El regreso de Canuto

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Puedo leer yo_ preguntó Romilda levantando la mano.

Por supuesto_ aceptó Albus, así que Molly le pasó el libro.

El regreso de Canuto_ leyó con una sonrisa.

Sirius sonrió cuando los alumnos aplaudieron, emocionados por otra aparición del merodeador.

Espero que ahora si dejes de quejare por no tener tu propio capítulo_ le dijo Amelia.

Pero no es el regreso de Sirius_ respondió Sirius, haciéndola rodar los ojos.

Una de las mejores consecuencias de la prueba fue que después todo el mundo estaba deseando conocer los detalles de lo ocurrido bajo el agua, lo que supuso que por una vez Ron compartiera el protagonismo con Harry.

Eso es bueno_ dijo Molly sonriéndole a su hijo.

No sé qué tan bueno sea_ dijo Ron mirando a Harry con recelo y no ayudaba la sonrisa que tenía Romilda al haber leído un poco más.

Éste notó que la versión que Ron daba de los hechos cambiaba sutilmente cada vez que los contaba.

Era de esperarse_ dijo Charlie negando con la cabeza, mientras los Weasley que aun estaban en la escuela intentaban no reír ante el recuerdo.

Al principio dijo lo que parecía ser más o menos la verdad; por lo menos, coincidía con la versión de Hermione:

Buena forma de saber que Ron dice la verdad_ dijo George.

Suena a prueba de fallos_ asintió Astoria mientras Ron intentaba no sonrojarse.

Dumbledore había reunido en el despacho de la profesora McGonagall a todos los futuros rehenes y, después de asegurarles que no les pasaría nada y que despertarían al salir del agua, los había dormido mediante un hechizo.

Qué hechizo era_ preguntaron los gemelos.

Para que quieres saberlo_ preguntó Remus mirándolo con desconfianza.

Curiosidad_ respondió Fred encogiéndose de hombros, George asintió.

Claro_ dijo Sirius con sarcasmo_ no se los digas Minnie_ le dijo a minerva al ver a varios interesados, ganándose malas miradas.

No iba a hacerlo_ aseguró Minerva.

Una semana después, sin embargo, Ron contaba un emocionante relato de secuestro en el que se enfrentaba él solo a cincuenta tritones armados hasta los dientes, que habían tenido que reducirlo antes de poder atarlo.

Ron se puso muy rojo cuando sus amigos le dirigieron miradas divertidas, mientras los demás estallaban en carcajadas.

Alguien creyó eso_ preguntó Fleur entre risas, todos asintieron, sonrojando a varios de los estudiantes.

—Pero yo tenía la varita oculta en la manga —le aseguraba a Padma Patil, que parecía haberse vuelto más amable con Ron cuando éste se convirtió en el centro de atención, y le hablaba cada vez que se cruzaba con él por los corredores—.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora