Las cartas de nadie

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HARRY POTTER LE PERTENECE A JK ROWLING

Quien quiere leer ahora_ dijo Amelia, Sirius se levanto para recibir el libro, Amelia se lo entrego, pero al estar tan cerca no pudieron evitar mirarse directamente a los ojos, Sirius le sonrió y Amelia por su parte tuvo que hacer un gran esfuerzo para no sonrojarse, ella era la jefa del departamento de aplicación a la ley mágica, no una chiquilla enamorada; sin embargo ambos recordaban los momentos que vivieron en la academia de aurores, toda esta interacción duro solo un momento por lo que nadie se dio cuenta, salvo por tres personas, Molly y Tonks que se miraron y asintieron pensando en cómo podrían juntarlos, Molly creía que ella podría ser una gran "madrina" para Harry y hacer a Sirius un tutor responsable, Tonks pensaba que ya era hora de que su tío fuera feliz, por otro lado Remus no dejaba de sonreír, pues sabia que Amelia fue la única chica que a Sirius le importo, tal vez podrían darse una segunda oportunidad, tendría que hablar con su amigo y si conseguía que el trio interviniera, puedan convencerlo de intentar reconquistarla.

Las cartas de nadie_ leyó Sirius

La fuga del boa constrictor le acarreó a Harry el castigo más largo de su vida. Cuando le dieron permiso para salir de su alacena ya habían comenzado las vacaciones de verano y Dudley había roto su nueva videocámara, conseguido que su avión con control remoto se estrellara y, en la primera salida que hizo con su bicicleta de carreras, había atropellado a la anciana señora Figg cuando cruzaba Privet Drive con sus muletas.

Niño horrible_ murmuro Viktor, pero Oliver lo escucho y asintió.

Si yo me hubiera comportado así, mis padres me castigarían todo un mes_ le dijo Oliver, Viktor le agradaba y esperaba que pudieran ser buenos amigos.

Harry se alegraba de que el colegio hubiera terminado, pero no había forma de escapar de la banda de Dudley, que visitaba la casa cada día. Piers, Dennis, Malcolm y Gordon eran todos grandes y estúpidos, pero como Dudley era el más grande y el más estúpido de todos, era el jefe.

Se imaginan si las cosas funcionaran así en Hogwarts, tendríamos a Crabb y Goyle liderando a las serpientes- les dijo Ron a sus hermanos, Harry y Hermione se estremecieron al pensar en eso, nada bueno sale cuando el musculo quiere liderar.

Que pasa_ pregunto Fred al oído de Hermione al ver sus reacciones.

Nada Fred, simplemente nos imaginamos algo, pero no tiene importancia_ le respondió Hermione, algo nerviosa por tenerlo tan cerca, Fred asintió.

Pero si tuvieras un problema me lo dirías verdad, yo siempre te ayudare_ Hermione acepto algo confundida por la preocupación de Fred, George por su parte sonrió, tal vez su gemelo por fin estaba aceptando lo que sentía por la joven bruja.

Los demás se sentían muy felices de practicar el deporte favorito de Dudley: cazar a Harry. Por esa razón, Harry pasaba tanto tiempo como le resultara posible fuera de la casa, dando vueltas por ahí y pensando en el fin de las vacaciones, cuando podría existir un pequeño rayo de esperanza: en septiembre estudiaría secundaria y, por primera vez en su vida, no iría a la misma clase que su primo. Dudley tenía una plaza en el antiguo colegio de tío Vernon, Smeltings. Piers Polkiss también iría allí. Harry, en cambio, iría a la escuela secundaria Stonewall, de la zona. Dudley encontraba eso muy divertido. —Allí, en Stonewall, meten las cabezas de la gente en el inodoro el primer día —dijo a Harry—. ¿Quieres venir arriba y ensayar? —No, gracias —respondió Harry—. Los pobres inodoros nunca han tenido que soportar nada tan horrible como tu cabeza y pueden marearse.

Todos se echaron a reír.

Harry donde tienes escondido ese sentido del humor_ le pregunto George.

Donde ustedes no lo puedan encontrar_ le respondió Harry.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora