Navidad en la sala reservada

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Quién quiere leer ahora_ preguntó el director.

Lo haré_ dijo Kingsley, recibiendo el libro y empezando la lectura de inmediato.

Navidad en la sala reservada_ leyó.

La sala reservada_ preguntó Collin.

Es donde están mis padres_ dijo Neville, frunciendo el ceño, preguntándose si se encontraría con Harry en las vacaciones.

¿Era por eso por lo que Dumbledore ya no miraba a Harry a los ojos? ¿Acaso esperaba ver a Voldemort mirando a través de ellos? ¿Temía quizá que el verde intenso de los ojos de Harry se tornara de pronto rojo, y que sus pupilas se convirtieran en dos rendijas felinas?

No es eso Harry_ aseguró el director.

Eso no ayuda_ dijo Harry_ lo único que serviría es que me dijera lo que está pasando_ añadió sin despegar su vista del libro.

Harry recordó cómo en una ocasión la cara de serpiente de Voldemort había salido de la parte de atrás de la cabeza del profesor Quirrell, y se pasó una mano por la nuca, preguntándose qué ocurriría si Voldemort saliera de pronto de su cráneo.

Eso no será posible, verdad_ preguntó Harry alarmado.

Claro que no, Harry_ dijo Remus, con tono tranquilizador, pero parecía que nada de lo que le dijeran a Harry, serviría.

Se sentía sucio, contaminado, como si llevara dentro un germen mortal; no era digno de ir sentado en un vagón de metro, de regreso del hospital, con gente inocente y limpia, cuyas mentes y cuyos cuerpos estaban libres del estigma de Voldemort…

Incluso si Voldemort te estuviera poseyendo, no seria tu culpa_ dijo Sirius con firmeza_ así que deja de pensar tan bajo de ti_ añadió.

Eso no te haría menos digno o sucio o menos inocente_ asintió Blaise, siendo el único que notó la tensión que se apoderó del cuerpo de Ginny.

Él no sólo había visto la serpiente: él era la serpiente, ahora lo sabía… Entonces se le ocurrió algo verdaderamente terrible,

Más terrible_ preguntó Daphne_ qué puede ser peor que lo que has pensado hasta ahora, Harry se encogió de hombros, sin querer saber que se le había ocurrido ahora.

un recuerdo que surgió de su mente y que hizo que las entrañas se le retorcieran como si fueran serpientes. «¿Qué busca, aparte de seguidores?» «Cosas que sólo puede conseguir furtivamente… como un arma. Algo que no tenía la última vez.» «Yo soy el arma —pensó Harry, y fue como si por sus venas corriera veneno en lugar de sangre, un veneno que lo dejó helado e hizo que rompiera a sudar mientras se mecía con el tren por un oscuro túnel—.

Eso mismo pasaba en la sala.

Eso es lo que está pasando_ preguntó Harry empezando a hiperventilar_ yo soy el arma que busca.

No_ dijo Albus_ tu no eres el arma_ aseguró.

Intenta calmarte, Harry_ dijeron Sirius y Remus acariciando su espalda_ tu no eres el arma y todo lo que pasa debe tener una explicación_ Harry asintió, tomando unas cuantas respiraciones.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora