejaban otra opción. Estaba cansado del silencio y los secretos (aunque suene contradictorio)quería respuestas y las obtendría a cualquier costo.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora