CAPÍTULO 62 Sospechas

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Travis y Taylor estaban llegando a la finca Hadid en Pennsylvania, Gigi los había sorprendido con la noticia de que se mudaría con Bradley, su pareja actual, Khai se encontraba con Zayn en Londres, por lo que la reunión no contaría con niños esta vez.

La granja Hadid era enorme, Taylor adoraba que fuese en la carretera de Mechanicsville, Pennsylvania, eso le hacía siempre recordar sus raíces, no estaba muy cerca de donde ella nació, pero a algunas horas podía llegar también, las trece hectáreas de terreno daban a ofrecer mucho entretenimiento, tanto como la enorme casa de más de 400 metros, rustica, los establos con caballos, una hortaliza gigantesca, además de las piscinas y el área verde, podían hacer que su estancia fuera lo más cómoda.

—Tay— Travis la hablaba a su esposa quien se mostraba bastante mareada por el viaje, su negativa a tomar medicamentos ante la posibilidad de embarazarse le hacía pasar esos malos tragos.

—Odio marearme— dijo recargada de la ventana, estaba a punto de vomitar.

—Nena, espera— el enorme hombre buscaba desesperadamente una bolsa de plástico donde ella pudiera devolver el estómago, todo eso mientras estaba conduciendo, tuvo que detenerse.

—No puedo, Trav— se tapó la boca, aguantando la desagradable sensación de vomitar, no iba a resistir por mucho, sentía como todo ese líquido estomacal le subía por la garganta.

—Nena, aguanta, espera— se detuvo al lado de la carretera.

La rubia abrió la puerta y sin pensarlo dos veces, vomitó, Travis salió del auto, dando la vuelta para verla, no le importaba ver aquella desagradable escena, ese tipo de desechos no eran agradables para nadie, pero él, al llevar el embarazo de los mellizos junto a ella, luego el ser padre y ver lo mismo con sus hijos, le habían hecho la costumbre de ser inmune ante esas situaciones.

Se acercó para ver si se encontraba bien. —¿Te sientes mejor? — pudo verla, algo estaba diferente en su mirada.

—Sí, estoy mejor, tan solo debía sacar esto, supongo— tomó una botella de agua para enjuagarse la boca y buscó su cepillo de dientes de su bolso, no iba a llegar así de desaliñada a ver a su amiga.

—Ok, entonces, tomate tu tiempo, ¿Está bien? — desde ese momento, las sospechas de Travis iban a iniciar, era común que su esposa se mareara siempre en los viajes, lo sabía desde que comenzaron a salir, pero el modo en que se veía en ese instante era extraño, tampoco se quería hacer demasiadas ilusiones, después de todo, las pruebas de embarazo salieron negativas.


Posterior a dicho percance, el viaje continuó hasta la finca, al llegar, fueron recibidos por el personal de la modelo, los Hadid siempre han sido personas de alto poder monetario, pero, ahora todo eso era de Gigi, quien ha trabajado desde joven para tener lo que tiene y llegar hasta donde está, cuando Kelce estacionó el auto, volteó a ver a su esposa para asegurarse de que estaba bien.

—¿Te sientes mejor? — dijo al apagarse el motor.

—Sí, Trav, estoy mejor, tan solo creo que necesito una bebida fría, me da vueltas todo, pero voy a estar bien, ahora que estamos en suelo firme— rio.

—Ok, no salgas, espera a que me dé la vuelta—

Él siempre ha tenido esos gestos caballerosos de abrirle las puertas a su esposa, sea el lugar que sea y aunque vayan con su personal de seguridad el enorme hombre se encargaba de esa tarea, le gustaba mantener todo en orden, fijarse en todos lados, ver que estuviera bien, ahora que eran padres, más, así que, al bajar del auto, llegó hasta el lado de ella, abriendo la puerta por Taylor y dándole la mano para salir, Swift siempre iba a adorar y apreciar esos tratos, podía ser la cosa más simple del mundo e igual no era necesario que lo hiciera, pero le encantaba, no iba a negarlo, podía darle un toque de amor en todo lo que hacía.

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