No es momento PARTE 3

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No, no podía ser quien él creía que era, así que se lavó las manos y se regresó a su mesa, un poco desconcertado por la extraña voz que oyó en el baño, pero si se quedaba dentro para averiguar quién era y se equivocaba, eso iba a ser de lo más raro, por lo que mejor decidió volver con su esposa y amigos.

El enorme hombre se sentó al lado de Taylor, volteando a las mesas cercanas, nunca hacía eso porque se sentía tranquilo la mayor parte del tiempo cuando tenían al equipo de seguridad con ellos, así que no vio mayor problema, Patrick, de inmediato captó la inseguridad de su amigo, no pudo hablar frente a las chicas, así que tomó su celular y le mandó un mensaje.

"Veo tu cara, ¿A quién demonios viste en el baño?"

Él se hizo el tonto unos segundos para que su esposa no notara que hablaba con Mahomes por mensaje, teniéndolo frente. "Me estoy volviendo loco, creo que esa tacleada que me metieron hoy me dejó mal de la cabeza"

"Vamos, dime, me intrigas, ¿Qué pasa?" odiaba tanto misterio.

"Me pareció oír al idiota de Joseph Alwyn en el baño"

"¿Hablas en serio?" lo vio con los ojos abiertos y dejó el celular en la mesa al notar que su esposa lo fulminó con la mirada, ella odiaba que estuviera pegado al móvil cuando compartían tiempo.

—¿Asunto importante? — Brittany lo vio.

—Ah, sí... Perdón, era Andy, tranquila, ya le respondí.

—Ok—

¿Cómo comprobar que él es quien estaba en el baño?, lo más adecuado sería no meter las manos, el londinense tenía una orden de restricción, pero... recordó una cosa bastante importante que ambos han pasado por alto, las ordenes de restricción en su mayoría, duraban dos años, SOLO DOS AÑOS, el tiempo que Taylor hizo todo ese movimiento legal con la ayuda de Carol Paine y sus abogados había caducado, ¿Era legal que caducaran de ese modo?, él no sabía una mierda de leyes y eso le frustró.


Taylor pudo percibir la incomodidad de su esposo, ¿Le estaba pasando algo?, sería penoso que la mente de su hombre estuviera pensando en la conversación que tendría con Andrea y no en acabar la noche teniendo sexo. —Travie— la rubia volteó a verlo.

—¿Sí? — trató de volver a la realidad.

—¿Te sientes bien? — le acarició el brazo.

—Sí, sí, es solo que ya me muero de hambre— mintió, odiaba mentirle, pero esta vez era necesario, no estaba seguro si era Alwyn, ella embarazada no era el momento de hacerla pasar por una cosa así.

—Ok, entonces puedes comer— vio que ya les servían. —Seguro que solo es eso, ¿Eh? —

—Sí nena, calma— tomó su mano y la besó.

Los hermosos ojos de Taylor miraban a su esposo, por supuesto que lo conocía perfectamente y ella sabía de primera mano que algo pasaba, pero si no le decía, era por una razón tal vez importante, así que lo dejaría pasar.

—No me estás creyendo, ¿Verdad? — Travis rio, ella lo conocía muy bien.

—Dejemos ese tema para luego, muero de hambre—

La cantante estaba hambrienta, tomó una rebanada de pizza, por su parte, Travis perdió el apetito por completo, se moría de ganas de salir del lugar y llamarle a Carol para averiguar que mierda estaba pasando, estaba atado de manos sin duda, Patrick se dio cuenta del estrés que su amigo tenía, ¿Podría ser cierto que el tipo de Londres estuviera ahí?, parecía imposible, se supone que tenía una orden de restricción, ¿O ya no?

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora