Levi's diary

📖VEINTIDÓS📖

Lo que dijeron bastó para calmar nuestra curiosidad el resto del día, aunque de igual forma nuestros hábitos de fisgonear un poco no pararon. Solo así, el día pudo continuar como lo hacía cada año: Jean fastidiando a Eren o a Nicolo, este último intercambiando un par de comentarios con Hange, Rainer, Armin, Annie y Mikasa pasando las notas del día... Había momentos en que todos hablaban con todos, otros en los que se formaban grupitos e incluso luego todos parecían interesandos en mi educación o la de Carla o Kikyō, de vez en cuando Connie aparecía con bromas, chistes o juegos.

Mis padres tardaron bastante en regresar a la reunión y cuando lo tuvieron ninguno de los dos parecía alegre, pero fingieron muy bien, por lo menos Ami. Mi madre se unió a Jean un rato, luego le hizo platica a Falco y Gaby, pero al final terminó con Michele, Nicolo, Annie y Armin. Por otro lado, mi padre se quedó con Rainer, Eren, Jean, Gaby y Hange. El resto estuvo nosotros los menores.

Cuando comenzaba a anochecer nos sentamos a comer el manjar que preparo Nicolo, cada año preparaba algo nuevo y sofisticado, por lo que era la parte más esperada del día. La verdad, aunque todo el día parecía tranquilo, este era el único momento en que realmente se olvidaba todo, solo era una cena más en familia.

Pronto, después de la cena, la situación entera cambió, Hange hizo funcionar el tocadiscos que rara vez usaba mi padre pero que conservaba para estas ocasiones, Ami saca las botellas de alcohol que había conseguido para la ocasión (de las mejores en el mercado), Nicolo preparo las bebidas y en poco tiempo todo el mundo ya tenía su bebida - exceptuando a nosotros los menores -; era aquí cuando comenzaba lo divertido, las tonterías salían solas de la boca de los adultos y de vez en cuando se les salían unos que otros datos interesentes, aunque para este momento siempre Carla, Kikyō y yo estábamos entretenidos con las tonterías de Connie y olvidamos escuchar con atención.

Los que siempre terminaban ebrios más rápido eran Jean y Eren, tenían la extraña costumbre de competir para saber quién bebía más, aunque al final ninguno de los dos recordaba quién había ganado. Hange y Connie eran los más alocados, aunque no estaba seguro de sí su actuar era por embriaguez o por qué simplemente ya eran así. Rainer, Gaby, Nicolo y Annie siempre terminaban discutiendo y soltando la lengua sin preocupaciones. Falco se la pasaba tratando de calamar a Gaby sin éxito; Michele se mantenía tranquila con Ami, pero sabía perfectamente que se emborrachaban lo suficiente para reírse por todo y no poder levantarse. Armin, Levi y Mikasa eran los únicos que se mantenían decentes, bebían tranquilamente y charlaban de todo, mientras impedían que el resto hicieran alguna tontería.

-¡Kai! - me grito Ami por encima del ruido cuando casi era media noche, ya estaba ebria.

Deje mi juego de manos con Connie a la mitad y corrí a su lado.

-mi querido niño, Kai, Kai, Kai - comenzó a decir mientras me sostenía por la muñeca.

-estas más ebria de lo normal, ¿verdad, Ami? - comente tratando de soltarme de su agarre, no me molestaba que estuviera ebria, pero me parecía extraño e insoportable que lo hiciera por un mal motivo.

La conocía lo suficiente para saber que estaba bebiendo más de lo que solía hacer, porque estaba molesta y sabía perfectamente que debía ser por la misma razón que había subido con Levi horas antes.

-¡nop! Lo normal - respondió tratando de ponerse sería, ni siquiera la contradije, no había caso -  pero ese no es el punto, busca a Armin, Michele dice que es hora de que se vayan pues ya se siente mal...

Michele ya estaba recostada en la mesa, completamente perdida, pero quizá mi madre no estaba demasiado ebria aún, ya que había pedido que buscada a Armin. Acepete y me aleje para cruzar la habitación, quizá si estaba ebria, Armin estaba de frente a ella y observaba a su esposa a lo lejos.

-la tía Michele ya perdió - dije medio en broma cuando llegue a su lado.

Habia algo extraño, Mikasa cargaba a Hannes en sus piernas pero no parecía haber bebido casi nada, Armin estaba más serio de lo normal y se limitó a suspirar cuando le di la noticia, el solía seguirme el juego o decir algo ingenioso, ahora no. Pero lo extraño salto a mi vista cuando seguí observando al trío frente a mi.

-debería pensarlo capitán - comentó Armin antes de levantarse, dio la vuelta al sillón para no atravesarse y cuando pasó a mi lado puso su mano en mi hombro y me dio dos palmadas.

En Armin eso era raro, pero no tanto como ver a Levi; mi padre estaba sentado hacia el frente, con la cabeza caída, los brazos y manos por delante sosteniendo un vaso con alcohol y hielos, no daba la cara y por lo tanto no podía ver que sucedía.

-será mejor que también me lleve a Eren, Hannes necesita dormir - anuncio Mikasa intercalando sus miradas entre mi padre y yo.

Se levantó y se fue por el mismo lado que Armin. Algo había pasado de este lado, tan grave como el enfado de mi madre del otro lado de la habitación. Me acerque un poco a mi padre curioso por ver si estaba bien, el ni se movió pero su respiración parecía un poco alterada. Suspiré y me deje caer en el suelo a su lado, me acomode y cruce mis piernas para terminar en flor de loto, con los brazos sobre mis piernas.

Quizá estuve horas ahí, no lo sabía, pero en algún momento todos comenzaron a despedirse e irse poco a poco, hasta que Hange, mis padres y yo, fuimos los únicos en la casa.

-¡Hey, señor limpieza! - grito Hange acercándose con un par de botellas de cerveza.

-¿sigues aquí, cuatro ojos? - se quejo mi padre hablando por primera vez desde que estaba a su lado.

-por supuesto, solo en este día aceptan beber a morir conmigo - le recordó Hange, me miró y me guiño el ojo, en definitiva ella no parecía emborracharse. - y como beberémos a morir, Kai ya ve a dormir, tus padres y yo vamos para largo...

No era una orden, pero la tía Hange nunca pedía las cosas porque si, ya debía saber ella también que algo había pasado y de hecho, podía hacer más que yo para solucionarlo.