La memoria de Slug

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Harry Potter pertenece a J.K.ROWLING

Quien quiere leer ahora_ preguntó el director.  

Yo lo hare_ se ofreció Minerva.  

La memoria de Slug_ leyó frunciendo el ceño, eso hizo que el director se mostrara muy interesado.  

Unos días después de año nuevo, por la tarde, Harry, Ron y Ginny se alinearon frente a la chimenea de la cocina para regresar a Hogwarts. El ministerio había arreglado esta inusual conexión a la Red Flu para que los alumnos pudieran regresar de una manera más rápida y más segura a la escuela.  

Me parece bien_ dijo Molly.  

Eso definitivamente quitara un peso de encima_ asintió Arthur.  

Solo la Sra. Weasley estaba allí para despedirse, mientras el Sr. Weasley, Fred, George, Bill y Fleur estaban en el trabajo. La Sra. Weasley rompió a llorar al momento de la partida. En realidad, la habían visto poco últimamente, había estado llorando desde que Percy se marchó furioso de la casa el día de Navidad con los anteojos llenos de chirivía molida (hecho por el cual Fred, George y Ginny reclamaban crédito).  

Claro que lo hicieron_ dijo Percy secamente mientras todos reían de las miradas orgullosas de los tres.  

Seguramente te lo merecías_ dijo Ginny encogiéndose de hombros.  

 -No llores mamá.- dijo Ginny, dándole palmaditas en la espalda mientras la Sra. Weasley sollozaba en su hombro. –Está bien...- -No te preocupes por nosotros,- dijo Ron permitiéndole a su madre plantarle un húmedo beso en su mejilla –ni por Percy. Es un imbécil, no vale la pena, ¿no?- La Sra. Weasley sollozó más fuerte que antes mientras abrazaba a Harry fuertemente. -Prométeme que te cuidarás... Aléjate del peligro... – -Siempre lo hago Sra. Weasley,- dijo Harry.  

Cállense_ dijo Harry sonrojado cuando todos estallaron en carcajadas.  

Lo siento Harry, pero sabes que eso no es cierto_ dijo Ron.  

El peligro siempre me encuentra_ dijo Harry.  

Y cuando no lo hace, lo extrañas y vas a buscarlo_ dijo Hermione, Harry murmuró algo entre dientes que nadie escucho más que Ron y Hermione, que rieron.  

–A mí me gusta una vida tranquila, me conoce.- Molly esbozó una sonrisa húmeda y se echó hacia atrás.  

Eso no lo pueden discutir_ dijo Harry.  

Si te gustara una vida tranquila, no querrías ser auror_ dijo Sirius, recibiendo una mirada traicionada.  

–Sean buenos, todos... – Harry se paró sobre el fuego esmeralda y gritó – ¡Hogwarts!- Tuvo una última visión borrosa de la cocina de los Weasley y de la cara llena de lágrimas de la Sra. Weasley antes de que las llamas lo engulleran; girando muy rápido, vio rápidamente otros cuartos de magos, los cuales cambiaban antes de que pudiera echar un vistazo más amplio; luego aminoró la marcha, finalmente frenando en la chimenea del despacho de la Profesora McGonagall. Ella apenas si lo miró desde su escritorio mientras caía fuera del fuego. -Buenas noches, Potter. Trata de no ensuciar con ceniza la alfombra.-  

También la extrañe profesora_ dijo Harry con sarcasmo.  

Potter_ murmuró Minerva mientras todos sonreían divertidos.  

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora