📖NOVENTA📖

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Si el primer platillo fue delicioso, el segundo fue glorioso y el tercero insuperable, pero aún faltaba el postre. Durante la comida, no pudieron faltar los elogios a la cocina de Niccolo ni tampoco las personas que pedimos doble ración.

-Guarda espacio para el postre, Koinu - me sermoneo mi madre divertida por cómo pedía mi segunda ronda del tercer plato.

-¡Bah!, hoy comeré hasta explotar - comente viendo como Niccolo se iba satisfecho a la cocina a servir más.

Levi volvió a soltar su segunda risilla en lo que hiba del día. Tenía unas inmensas ganas de decirlo en voz alta, pero temía que eso arruinara las futuras risas de su parte, así que solo saboree el momento como si se tratada de los manjares que estaba comiendo.

Pará cuando llegó la hora del postre, si ya estaba embelesado por tantos sabores, no podía creer lo apetitoso que se veía mi pastel de cumpleaños: 3 pisos de chocolate, una decoración como de cascada hecha con puras fresas, el relleno seguramente serían más fresas con nueces y una vela por cada año cumplido. Mientras el pastel desfilaba hasta mi lugar, los presentes cantaron la canción del “Feliz cumpleaños”.

-Es hora de pedir un deseo. - anunció mi madre al final de la canción, cuando todos aplaudían.

¿Un deseo, eh? ¿Sería demasiado pedir que se contará la verdad? ¿O quizá debería pedir poder descubrir todos los secretos de la historia? O... No. Sople las velas luego de pensarlo muy bien. Y finalmente, como dictaba la tradición, partí la primera rebanada. No me equivoque con el relleno.

Las rebanas de pastel se movieron por toda la mesa, las risas y conversaciones dominaron el ambiente, haciendo que de a poco se notará que el exceso de azúcar y el agradable momento habían agotado el día.

Los primeros en marcharse fueron los Jeager, pues Hannes necesitaba de ciertos cuidados típicos de un bebé. Niccolo volvió a la cocina a dar instrucciones para cerrar el restaurante. Luego le siguieron los Arlert:

-Feliz cumpleaños... - me volvió a repetir Kikyō cuando se despedía.

-Ya lo haz dicho varias veces... - bromee.

-Es por si se te olvida. - me siguió el juego.

No tenía duda de que la Kyo que más me agradaba era aquella que se hacía la sabionda, que tenía un carácter firme y siempre estaba segura de lo que hacía o decía, es decir, me encantaba la Kikyō de ahora, la que solo veía en la escuela y en los días de playa. Quizá por eso me agradaba: no terminaba de acoplarme a su personalidad tranquila y tímida de cuando estaban los adultos, cuando ya me atacaba esa personalidad fuerte e inteligente. Aquello me llevó a pensar:

-¿Cómo tú y mamá se hicieron pareja? - pregunté en voz alta luego de despedir a Kikyō y su familia.

Levi que estaba de pie a lado mío, se sorprendió por la pregunta, se compuso rápidamente y respondió:

-Ya lo he olvidado...

-Eso no puede ser cierto - dije sin creerle en lo absoluto, ya tenía el diario como prueba de que no olvidaba nada, ni el más mínimo detalle.

-¡Eso! No le creas, Kai, claro que recuerda. - intervino Hange intentando molestar un poco a mi padre como siempre.

Decidimos quedarnos un poco más en el restaurante pues yo aún no quería separarme del pastel, sin mencionar que el propio chef había prometido preparar las sobras para que me las llevara a casa. «¡Podre comer estas maravillas toda una semana!», célebre en mi mente.

-¿No se te hace tarde para irte, cuatro ojos? - se defendió Levi.

-Pues no. Estoy libre todo~ el tiempo.- respondió Hange alargando la "o" en “todo”.

Ami apareció a los pocos segundos, había ido al tocador.

-¿De qué hablan? - quizo saber.

-De cómo te hiciste novia de papá - le explique.

-Ah, esa es una larga y complicada historia - dijo Ami con una sonrisa cómplice que le envío a mi padre, el cual solo chasqueó la lengua en respuesta-, lo importante y en resumen, es que fue luego de un pequeño viaje a Marley.

-Oh, ¿de verdad? - comente sorprendido.

-Así es, fue un viaje corto y de... Negocios... Pero lo que paso ahí, puso a tu padre tan celoso que mientras discutimos se me declaró - resumió Ami. Esperaba más, quería más. -; creo que ambos llevábamos enamorados tanto tiempo que fue inevitable.

-¿Tanto tiempo? Yo diría que siempre. - intervino Hange divirtiéndose con la mueca de mi padre. - Incluso antes de que llegarán a la legión...

-Bueno, siempre fueron familia... - coincidí recordando como la propia Mikasa me había contado que el amor no estaba en sus mentes en aquellos años, pero que si lo estaba él sentimiento de la familia. - Si se hicieron pareja en Marley, por eso fue ahí donde decidieron formar una familia...

-Algo así... - aceptó mi madre perdida en sus recuerdos.

-¡Ah!, eso me recuerda... Cuando vayamos con los abuelos Braun tendré que preguntarles - comente y me lleve una mano a mi bolsillo derecho donde había estado cargando con el reloj que me había dado Ymir.

-No iremos a Marley - soltó Ami con violencia.

Detuve mi búsqueda del reloj y alce la vista hacia mi madre, su expresión era la más sería que le vi en todo el día, pero se parecía bastante a las que había estado poniendo las últimas semanas.

-¿Eh? ¿Por qué no? Habíamos acordado... - comencé a decir.

-Un NO es un NO, Kai - me interrumpió sin inmutarse.

Mire a Levi, aunque el ya miraba a Ami con cierto recelo. Por lo general, la situación era al revés.

-Papá... - intente pedir su ayuda.

La tensión estaba apoderándose del lugar, incluso Hange pareció preocuparse. No recibí respuesta.

-Podrían decirme al menos porque - exigí cruzandome de brazos. -, desde que mencione el tema hace un mes han tenido una actitud a la defensiva y creo que me merezco saber porque...

-No, no necesitas saber y tampoco lo entenderias - dijo Ami caminando a su lugar para comenzar a recoger nuestras pertenencias.

-¿Cómo sabes que no lo entenderé, si no me lo dices? - insistí caminando hacia ella.

-Basta, Kai, es un tema de adultos... - se esforzaba por mantener la calma.

-¿Un tema de adultos? ¿Esa es tu excusa para no dejarme ir a casa?

-Esa no es nuestra casa.

-¡Claro que la es! Crecí en Marley, dijiste que Marley era nuestro primer hogar - no la entendía y tampoco entendía porque Levi no intervenía y me apoyaba -, lo acabas de decir, ¡nuestra familia empezó allá!, ¡mis primeros amigos están allá!, ¡los ABUELOS Braun nos esperan en Marley!

-¡LOS ABUELOS YA NO ESTÁN!

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora