Percy y Canuto

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

A la mañana siguiente todos se dirigieron al gran comedor, el director pensó que era mejor dejarlos desayunar antes de empezar a leer.

Te ves cansado_ dijo Remus a Sirius.

No dormí nada anoche_ dijo Sirius reprimiendo un bostezo_ Amelia y yo estuvimos hablando toda la noche después de hechizar un par de cosas, estaba demasiado enojado.

Yo igual_ dijo Remus_ me fui a las cocinas a tomar algo a ver si lograba dormir.

Me hubieras avisado_ dijo Sirius_ Amy te lo habría agradecido, estoy seguro que se durmió un par de veces mientras me escuchaba.

No lo hice_ aseguró Amelia, mientras Sirius la abrazaba por la cintura y ponía su cabeza en su hombro.

Al menos ustedes no tuvieron que soportar a Umbridge toda la noche_ dijo Tonks_ te importa_ le preguntó a Remus que la miró confundido hasta que Tonks, se acomodó en su brazo y cerró los ojos_ si me duermo me despiertas_ le pidió, Remus sonrió y la abrazó para que se acomodara mejor.

En el siguiente descanso tendremos nuestra charla, cachorro_ dijo Sirius cuando Harry acabó su desayuno_ no creas que lo he olvidado.

No esperaba que lo hicieras_ suspiró Harry.

Muy bien_ dijo el director_ quién quiere leer ahora_ preguntó.

Lo haré_ dijo Padma recibiendo el libro.

Percy y Canuto_ leyó.

Supongo que no será bueno_ dijo Alicia viendo la mueca que hacía Percy intuyendo lo que saldría.

Supones bien_ suspiró Percy.

No te vas a quejar de que tienes que compartir capítulo_ preguntó Harry.

Claro que no_ respondió Sirius_ pero canuto debería ir primero_ le informó, haciéndolo rodar los ojos.

Al día siguiente, Harry fue el primero que despertó en el dormitorio. Se quedó un momento tumbado y contempló el polvo que se arremolinaba en un rayo de sol que entraba por el espacio que había entre las cortinas de su cama adoselada, saboreando la idea de que era sábado. La primera semana del curso había sido interminable, como una gigantesca lección de Historia de la Magia.

Fue la pero primera semana de mi vida_ dijo Harry.

Pero después mejoró_ preguntó Collin.

En ciertos momentos_ dijo Harry pensativo.

Pero ahora será mejor_ dijo Ron, todos asintieron dándoles miradas de reojo a Umbridge que parecía bastante cansada, ni siquiera se había puesto ese horrible lazo que le gustaba lucir.

A juzgar por el silencio que había en la habitación y el inmaculado aspecto de aquel rayo de sol, acababa de amanecer. Harry abrió las cortinas de su cama, se levantó y empezó a vestirse. Lo único que se oía, aparte del lejano piar de los pájaros, era la lenta y profunda respiración de sus compañeros de Gryffindor. Abrió con cuidado su mochila, sacó una hoja de pergamino y una pluma, y bajó a la sala común. Allí fue derecho hacia su butaca favorita, vieja y mullida, junto al fuego ya apagado, se sentó cómodamente en ella y desenrolló la hoja de pergamino mientras miraba a su alrededor. Los trozos de pergamino arrugados, gobstones viejos, tarros vacíos y envoltorios de chucherías que solían cubrir la sala común al final del día, habían desaparecido, así como los gorros de elfo de Hermione. Mientras se preguntaba cuántos elfos habrían conseguido la libertad, tanto si la querían como si no,

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora