Kikyō se había molestado con todos, al punto de que, cuando llegó la hora del descanso se marchó a la biblioteca sin decir nada y tampoco hubo nadie capaz de sacarla de ahí. Si lo pensaba, debía darme lo mismo, pero cuanto más ideaba un plan de escape de la escuela, más creí que no lo lograría si ella no hiba con nosotros. Así pues, entre esa nube de debates internos terminó el día escolar.
-¡Hola, pequeño! - saludo Hange.
Al salir de la escuela, en el lugar donde se suponía siempre me esperaba Levi, estaba ella, justo a lado de Armin y Eren.
-¿Y mamá? - pregunté aunque ya sabía la respuesta.
-Bueno... Ella se sentía algo mal así que se quedó y me envió en su lugar. - Explicó Hange con una preocupación auténtica. ¿Mi madre enferma? ¿Era posible?
Carla y Kikyō saludaron a sus padres y realmente no prestaron demasiada atención a lo que yo decía, seguramente para evitar revelar nuestro plan.
-¿Y papá? - pregunté con algo de titubeó. - ¿Él...?
-No, pero dale espacio, ese terco soldado necesita aclarar sus ideas antes de presentarse de nuevo - me animo la de lentes.
-¿Aclarar ideas? ¿Pues qué paso? - pregunto Eren interviniendo de la nada.
Quizá todos si que prestaban atención a la conversación solo fingían no hacerlo.
-Una pequeña discusión de la pareja explosiva - bromeó Hange.
-Era de esperarse... - se lamento Armin. - Llevaban un tiempo sin estar del mismo lado, lo que sea que lo causó debió sacar a flote todo eso.
Quizá, de entre todos los de la legión, sin considerar a Hange, Armin era el único que conocía hasta que punto las ideologías de mis padres y sus propios conflictos internos, los hacían estar en constante lucha. Sea que mis padres le contarán a Armin o el lo dedujera, igual tenia razón en todo.
-No vas por mal camino... - le confirmo Hange. - Como sea, ahora me toca cuidar al pequeño Kai, así que me verán seguido estos días.
-Avisanos si algo pasa o necesitas ayuda. - le ofreció Armin comprensivo.
-Gracias, todo se arreglara no se preocupen. - siguió la castaña.
Era como si todos supieran el problema y tuvieran la certeza de que no era nada grave; pero el único que realmente comprendía todo era yo y me molestaba que hablaran como si no estuviera.
-Tsk... - chasquee la lengua y inicie la caminata camino a casa de Hange.
Pase junto a Kikyō y juraría que la escuche decir: “tranquilo”, aunque quizá eran ideas mias. Como fuera, Hange se apresuró a seguirme despidiéndose apresuradamente de todos.
-Oye, Kai... - me llamo para que bajada el ritmo. - Para un momento, no puedes irte así como así, esperame...
No iba corriendo, pero con tantos años recorriendo las mismas calles, entre las mismas personas, ya sabia como moverme con facilidad, haciendo que pareciera que si corría.
-Demonios, Kai... Tú madre me va a matar si no llegas sano y salvo a casa. - se quejo con un claro tono de voz que indicaba que ya se había cansado de perseguirme.
La legión ya no era tan joven como en sus mejores años, comenzaban a envejecer y mientras lo hacían, olvidarán sus vivencias, olvidarán su pasado, morirán sabiendo toda la verdad, se irán con todos sus secretos a la tumba. Lo odio.
-¿A qué casa? - pregunté parandome en seco. - Ya no tengo una, ni aquí, ni en Marley. Y todo es culpa de mis padres... ¿Qué mamá te matara? Si claro...
Un día antes me había quedado con tanto que decir, hoy me habían bombardeado con información y desconfianza de mis amigos, había sido demasiado y me sentía tan frustrado de no poder solucionar nada.
-Kai, sabes que no soy quien para responderte y mucho menos para recibir tus quejas... - comenzó a decir Hange a mi espalda. Sonaba a que intentaba recobrar el aliento, pero ni por eso tenía intenciones de voltear a verla. - Pero, quieras admitirlo o no, esto es producto de la decisión que tomaste al leer ese diario...
La gente pasaba a nuestro lado, algunos miraban curiosos, otros se molestaban por estorbar el paso, pero seguro ninguno sentía empatía por mis penas.
-Tus padres solo están haciendo lo que creen mejor para ti, el problema fue que cada uno lo quiso hacer a su modo. Ambos están molestos porque leyeras ese diario y mandaras al carajo todos sus cuidados... - siguió diciendo. Apreté los puños, ella tampoco entendía.
-¿Todos sus cuidados? ¿Cuidar significa mentir? ¿Era necesario que me ocultara lo de mis abuelos? - solté. Tenía la mandíbula tensa e intentaba no gritar, tampoco quería armar un escándalo.
-Bueno, no niego que también tuvieron unos cuantos errores...
-¿Unos cuantos? - reí sarcástico.
- Si, Kai, nadie les enseñó a ser padres, se comprensivo... Además, todo esto es lo que te advertí que pasaría si seguías. Deberías, entonces, enfrentar tus errores. - hizo una pausa y luego continuó. - Y si lo que tanto te molesta, son las actitudes y acciones de tus padres, entonces no seas como ellos. ¿Te equivocaste? Aceptalo y solucionalo, no esperes a que sea demasiado tarde, como ellos hicieron.
¿Yo? ¿Ser como mis padres? Nunca. Como podría repetir sus errores, como podría ocultar tanto y excusarse en qué era por el bien de alguien más, como podría ser como ellos. Preferiría no volver a casa nunca, preferiría cambiar de padres, antes que parecerme a ellos. Yo no quiero pensar que guardar secretos está bien, que el pasado me persigue. Yo no quiero ser Levi, ni Ami.
-Tienes razón. - acepte. Alce la mirada al frente. - Tengo que afrontar mi error y tengo que solucionarlo yo mismo. Y ya se como hacerlo...
Seguí andando, recorriendo el camino hasta la casa de Hange, sin prestar realmente atención a lo que pasaba a mi alrededor.
Tenía un plan. Uno que me sacaría de la escuela con éxito y que evitaría que me buscarán. Esos camiones de archivos que se dirigirán a la Ciudad Subterránea, no sólo llevarán unos cuantos documentos y cosas viejas, yo me iré también; si quiero solucionar este problema, debo hacerlo desde la raíz y para ello necesito saber toda la historia, toda la verdad y no hay mejor lugar para eso que la gran Ciudad Subterránea.
Estaba decidido.
Yo iré a la Ciudad Subterránea.
Cueste lo que cueste.
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Levi's diary
FanfictionMiembro de la Legión de Reconocimiento, proveniente de la Ciudad Subterránea, hijo de una Ackerman, soldado, compañero, líder, amigo... ¿Qué más podría decir para describirlo? Levi Ackerman, uno de los grandes héroes. Pero... Aún hay más que contar...