Poco a poco mi sonrisa se agrando hasta concluír en una carcajada, no podía evitarlo, era demasiado gracioso.
-¿cuál es la gracia? - pregunto Levi aún con su tono serio.
-es la primera vez que te escucho hablar como Mikasa cuando mencionan a Historia y a Eren en la misma oración - explique controlando mi risa. - los celos Ackerman no pensé que aplicarán en nuestra familia.
-¿celos? En lo absoluto - negó Levi sin darme la cara. - tu madre es la celosa.
-si claro - dije dándole por su lado con ese tono sarcástico burlon que le aprendí bien a Ami.
-¿hoy estas muy rebelde no lo crees?
-en lo absoluto - replique imitando su respuesta anterior - solo aprovecho la oportunidad de que hables tan fácilmente.
-comienzo a arrepentirme... - soltó con un suspiro cansado que contrastaba con su diminuta sonrisa de lado.
-muy tarde - añadí divertido.
La estación ya comenzaba a verse: un edificio muy parecido a una casa se asomaba a un lado de las vías. Era la estación más cercana y a su alrededor había unas cuantas familias como la mía; de principio había sido difícil que la gente viviera tan lejos de la muralla como nosotros, pero la sobrepoblación empujó a más gente a salir de la protección de las murallas y ahora, varias estaciones más adelante de la mía, incluso se habían formado pequeños pueblos que en realidad parecían mini ciudades, las vías del tren las conectaban a ellas y a las pequeñas casas independientes de los alrededores con la capital. De hecho, tan sólo 2 estaciones antes de a la que estaba por llegar, estaba la casa de Carla; al igual que Levi y Ami, Eren y Mikasa habían decidido alejarse de la ciudad y las murallas, estaban convencidos de que vivir dentro sería seguir estando encerrados.
-¡oh! Pero si es el "pequeño capitán" - dijo un hombre barbudo, el que entregaba los boletos y recibía los trenes día con día.
-¡hola, señor Vital! - salude emocionado.
La estación por dentro no tenía demasiado que ver, tan solo unas pocas bancas de espera, algunos estantes con los periódicos y uno que otro panfleto pegado en las paredes. Al señor que vendía los boletos lo conocía de toda la vida, debía tener más de 60 años y aún así, tenía la energía de mantener la estación perfecta, quizá por la presión de las constantes visitas de mi padre (que pese a que teníamos carro, carrueje y caballos, se había encariñado del viaje en tren y desde entonces era un hábito viajar en el; no me quejaba, a mi también me gustaba).
-ah, y también te acompaña el capitán Levi, ¿qué tal? - saludo Vital levantando un poco su extraño sombrero. - ¿de nuevo al trabajo, capitán?
-lamentablemente - respondió mi padre ofreciéndole la mano para saludar. - ¿a que hora llega el tren?
-debe de estar por llegar, ya es la hora, llegaron a tiempo - respondió el hombre amablemente, Levi asintió y tomó asiento en una banca que tenía la vista perfecta para ver la llegada del tren. Vital me miró y añadió en voz baja - aún no es período escolar o si, ¿por qué el milagro de verlos a ambos, "pequeño capitán"?
El apodo se explicaba sólo, era el hijo del capitán Levi, héroe de Eldia, asi que no hay más que decir. Pero, en cuanto a su pregunta, la única forma de ver a Levi acompañado por mi o mi madre, era cuando era periodo escolar o cuando eran llamador a palacio.
-no, aún falta un par de semanas para las clases, pero yo mismo me pregunté lo mismo - le cuchichee al hombre - ayer me pidió que lo acompañará y no quise negarme, sonaba emocionante.
-ya lo creo, nada como una visita al trabajo de un padre para decidir tu futuro, el capitán Levi seguro quiere encaminarte al ejército como el, harías cosas muy grandes ahí - comentó Vital con una sonrisa insinuante.
Jamás había pensado en el futuro, ni siquiera habia considerado que hacer después de la secundaria, pero creer en que podría unirme al ejército no sonaba a algo que le gustaría a mis padres, además dudaba que ahora mismo mi padre trabajara como tal en ello.
-... Sobre todo en comparación a mi desquiciado nieto, ¿puedes creer que volviera a quemar la casa del perro? - prosiguió el hombre.
-¿Niggel volvió a hacer sus experimentos? - pregunté divertido, el señor Vital tenía un nieto que hiba en mi clase y era mi más grande amigo después de Carla y Kikyō, lo conocía bien y sabía sobre su pasión por la química.
-así es, esta vez intentaba que fuera inmune a los hongos o algo así - se quejo Vital con cansancio - a veces solo espero que el verano acabe para que mi hija vuelva a la ciudad con su pequeño científico...
-no creo que eso ayude, a estas alturas podría ya haber quemado toda la ciudad - le recordé medio en broma.
-es verdad, al menos un poco de fuego a los pastizales no le hará daño a nadie...
Antes de que nuestra conversación siguiera, el silbato del tren anunció su llegada a la estación; el señor Vital y yo nos aproximamos a el y esperamos a que se detuviera por completo.
-bien, dos boletos... - comenzó a decir Vital pasándome dos trozos de papel que sacó de su uniforme.
Levi sacó el dinero y le pagó por ellos, para después esperar a que el vendedor hiciera bajar las escaleras u poder subir al tren.
-¡que tengan un buen viaje! - dijo el señor Vital.
-gracias, lo veremos más tarde - le respondí amablemente.
Subí al tren después de Levi y lo seguí por el vagon hasta nuestro lugar habitual: al fondo del vagon (para no ser molestados por el ir y venir de los pasajeros), del lado derecho (de ese modo evitabamos gran parte del sol), en la ventana (para poder ver el hermoso paisaje y la entrada a la ciudad). Levi se acomodo en el asiento del pasillo, dejándome a mi la ventana.
-ah, extrañaba el viaje en tren - comenté sin pensar.
-pero si solo han pasado 3 semanas desde la última vez - me recordó mi padre, aunque no hacía falta, sabía perfectamente cuánto llevaba de vacaciones.
-en 3 semanas cambian muchas cosas - me defendí sin apartar la mirada - por ejemplo, hoy me haz dirigido más la palabra que cuando me llevas a la escuela...
-¿no habías decidido dejar de insistir? -se quejo el haciendo una mueca, podía verlo por el reflejo del vidrio.
-tu me dijiste que no lo hiciera y además, no puedo evitarlo - confesé encogiendome de hombros, aunque el viaje fuera placentero, no podía permitir que creciera el silencio, menos ahora que mi padre estaba dispuesto a haber.
ESTÁS LEYENDO
Levi's diary
FanfictionMiembro de la Legión de Reconocimiento, proveniente de la Ciudad Subterránea, hijo de una Ackerman, soldado, compañero, líder, amigo... ¿Qué más podría decir para describirlo? Levi Ackerman, uno de los grandes héroes. Pero... Aún hay más que contar...