La Saeta de Fuego

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HARRY POTTER PERTENECE A J.K.ROWLING

Ahora leo yo_ dijo Justin, levantándose para recibir el libro.

La Saeta de Fuego_ leyó con una sonrisa.

Entonces sabremos como la conseguiste_ preguntó Ernie emocionado.

Tal vez_ dijo Harry pensativo, mientras hacía una mueca al igual que Ron y Hermione, sabiendo que se venían sus peleas.

Harry no sabía muy bien cómo se las había apañado para regresar al sótano de Honeydukes, atravesar el pasadizo y entrar en el castillo. Lo único que sabía era que el viaje de vuelta parecía no haberle costado apenas tiempo y que no se daba muy clara cuenta de lo que hacía, porque en su cabeza aún resonaban las frases de la conversación que acababa de oír.

Fue bastante duro, verdad_ preguntó Susan suavemente.

Lo fue_ asintió Harry_ no podía creer que mis padres murieron por confiar en la persona equivocada_ suspiró negando con la cabeza.

Compresible_ dijo Daphne dándole una pequeña sonrisa intentando animarlo.

Y aun después de saberlo se lleva tan bien con quien provocó la muerte de sus padres_ dijo Umbridge, antes de callarse ante la mirada fría que Sirius le dio, su ahijado no necesitaba sus comentarios en ese momento.

¿Por qué nadie le había explicado nada de aquello? Dumbledore, Hagrid, el señor Weasley, Cornelius Fudge... ¿Por qué nadie le había explicado nunca que sus padres habían muerto porque les había traicionado su mejor amigo?

Sabíamos que se lo tomaría mal_ dijo Fudge_ no hubiera podido manejarlo.

Lo que pasó no era algo que se pudiera ocultar_ dijo Harry, empezando a cansarse de esa discusión_ debieron decírmelo para que no me enterara de esa manera.

Empiezo a darme cuenta de eso_ suspiró Molly, ella solo quería protegerlo, pero parecía que esa no era la mejor forma.

Ron y Hermione observaron intranquilos a Harry durante toda la cena, sin atreverse a decir nada sobre lo que habían oído, porque Percy estaba sentado cerca.

Eso explica su comportamiento_ dijo Percy recordando como lucían esa noche.

No sabíamos que decir sin que sospecharas lo que estaba pasado_ dijo Ron.

Cuando subieron a la sala común atestada de gente, descubrieron que Fred y George, en un arrebato de alegría motivado por las inminentes vacaciones de Navidad, habían lanzado media docena de bombas fétidas.

No me diga_ dijo Umbridge con dulzura, pero antes de que pudiera castigarlos, Justin continuó leyendo fingiendo no haberla escuchado.

Harry, que no quería que Fred y George le preguntaran si había ido o no a Hogsmeade, se fue a hurtadillas hasta el dormitorio vacío y abrió el armario.

Te buscamos_ dijo George.

Queríamos saber cómo te había ido_ asintió Fred_ pero entendemos que no quisiera hablar de eso_ dijo ganándose una pequeña sonrisa de Harry.

Echó todos los libros a un lado y rápidamente encontró lo que buscaba: el álbum de fotos encuadernado en piel que Hagrid le había regalado hacía dos años, que estaba lleno de fotos mágicas de sus padres.

Todos fruncieron el ceño, preguntándose qué era lo que estaba buscando, aunque algunos parecían haber comprendido.

Se sentó en su cama, corrió las cortinas y comenzó a pasar las páginas hasta que... Se detuvo en una foto de la boda de sus padres.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora