📖SESENTA Y UNO📖

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-¡arriba dormilón! - me gritaron.

Toda la semana había leído sin parar el diario, había intentado no llorar cuando pasaban partes no tan agradables y me había contenido de soltar una que otra carcajada por las muchas similitudes de mi madre con su versión joven. No había habido mucho que hacer en la semana más que lo normal y cotidiano; ni siquiera Levi parecía demasiado ocupado y por eso hiba y venía por toda la casa causándole dolor de cabeza a Ami.

Pero era sábado, la semana había acabado y con ella la rutina.

-5 minutos más - me queje cubriendome con la cobija.

Desvelarme leyendo era mi pequeño gran mal hábito, ni porque leía durante el día era suficiente y menos cuando me quedaba en partes tan interesantes como la de anoche. ¿Qué pasó con mis padres después de esa trágica expedición juntos? ¿En qué momento se volvieron capitanes? ¿Qué les dijo Erwin?

-ni hablar, ya son las 6 am, todo están por llegar - dijo mi madre abriendo las cortinas de par en par dejando entrar los ligeros ratos de luz matutina.

-mamá, piedad... - suplique intentando conciliar el sueño.

No escuche respuesta y eso me hizo pensar que quizá si me dejaría dormir un poco más (4 horas de sueño no es nada bueno) , pero en su lugar tiro de mis cobijas pegándome un susto de muerte.

-¡ah! Ya no hay respeto - me queje enfarruñado por no poder dormir. Ami soltó una carcajada y se fue riendo con todo y mi cobija - ¡papá! ¡Dile algo a tu esposa!

-es tu madre aunque la odies justo ahora - me recordó mi padre apareciendo en el humbral de mi puerta con una sonrisa maliciosa y una taza de té en la mano.

-es muy temprano para hablar de bandos - dije dejándome caer rendido en la cama, con o sin cobija eso no me impediría dormir.

-es tu culpa por querer ir a la playa - me señaló Levi divertido antes de bajar a la cocina.

-¿la playa? - pregunté a la nada.

Al inicio de la semana lo había mencionado, pero no esperaba que realmente pudiera planearse tan anticipadamente, además, los últimos días me había divertido con la normalidad de los días y con mis padres que había olvidado por completo aquel viaje.

Aún sin estar seguro de que pasaba, baje a desayunar, en pijama y aturdido.

-Buenos días, Koinu - saludo alegre Ami.

"Que contraste a la Ami del diario", pensé entrando a la cocina.

-serian buenos sin la emboscada de hace unos instantes - me queje mientras bostezaba.

Ami soltó una risilla y me sirvió el desayuno; mientras tanto, Levi apareció desde la biblioteca aún con su taza de té, se sentó conmigo y me analizó como cada mañana.

-¿no volviste a dormir? - pregunto de la nada justo antes de tomarle de aquella forma tan extraña a su taza.

-si dormi, que afirme que haya dormido suficiente es otra cosa diferente - dije comenzando a comer la avena de cada día.

-parece que los días tranquilos le alteran el sueño a cualquiera - comenzó Ami sentándose frente a mi con su taza de té.

No estaba seguro si ellos desyunaban, aunque lo más seguro era que si ya que Levi prácticamente no dormia y Ami se levantaba tan temprano que a veces sentía que yo despertaba exageradamente tarde aunque siempre fueran entre 8 o 9 am.

-por supuesto y tu eres de las más afectadas - dijo Levi sarcástico.

Sonreí divertido, el sueño ligero de mi madre era una total mentira como el que mi padre detestara quejarse.

-Levi, amor, ¿quieres hacerle una visita a lo profundo del mar? - le dijo Ami con una sonrisa muy intimidante que, en realidad, no causaba demasiado efecto en Levi.

-adelante cariño, inténtalo - le reto Levi con toda tranquilidad.

No entendía que estaba pasando, era cierto que mi madre había adorado el pequeño detalle de mi padre de las flores el lunes, pero desde entonces cada que los veía sentía que estaban cambiando demasiado deprisa, o más bien, parecía que veía los mismos estira y afloja que narra Levi en su diario.

Tuvieron una ligera conversación con la mirada por un rato, mientras tanto yo desayune tranquilamente.

-ve a cambiarte y prepara tu maleta de playa - ordenó mi madre cuando informe que había terminado. - Armin, Michele y Kikyō llegarán en 20 minutos.

Ahora que ya estaba comido y más despierto, me permití aceptar que era real que el viaje a la playa era este mismo día. Así pues, con entusiasmo y energía subí corriendo las escaleras y me prepare, para después tender mi cama (con la cobija que robe al subir) y alistar mi maleta que consistía en nada más y nada menos, que una muda de ropa y una toalla. Cuando estaba casi listo mire el diario que había dejado confiadamente sobre la cómoda a lado de mi cama, dudaba si era buena idea llevármelo o no...

-¡Kai! Llegaron, hora de irnos - grito Ami desde la plata baja.

-¡ya voy! - le respondí dejando el diario en su habitual escondite.

No me arriesgaría a llevar alto tan importante para extraviarlo o mojarlo, mi curiosidad tendría que esperar. Baje corriendo las escaleras y del mismo modo me acerque a la puerta donde ya me esperaba Levi para cerrar.

-¿llevas todo? - pregunto cuando llegue a su lado.

-según yo si - le respondí haciendo una revisión mental de lo que llevaba.

-bien, andando - dijo y cerró la puerta con llave.

Ambos nos acercamos al auto de Armin, donde ya nos esperaban Michele, Kikyō y mi madre.

-¡Hola, Kai! - saludo Armin con notado entusiasmo, como olvidar lo mucho que le fascina el mar.

-¡hola, tío! - le respondí con una sonrisa.

Subimos todos al auto, era uno de los recientes inventó de Marley y solo muy pocos los usaban aquí en Paradis, la mayoría seguían usando carruajes tirados por caballos o bien, el propio tren.

-Kai, escuche que fuiste con la reina - saludo Michele cuando estuvimos en marcha.

-si, ella e Ymir le mandan saludos a Kikyō - respondi recordando mi visita a la ciudad.

-pensé que estaría molesta porque prometimos ir a verla en vacaciones - añadió la hija de Armin en voz baja sin apartar la mirada de la ventana.

-no creo que lo recuerde - pensé sin yo mismo recordar aquello.

-bueno, en una semana regresan a la escuela, podrán pasar a verla por las tardes - añadió Armin de su siento de piloto.

El resto del viaje fueron pláticas de adultos, en su mayoría sin nada interesante. Parecía que Armin y Levi había olvidado su pequeña discusión de la fiesta.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora