CAPÍTULO 71 Spider-man

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Evie seguía en el suelo, sacando todas las zapatillas de tacones altos de su madrina, le llamaron la atención e intentó ponérselas, parándose sobre ellas, trató de caminar pero caía al suelo, le daba risa como es que no lograba caminar como Selena o su mamá, además de que le faltaba un calcetín, Charlie, iba a hacer algo que nunca ha probado, escalar cosas, su hermana era la experta en meterse en ese tipo de situaciones, él, la mayor parte de las veces, si no es que todas, solo era el espectador, colocó el primer pie dentro de uno de los cuadros del estante y luego el segundo, pensando como si fuesen unas escaleras enormes de las que siempre miraba en su casa y nunca le dejaban ir a ese lado, aquí podía hacerlo se sintió con la libertad de animarse.


Y de un momento a otro, él ya se encontraba hasta arriba. —¡Evie! — llamaba a su hermana para que lo viera.

—¡Ah! — rio de verlo ahí, ninguno de los dos estaba midiendo el peligro en ese momento, después de todo, aún no cumplían los dos años, seguían siendo un par de bebés todavía. —Yo— ella creyó que podía hacer lo mismo que su hermano, escalar el estante y llegar hasta arriba, por supuesto que podía hacerlo, ya era una maestra en eso.


Taylor luego de hacer los biberones con leche, subió tranquilamente las escaleras, entrando de nuevo a la habitación. —Ya tengo la leche, bebés— entró diciendo. —¿Bebés? — miraba a todos lados. —¿Sel? — miraba confundida en todos lados.

Selena salió del baño toda mareada, la mañana no estaba pintando bien para ella.

—Sel, ¿Y mis hijos? — le preguntó.

—Ay, no... Perdón, perdón Tay, entré a vomitar y... Mierda— se asustó, porque obviamente, ya no estaban ahí.

—Debí cerrar la puerta, es mi culpa, será mejor que los busquemos, antes de que hagan una locura— dijo Taylor preocupada.


Salieron de la pieza para buscarlos, Swift sabía que los dos estarían un poco en peligro al ser una casa que tiene todos los accesos abiertos, esperaba que solo estuvieran jugando con alguna cosa o haciendo un desastre nada más.

—Evie, nena, ¿Charles? — Taylor estaba asustada, podían estar en cualquier lado de la casa.

—No puede ser— Selena estaba asustada.

—¿Qué pasa? — Gracie se despertó, saliendo de su cuarto, confundida.

—No encontramos a los bebés— Selena le respondió.

—Son bebés, debe ser fácil tenerlos cerca—

—No sabes Gracie— Taylor rio, pero al mismo tiempo preocupada. —¡Evie!, ¡Charles! —

—Tal vez estén arriba— señaló, al ver un calcetín tirado en las escaleras que daban a la tercera planta.

—¡Vamos! — subieron pronto. —Es de Evie— la calceta rosa indicaba que subieron.


Ellas hicieron lo mismo, entrando al armario secundario de la actriz, primero miraron el desastre de las zapatillas regadas por todos lados.

—Parece que alguien se las puso— Gracie rio imaginando que estuvieron jugando a los disfraces.

—Sí, pero ¿Dónde están? — Taylor entró primero, esquivando los tacones que estaban tirados en el suelo.

Los mellizos estaban hasta arriba de los estantes, escondidos riendo en complicidad, para ellos era como un juego de las escondidas.

Gracie miró el camino de ropa tirada en los estantes, dirigiendo su mirada hasta arriba, sus ojos se abrieron por completo, los niños, estaban arriba. —Ummm, Sel, Tay—

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