Levi's diary

📖CUATRO📖

«-no deberias moverte - le dije arrodilladome a su lado.

-tu pareces más herido que yo, así que no hay problema - dijo poniéndose de pie con una mueca en el rostro.

Recuerdo que me parecía la persona más terca e irritante que había conocido. No importaba cuánto tratara de hacerla cambiar de parecer, nunca podía ganarle.

-te me haces conocido, ¿te he visto antes? - pregunto haciendo otro intento por levantarse.

Yo había olvidado por completo que estaba desangrandome, después de tiempo se dejan de sentir las heridas. La mire confundido, yo la recordaba a la perfección así que dudaba que ella no lo hiciera.

-mmm, te pareces a aquel chico malhumorado que salve hace un año - siguió diciendo la chica, no le paraba la boca. - aunque dudo que tu nombre sea...

-Levi - dije completando su comentario, me levante con una mueca y le ofrecí la mano para ayudarla a levantarse. - y no me salvaste, yo lo estaba haciendo bien solo.

-puede ser, pero no necesitabas enfrentarte a esos matones solo -cometo segura de sí misma.

A simple vista, solo tenia raspones en las rodillas y la mejilla, aunque debía tener alguna costilla rota y en pie lastimado.

-soy Ami Arai - se presentó.

No nos habíamos soltado las manos, yo estaba haciendo el papel de su soporte pues parece tener dificultades para mantenerse en pie.

-parece que siempre nos vemos de esta forma, ¿sueles meterte en problemas Levi? - siguió hablando, ni herida parecía callarse.

-vamos - le dije en respuesta y la hice apoyarse en mi para caminar. No tenía porque responder su pregunta y tampoco quería hacerlo.»

Mi padre no había cambiado en nada y ciertamente tampoco mi madre, eso era toda una sorpresa. Tenía la idea de que quizá me encontraria a un Levi alegre y divertido, o una Ami seria y desciplinada, me equivoque. Pero, no estaba seguro si eso estaba bien, después de todo, algo debió cambiar en algún punto, con todo lo que se enseña en la escuela sobre los titanes es imposible que no hayan cambiando en nada... Ya tendría tiempo después para pensarlo, por el momento debía seguir leyendo todo lo que pudiera antes del amanecer.

«-¿a dónde vamos? - pregunto la chica Ami Arai.

-¿donde vives? - pregunté en respuesta, si me había ayudado al menos tendría que llevarla a casa.

-ah, mmm... - dijo dudosa, me detuve en seco.

-¿tienes una casa cierto? - pregunté, sabía de muchos chicos que habían tenido que vender sus casas para ir a la superficie aunque sea unos días.

Quizá lo sorprendente de ello, no fuera que ella tratara de subir, sino que realmente no tuviera hogar, las veces que la había visto ella se veía decente en comparación a quienes realmente no tenían un techo.

-si tengo... - respondió más firme.

-ah, ya veo... - dije, seguramente desconfiaba de un extraño que acababa de matar a varios sujetos sin piedad, era válido - ¿si te dejo aquí llegaras sola?

-¿qué? Si, pero no... - comenzó a decir sonriendo nerviosa - no me mal intérpretes, el problema no es decirte la dirección, el problema es que si llego así a casa me mataran.

-de acuerdo... - solté y seguí caminando pero en otra dirección.

-¿ahora a donde vas? - pregunto sorprendida por mi cambio de rumbo.

Hice una mueca, esta chica me estaba causando más dolor que la herida del brazo, pero ya que yo la había metido en esto lo menos que podía hacer era ayudarla.

-¿seguirás haciendo preguntas? - me queje irritado y luego la amenace - puedo dejarte aquí si sigues hablando.

-uff, ¿Levi, te han dicho que tienes pésimo carácter? - respondió haciendo una mueca de disgusto.

-¿te han dicho que hablas demasiado? - contraataque.

-si, varias veces, aunque no me parece un defecto - comenzó a decir - mis padres son comerciantes así que hablar demasiado es parte del trabajo, además...

Y así fue durante todo el camino, fue tan largo que jamás habría creído que volver a casa tardará tanto como aquel día. Prácticamente me dio su biografía mientras camaniabamos y lo importante era que su familia era de la clase media de la ciudad subterránea y su padre tenía el privilegio de subir una vez al mes para surtir los suministros que le daban a la ciudad; aunque tenía ambos padres era su abuela quien se encargaba de ella, lo que era sorprendente pues casi no había ancianos en la ciudad. También resultó que suele meterse en problemas más rápido de lo que habla y su compañero de aventuras es un chico que prácticamente adoptó su abuela llamado Farlan (el chico de las rocas en la azotea). Lo demás fue solo "bla, bla, bla" en mi mente.

Cuando por fin llegamos a la casa de Kenny, la cual debería comenzar a llamar mi casa, la ayude a sentarse en el sofá. Tuve que limpiar mas tarde de nuevo, todo estaba lleno de tierra que llevaba en la ropa y unas cuantas manchas de sangre que hiba soltando a cada paso. Me sorprendió no morir desangrado, pero ahora que lo pienso, morir no era una opción en aquel entonces.

-linda casa, jamás pensé que una de estas podría verse así de limpia - comentó Ami apenas me di la vuelta para ir por la medicina.

-de hecho esta sucia - dije, estaba enfadado por que se ensuciara de nuevo, fastidiado porque la chica no paraba de hablar y débil porque ya había pedido demasiada sangre.

-ya entiendo, estas obsesionado con algo irreparable. - soltó Ami chasqueando la lengua - vives en la ciudad subterránea, la tierra y la mugre es de lo que está hecha la ciudad y hasta nosotros.»

Me estaba divirtiendo, leer las quejas de mi padre y los enfrentamientos con mi madre era divertido. Pocas veces los veía discutir o estar molestos con él otro, así que esto era todo un espectáculo. Y tras ese comentario de Ami, no podia esperar a leer la respuesta, pues cuando más niño insinue algo parecido estuve a punto de recibir una de las famosas patadas de mi padre, que gracias a Ymir mi madre detuvo a tiempo... Ahora que lo pienso, Levi siempre hace todo lo que ella dice, no discute ni lo piensa, es como si algo lo obligará a ello, pero a la vez lo hacía con gusto, es difícil de explicar.