El Departamento de Misterios

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Quien va a leer ahora_ preguntó Harry_ el capítulo anterior fue divertido, pero ahora quiero leer al ministerio.

Lo haré_ dijo Moody, recibiendo el libro.

El Departamento de Misterios_leyó .

Bien_ suspiré Harry_ aquí sabremos como estás.

Seguramente no hay de qué preocuparse_ dijo Sirius, esperando que ya se aclararan las cosas.

Harry enredó duro la mano en la crin del thestral que tenía más cerca, puso un pie sobre un tocón y se subió con torpeza al sedoso lomo del animal. El thestral no se resistió, pero torció la cabeza hacia un lado, mostrando los colmillos, e intentó seguir lamiendo la túnica de Harry.

No cualquier día puede probar algo así_ dijo Dennis, algunos rieron, pero otros hicieron muecas de asco.

Creen que nos llevarán rápido_ preguntó Harry.

Seguramente_ dijo Amelia.

Encontré la manera de apoyar las rodillas detrás de las articulaciones de las alas, con lo que se sintió más seguro; Luego se volvió y miró a sus compañeros. Neville se había subido al lomo de otro thestral e intentó pasarle una pierna por encima. Luna ya se había montado de lado en el suyo, y se estaba arreglando la túnica como si hiciera aquello a diario.

De Luna no me sorprendió_ dijo Ginny, varios asintieron mirando a Luna que simplemente escuchó.

Ron, Hermione y Ginny, en cambio, siguieron de pie y sin moverse, boquiabiertos y mirando a los demás. — ¿Qué pasa? —preguntó Harry. —¿Cómo quieres que los montemos? —dijo Ron con voz queda—. Si nosotros no podemos ver a esos bichos… —¡Ah, es muy fácil! —comentó Luna; se bajó solícitamente de su thestral y fue hacia donde estaban Ron, Hermione y Ginny—. Venid aquí… Los guió hacia donde se encontraron los otros thestrals y, uno a uno, los fue ayudando a montar. Los tres parecían muy nerviosos mientras Luna les enredaba una mano en la crin del animal y les decía que se sujetaban con fuerza; Luego Luna volvió a montar en su corcel.

Gracias Luna_ murmuraron Ron, Hermione y Ginny, bastante nerviosos ante la idea de montar los Thestrals.

Será como volar una escoba_ dijo Luna_ a penas se apareció_ agregado viendo las caras de los tres que no pudieron verlos.

Bueno_ murmuraron Ron y Ginny, pero Hermione no parecía más calmada.

—Esto es una locura —murmuró Ron palpando con la mano que tenía libre el cuello de su caballo—. Es una locura… Si al menos pudiera verlo… —Yo en tu lugar no me quejaría de que siga siendo invisible —dijo Harry siniestramente—.

No puedes culparme por estar incómodo en ese momento_ dijo Ron.

Supongo que no_concedió Harry.

¿Estáis preparados? —Todos asintieron, y Harry vio cinco pares de rodillas apretándose bajo las túnicas—. A ver… —Miró la parte de atrás de la reluciente y negra cabeza de su thestral y tragó saliva—. Bueno, entonces… Ministerio de Magia, entrada para visitas, Londres —indicó, vacilante—.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora