La historia del trio de oro

El único al que temió

HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Quién quiere leer ahora_ preguntó el director.

Lo haré_ dijo Viktor, recibiendo el libro.

El único al que temió_ leyó.

Eso se refiere al director_ preguntó Daphne.

Así es_ dijo Albus.

—¡No se ha ido! —bramó Harry. No lo creía; no quería creerlo. Harry seguía forcejeando con Lupin con toda la fuerza que le quedaba, pero Lupin no lo entendía: había gente escondida detrás de aquella especie de cortina. Harry la había oído susurrar la primera vez que había entrado en la habitación.

Exacto_ dijo Harry_ qué eran esas voces.

Tal vez eran tus padres_ dijo Sirius con una pequeña sonrisa.

Mis padres_ preguntó Harry.

Debieron saber que ya era la hora de unirme a ellos y fueron a esperarme_ explicó Sirius.

Realmente pretendes que crea eso_ preguntó Harry.

Yo lo hago_ dijeron Sirius y Remus con sinceridad, Harry los miró sin saber que decir.

Sirius estaba escondido, sencillamente, estaba oculto detrás del velo… —¡SIRIUS! —gritó—. ¡SIRIUS! —No puede volver, Harry —insistió Lupin; la voz se le quebraba mientras intentaba retener al chico—.

Oh Remus_ dijeron varios, recordando que habían sido amigos desde los once años.

Tú también lo perdiste Remus_ dijo Harry muy bajito.

Él está aquí Harry_ dijo Remus_ no va a dejarnos por mucho tiempo_ añado intentando sonreírle.

No puede volver, porque está m… —¡NO ESTÁ MUERTO! —rugió Harry—. ¡SIRIUS! Alrededor de Harry reinaba una gran agitación y surgían destellos de nuevos hechizos; pero era un bullicio sin sentido. Aquel ruido no tenía ningún significado para él porque ya no le importaban las maldiciones desviadas que pasaban volando a su lado, no le importaba nada

Tienes que salir de ahí_ dijo Fleur.

Para qué_ preguntó Harry_ qué importancia tiene_ preguntó.

Podrías salir lastimado, cachorro_ dijo Sirius, Harry simplemente se encogió de hombros sin parecer preocupado.

lo único que le interesaba era que Lupin dejara de fingir que Sirius, que estaba al otro lado del viejo velo tan sólo a unos palmos de ellos, no saldría de allí en cualquier momento, echándose hacia atrás el pelo negro, deseoso de volver a entrar en combate.

Me temo que no_ dijo Amelia con tristeza_ ahora sal de ahí, Sirius no querría que te lastimaras_ le recordó suavemente.

Sirius ya no está_ replicó Harry.

Pero tu sabes que me gustaría que hicieras_ dijo Sirius.  

Lupin alejó a Harry de la tarima, pero él, que no apartaba los ojos del arco, no entendía por qué Sirius lo hacía esperar tanto, y empezaba a enfadarse… Sin embargo, mientras seguía intentando soltarse de Lupin, a Harry se le ocurrió pensar que hasta entonces su padrino nunca lo había hecho esperar. Su padrino siempre lo había arriesgado todo para verlo, para ayudarlo. La única explicación posible a que Sirius no saliese de detrás del arco cuando Harry lo llamaba a voz en grito, como si su vida dependiera de ello, era que no podía regresar, que era verdad que estaba…