📖DIEZ📖

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-¡eso fue peligroso! - me grito, estaba molesto, no, más que eso.

-¡LEVI! - grito mi madre llegando a nuestro lado.

Levi repitió el extraño chasqueo o sonido que hacía y junto con Ami, se detuvieron en el siguiente árbol, yo lo hice uno después.

-Kai, quedate un segundo ahí, volveremos rápido -me pidió Ami con voz tranquila.

Ese tono daba miedo en ella, ese tono significaba problemas pues solo lo usaba cuando estaba realmente molesta; mis padres solo había discutido una vez frente a mi en toda mi vida, cuando querían hacerlo salían y discutían afuera o me enviaban a mi habitación si la discusión era sobre mi. No era sorpresa que salieron disparados adentrándose en el bosque para ir a hablar. ¿Qué había hecho mal?

Solo pude verlos partir, seguramente tardarían así que me senté en la rama en la que me había detenido. Yo solo había querido ser como ellos, había querido que Levi siguiera teniendo esa sonrisa orgullosa que me mostró. Mi padre casi nunca sonreía, debía ser un día muy especial o algo grande y bueno debía pasar para verlo sonreír, así que cuando sucedía quería que el momento durará mil años. Aunque entendía que lo que hice fue peligroso e improvisado, que pudo salir mal, pero lo que era peor, entendía por qué se preocupaba, aquel diario debía tener más heridas de las que yo sería capaz de entender aún si siguiera leyendo.

-... Kai... - me llamo Ami.

Había estado tan absorto en mis pensamientos que no la escuche llegar, se detuvo junto a mi.

-¿esta enojado conmigo, verdad? - le pregunté cuando se sento junto a mi.

-no, no está enfado contigo - respondió Ami con su tono dulce de siempre - es solo que tu padre aun carga con el pasado, así que a veces las situaciones son tan similares que revive esos momentos y la mejor forma que conoce para lidiar con ellos es la agresividad o la indiferencia...

-¿entonces no hice nada malo?

-al contrario, lo hiciste muy bien, mi niño - dijo abrazándome por los hombros y luego susurro- tenle paciencia a Levi, se preocupo por ti solamente, así que le recordé que no nos perderá nunca...

Habló tan bajo, que seguro creyó que lo escuche, le di el lujo de que pensara que eso era cierto, aún cuando realmente lo escuche y lo entendí. Era lo que me temía; quizá, después de todo, con lo poco que descubrí en su diario era suficiente para entender gran parte de él. ¿Debería decirle que encontré su diario?

-bien, quizá se tarde en volver, es demasiado cabeza dura cuando se enoja - comentó mi madre después de un rato - vayamos a donde deje los bocadillos y esperemoslo ahí, el sabrá encontrarnos.

Asentí preocupado, ojala no se metiera en problemas o se lastimara, ya había quedado mal herido años atrás en la guerra final contra los titanes y que se volviera a lastimar ahora no era la mejor idea. De cualquier forma, seguí a Ami sin peros.

-¿qué tal una carrera para ver quién es mas rápido? - sugirió en tono más alegre para eliminar la tensión del ambiente que se había acumulado.

Sonreí de lado, insinuando que estaba de acuerdo. Nos preparamos y a la cuenta de 3 salimos disparados entre los árboles... Ami era grandiosa, no sólo por saber manejar el equipo perfectamente sino porque no importaba la situación siempre sacaba una sonrisa y buscaba la forma de arreglar los malos ratos, como ahora, lo cual era un alivio pues como a Levi, cometía el error de darle demasiadas vueltas a las cosas y muy pocas veces sabía en qué momento dejar que siguiera la vida.

Lo que pudimos recorrer en casi una hora a pie, con el equipo lo hicimos en menos de 15 minutos. Llagamos sin aliento al árbol 139 (así lo había nombrado mi madre cuando vino a dejar las municiones).

Entre los dos preparamos un tipo picnic en las alturas, con todo y un mantel de tela cuadrada, los bocadillos y bebidas al centro. Ambos nos lavamos las manos y nos acomodamos uno frente al otro para comenzar a comer.

-¿papá tardará en llegar? - pregunté después de dar un mordisco al emparedado que me había dado mi madre.

-tal... - comenzó a decir Ami.

-ya estoy aquí - anuncio mi padre posandose sobre una rama justo frente a nosotros.

Ahora entendía porque mi madre había elegido este árbol: dos de sus ramas estaban demasiado juntas, sólo poco más de un metro las separaba, así que gracias a ellos podríamos estar sentados como solíamos estarlo en casa. Era perfectamente conveniente.

-justo a tiempo, comenzábamos a comer - le explicó Ami, invitándolo a que se lavara y se sentará con nosotros.

No parecía del todo contento, ni siquiera su semblante era el mismo que antes. A veces deseaba no entender sus expresiones tan fácilmente. Emanaba un ahora de desolación combinado con furia, su rostro inexpresivo ni siquiera me miraba, pero sabía que no lo hacía intencionalmente por estar enojado conmigo, más bien lo hacía porque había sido reprendido por Ami. Al final, tras dudar un poco entre hacerle caso a su esposa o no, decidió seguir las órdenes de mi madre y se sento a comer con nosotros.

El silencio y la incomodidad eran abrumadores, lo odiaba, pero comenzaba a odiar más no poder abrir la boca y decirle “¡ya lo sé, comencé a leer tu diario y se que quizá esa es la razón de tu enojo de hace rato conmigo!".

-¿tienes algun arrepentimiento, Levi? - comentó Ami de la nada, no apartó la mirada de su comida.

Por un segundo, creí haber hablado en lugar de pensar, fue un alivio que no fuera así. Mire a mi padre, este bebía pacíficamente con su peculiar forma de beber pero no se inmutó por la pregunta de mi madre.

-puede ser... - respondió mi padre después de dejar de lado su agua.

-bueno, pues es hora de las indemnizaciones por daños - comentó Ami mirándolo directamente a los ojos.

Ese tipo de miradas en ambos daba una mezcla aterradora de caos y destrucción, ambos se miraban retandose pero sin decir palabra. Levi con su expresión indiferente pero altanera, Ami con llamas en los ojos que gritaban órdenes. Y yo. Yo solamente en medio de ambos esperando el momento en que estallasen como escazas y excepcionales veces sucedía. Olía a peligro...

Imagen: ©️a quien corresponda.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora