La Marca Tenebrosa

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

Quién quiere leer ahora_ preguntó el director.

Lo haré_ dijo Alicia, recibiendo el libro antes de hacer una mueca_ tenía que tocarme este_ suspiró y leyó en voz alta.

La Marca Tenebrosa_ leyó, tensando a todos en la habitación.

Prefiere que lo lea uno de los profesores_ preguntó Albus, amablemente, Alicia negó.

Qué es la marca tenebrosa_ preguntó un primer año, preocupado por la reacción de sus compañeros.

Seguro se explica_ dijo Harry.

No le digáis a vuestra madre que habéis apostado —imploró a Fred y George el señor Weasley, bajando despacio por la escalera alfombrada de púrpura. —

No te habría gustado_ intentó Defenderse Arthur cuando su esposa lo miró mal.

Sigue_ le susurró Percy a Alicia para ayudar a su padre, ella asintió y continuó mientras todos escondían sus sonrisas.

No te preocupes, papá —respondió Fred muy alegre—. Tenemos grandes planes para este dinero, y no queremos que nos lo confisquen.

Lo necesitábamos_ asintieron los gemelos.

Para qué_ preguntó Collin.

Para nuestros productos_ dijo George_ algunos requieren materiales especiales_ explicó, Collin asintió.

Por un momento dio la impresión de que el señor Weasley iba a preguntar qué grandes planes eran aquéllos; pero, tras reflexionar un poco, pareció decidir que prefería no saberlo.

Sabía decisión_ dijo Remus con solemnidad.

Nunca le preguntes a un bromista sus planes_ aconsejó Sirius.

No exageren_ dijo Fred rodando los ojos, antes de mirar mal a su padre cuando les dio la razón a los merodeadores_ tu si quieres saber nuestros planes, verdad Hermione_ le preguntó.

Claro_ confirmó Hermione, haciéndolo sonreír_ así podría darles las detenciones que lograron esquiar por falta de pruebas_ dijo, haciendo reír a todos cuando los gemelos le dieron miradas indignadas.

Pronto se vieron rodeados por la multitud que abandonaba el estadio para regresar a las tiendas de campaña. El aire de la noche llevaba hasta ellos estridentes cantos mientras volvían por el camino iluminado de farolas, y los leprechauns no paraban de moverse velozmente por encima de sus cabezas, riéndose a carcajadas y agitando sus faroles. Cuando por fin llegaron a las tiendas, nadie tenía sueño y, dada la algarabía que había en torno a ellos, el señor Weasley consintió en que tomaran todos juntos una última taza de chocolate con leche antes de acostarse.

Era la unía manera de que pudieran dormir_ dijo Arthur_ los irlandeses no parecían querer detener las celebraciones.

Teníamos planes para celebrar toda la noche_ asintió Seamus_ no todos los días ganas la copa del mundo.

El ministerio no estaba feliz_ recordó Dean con una sonrisa_ pero no había forma de que le hicieran caso.

Nos quedó claro_ murmuró Fudge, rodando los ojos.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora