📖CIENTO VEINTINUEVE📖

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P. O. V. KAI:

-¡¿QUÉ HICISTE QUE?!

Luego de acordar lo que cada uno necesitaba y dejar en claro que, mientras el trato durará, había un alto al fuego de toda agresión. Asher se marchó, argumentando que tenía una reunión con la RG donde diría que somos unos simples huérfanos más, pero que volvería al día siguiente para comenzar con nuestro trato.

Y justo ahora, aquí sobre la mesa llena de comida, Kikyō estaba entrando en pánico.

- Hice un trato con Asher. - repetí.

-¡¿PERDISTE LA CABEZA, ACKERMAN?! - grito.

-Shhhh... - la hizo callar Carla de mala gana. - No podemos decir ese nombre y, además, deja de usarlo despectivamente, a mi también me ofendes.

-¡¿COMO SE TE OCURRIÓ SEMEJANTE ESTUPIDEZ?! EL ES EL LÍDER DE UNA RAMA DE LA RG, ¿SABES LO QUE ESO SIGNIFICA? - siguió kikyō, ignorando a nuestra amiga.

-Lo se, pero realmente no tenemos muchas opciones, si queremos salir de aquí con vida, no tenemos otra alternativa. - le asegure.

-Eso es verdad. Si no aceptaba ese trato, Asher pudo tomar represalias contra nosotros y estaríamos acabados. - razonó Carla.

-Además, prometió que nos protegería, hasta le mentira a la RG. - añadí. - Si no cumple, simplemente no lo sacamos de la ciudad cuando nos vayamos y listo.

Kikyō lo analizo, pero su rostro demostraba que estaba a punto de estalla de nuevo.

-Que estupidez. - soltó un rato de pues, ya más tranquila. - Bien, lo hecho, hecho esta... Lo único que podemos hacer ahora es saber que decir y en que momento, no podremos decirle todo lo que quiere oír a la primera.

-Eso ya lo tenía claro. - le dije ofendido por su clara indirecta hacia mi.

-Y también, vigilemos al tal Dymytrie, no confío en Asher, así que no quitare el dedo del renglón con su compañero. - amenazó Kikyō. - Tenemos que organizarnos, si Asher viene mañana, tenemos todo el día para planear nuestros movimientos.

-¿Y si haremos algo con respecto a que tenemos que volver a la superficie, verdad? - pregunto Niggel.

-Si, eso es algo de lo que tenemos que obtener de Asher, debe conocer algún sitio sin seguridad o algo que nos de la oportunidad de trazar una ruta de escape, bajo cualquier situación. - coincidió Kikyō pensativa. Me volteo a ver acusatoriamente. - ¿Te dijo a quien quiere llevar con él?

-No, dijo que lo diría cuando fuera necesario. Debe ser a algún amigo suyo, o a una hermana o hermano. - le explique. - Cuando lo dijo suavizó su voz y estaba muy decidido, como si no se fuera a marchar si esa persona no se hiba con él.

-¿Qué te hace pensar que no son su padres? - pregunto Carla.

-Hubiera dicho que 7, para ambos padres, además, todos en esta ciudad en su mayoría son huérfanos. Si esta en la RG, seguro es por eso, mencionó que estar con ellos era tener una vida en paz. Justo como nosotros, debe estar con ellos solo por conveniencia. - razonó Kikyō.

-Exacto. - confirme.

-Bien, quien sea esa persona, nuestra salida depende de que la incluyamos y la saquemos si o si de esta ciudad, completamente a salvo. - Kikyō definitivamente entendía la situación más rápido que yo, e incluso, obtenía más información de la que yo pude cachar de mi platica con Asher.

Dicho eso y puesto sobre la mesa nuestras cartas y metas, no quedo más que organizar nuestra estrategia, algo que detestaba, pero que la situación requería. Así, se fue nuestro lunes.



P. O. V. LEVI:

No, no era como esperaba. Ami no estaba al borde de la muerte, ni mucho menos estaba irreconocible. Era un alivio.

-¿Viniste? - pregunto con la voz entrecortada.

Me acerque hasta su lado, dejando mis preocupaciones en la puerta. Tomé su mano y me senté en la silla junto a la cama.

-Tan pronto como Armin me aviso, corrí hasta aquí. - le dije con más seriedad de la que pretendía. - ¿Qué fue lo que pasó?

Su débil sonrisa se desvaneció poco a poco y las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro.

-Kai, él no...-comenzó a decir.

-Ya lo se... - la detuve, aún con el nudo en mi garganta que me estaba dificultando hasta respirar. - Pero, hablemos de eso después, ¿qué pasó contigo?

Ella negó con la cabeza y volvió a sonreír.

-No me lo creerías si te lo dijera.

-Inténtalo. - insistí.

Después de una semana, volvía a sentir la calidez de esa burbuja personal que siempre creamos solo para nosotros. Como aquella vez en la que ambos nos recuperabamos de la muerte de nuestros amigos, o cuando murieron los padres de Ami, o como aquella noche donde prometimos ser los mejores padres para Kai.

-Estoy embarazada.

Mi mente se quedo en blanco. Mi cuerpo no me respondía.

-¿Levi? - me llamo preocupada.

En lugar de responderle, solo atine a levantarme para poder abrazarla. Solo así me derrumbe, como hacia tiempo que no lo hacía.

Siempre había dicho que ella era la única que podía presumir de verme en mi momento más débil; para ella yo podía ser aquel niño que alguna vez se durmió abrazando un cadáver con la esperanza de que volviera a la vida, podía ser aquel joven que gritaba y maldecía cuando perdió a su familia, podía ser el adulto completamente honesto que necesitaba mi hijo.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? - le pedí explicaciones, estando aún en sus brazos.

-Porque tenía miedo. - confesó entre lágrimas. - Lo hemos hecho tan mal hasta ahora, nuestro hijo... Nuestro Kai... Esta perdido y todo esta mal entre nosotros... Levi, tenía miedo de que el bebé creciera sin padres, sin familia...

Nuestro miedo seguí ahí, nunca se iba; ni todos los momentos de alegria que nos trajo Kai, ni esta paz mundial, ni esta tranquilidad, nos hacían olvidar que alguna vez perdimos, que alguna vez estuvimos solos. Seguíamos consumiendonos lentamente.

Supongo que habíamos olvidado que ambos sentíamos lo mismo y, por eso, nos distanciamos tanto al grado de decir todo lo que dijimos hace una semana. Ahora, debíamos recordarnos que por algo éramos familia, que por algo habíamos sobrevivido siempre los dos:

-Te prometí que eso nunca pasaría. - le recordé separandome de ella. - Y ahora te prometo que traeré a nuestro hijo de vuelta.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora