Alboroto en el Ministerio

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Leeré yo_ dijo Bill, recibiendo el libro de Alicia.

Alboroto en el Ministerio_ leyó, haciendo que los del ministerio gimieran internamente.

Lo que pasó en los mundiales nos causó demasiado problemas_ suspiró Fudge, sin querer recordar todo lo que tuvieron que hacer.

El señor Weasley los despertó cuando llevaban sólo unas pocas horas durmiendo. Usó la magia para desmontar las tiendas, y dejaron el cámping tan rápidamente como pudieron.

Es lo mejor_ dijo Sirius_ no creo que pase nada, pero es mejor que se vayan.

Al pasar por al lado del señor Roberts, que estaba a la puerta de su casita, vieron que tenía un aspecto extraño, como de aturdimiento. El muggle los despidió con un vago «Feliz Navidad».

Tuvimos que trabajar mucho en su memoria_ explicó Fudge cuando vio las miradas confusas de varios_ es normal que estuviera un poco confundido.

—Se recuperará —aseguró el señor Weasley en voz baja, de camino hacia el páramo—. A veces, cuando se modifica la memoria de alguien, al principio se siente desorientado... y es mucho lo que han tenido que hacerle olvidar.

Pero era lo mejor_ dijo Fudge_ no creo que hubiera superado lo que pasó esa noche.

Lo sabemos_ dijeron todos los alumnos sorprendiendo a Fudge al darle a razón.

Al acercarse al punto donde se hallaban los trasladores oyeron voces insistentes. Cuando llegaron vieron a Basil, el que estaba a cargo de los trasladores, rodeado de magos y brujas que exigían abandonar el cámping lo antes posible.

Todos estaban desesperados por irse_ dijo Kingsley con un suspiro_ solo pasaron la noche porque no tenían otra opción.

Seguro temían que los mortifagos regresaran_ dijo Augusta pensativa_ pero ellos no atacarían a plena luz_ aseguró, todos asintieron.

El señor Weasley discutió también brevemente con Basil, y terminaron poniéndose en la cola. Antes de que saliera el sol cogieron un neumático viejo que los llevó a la colina de Stoatshead. Con la luz del alba, regresaron por Ottery St. Catchpole hacia La Madriguera, hablando muy poco porque estaban cansados y no pensaban más que en el desayuno.

Eso era lo único que podría animarnos_ suspiró George.

La comida de mamá es mágica_ dijo Harry, todos asintieron, sacándole una sonrisa a Molly.

Cuando doblaron el recodo del camino y La Madriguera apareció a la vista, les llegó por el húmedo camino el eco de una persona que gritaba: —¡Gracias a Dios, gracias a Dios! La señora Weasley, que evidentemente los había estado aguardando en el jardín delantero, corrió hacia ellos, todavía calzada con las zapatillas que se ponía para salir de la cama, la cara pálida y tensa y un ejemplar estrujado de El Profeta en la mano.

Fue horrible despertar para encontrar esa noticia_ dijo Molly_ estaba tan asustada, no sabía si…_ no terminó, pero todos entendieron lo que quería decir.

Lo bueno es que esa noche no paso nada que no se pudiera solucionar_ dijo Arthur pasándole un brazo por los hombros, todos asintieron.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora