El centauro y el chivatazo

29 1 1
                                    

HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Quién quiere leer ahora_ preguntó el director.

Lo haré_ dijo Dennis, recibiendo el libro.

El centauro y el chivatazo­_ leyó frunciendo el ceño.

El chivatazo_ repitieron todos.

Alguien nos traicionó_ dijo Hermione apretando los labios, mientras los del ED intercambiaban miradas.

—Supongo que ahora lamentarás haberte dado de baja de Adivinación, ¿verdad, Hermione? —comentó Parvati con una sonrisita de suficiencia. Era la hora del desayuno, dos días después del despido de la profesora Trelawney, y Parvati se estaba rizando las pestañas con la varita y examinaba el resultado en la parte de atrás de una cuchara. Aquella mañana iban a tener la primera clase con Firenze.

Dean miró a Parvati con una ceja levantada.

Tiene algo de malo que me arregle_ preguntó Parvati sonrojándose.

Claro que no_ dijo Lavender, apoyando a su amiga.

—Pues no, la verdad —contestó Hermione con indiferencia mientras leía El Profeta—. Nunca me han gustado los caballos.

Hermione_ exclamaron varios sorprendidos, mientras los demás estallaban en carcajadas sonrojando a Hermione.

Seguro solo trato de callar a Parvati_ dijo Hermione.

Pasó la página del periódico y echó un vistazo a las columnas. —¡No es un caballo, es un centauro! —exclamó Lavender, indignada. —

Hay una gran diferencia_ asintió Lavender.

No creo que Firenze le guste que lo llames caballo_ dijo Hagrid.

No tiene que enterarse_ dijo Hermione con una sonrisa tímida.

Un centauro precioso, por cierto —añadió Parvati. —

No te puede gustar un centauro, Parvati_ dijo Dean.

No me gusta_ dijo Parvati_ simplemente me parece precioso.

Eso no es mejor_ murmuró Dean.

Ya, pero sigue teniendo cuatro patas —comentó Hermione fríamente—.

Es un buen punto_ concedieron varios.

Además, ¿vosotras dos no estabais tan disgustadas porque habían despedido a la profesora Trelawney? —¡Y lo estamos! —le aseguró Lavender—. Fuimos a verla a su despacho y le llevamos un ramo de narcisos, y no eran de esos que graznan de la profesora Sprout, sino unos muy bonitos.

Gracias niñas_ dijo Trelawney con cariño.

Esperamos poder animarla, aunque sea un poco_ dijo Lavender, Parvati asintió.

—¿Cómo está? —preguntó Harry. —No muy bien, pobrecilla —respondió Lavender con compasión—. Se puso a llorar y dijo que prefería marcharse para siempre del castillo a permanecer bajo el mismo techo que Dolores Umbridge, y no me extraña, porque la profesora Umbridge ha sido muy cruel con ella, ¿no os parece? —Tengo la sospecha de que la profesora Umbridge no ha hecho más que empezar a ser cruel —dijo Hermione misteriosamente.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora