Una bandada de lechuzas

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HARRY POTTER PERTENECE A JK ROWLING

¿Quién quiere leer ahora?, preguntó el director.

Lo haré_ dijo Gerald, recibiendo el libro.

Una bandada de lechuzas — leyó.

Se refiere a las lechuzas del ministerio, verdad_ preguntó Adrián, Harry asintiendo.

No se supone que es solo una lechuza_ preguntó Luna, todos se encogieron de hombros y dejaron que la lectura continuara.

¿Qué? — Harry preguntó sin comprender. —¡Se ha marchado! —dijo la señora Figg, retorciéndose las manos—. ¡Ha ido a ver a no sé quién por un asunto de un lote de calderos robados! ¡Ya le dije que iba a desollarlo vivo si se marchaba, y mira! ¡dementores!

Ojalá Mundungus se hubiera quedado_ Daphne_ dijo haber tenido un testigo de lo que pasó.

Dudo que lo escucharan_ dijo Harry_ estaban decididos a expulsarme_ varios asintieron.

Como podíamos creer que realmente había dementores_ se defendió a Fudge.

Ahora que lo saben, hay que encontrar al culpable dijo Albus, Fudge avanzando rápidamente.

¡Suerte que informé del caso al señor Tibbles! Pero ¡no hay tiempo que perder! ¡Corre, tienes que volver a tu casa! ¡Oh, los problemas que va a causar esto! ¡Voy a matarlo! —Pero… —La revelación de que su chiflada vecina, obsesionada con los gatos, sabía qué eran los dementores que supusieron para Harry una conmoción casi tan grande como encontrar a dos de ellos en el callejón—.

Es verdad_ se defendió Harry cuando todos lo miraron.

Todo lo que ha pasado y te centras en eso_ preguntó Draco, negando con la cabeza.

Oh déjenle_ dijo Ginny_ es comprensible_ varios tuvieron que admitir que era cierto.

¿Usted es…? ¿Usted es bruja? —Soy un squib, como Mundungus sabe muy bien, así que ¿cómo demonios iba a ayudarte para que te defendieras de unos dementores?

No creo que Mundungus pudiera enfrentarse a los dementores_ dijo Remus con una mueca.

Probablemente no_ concedieron todos.

Te ha dejado completamente desprotegido, cuando yo le advertí… —Ese tal Mundungus ha estado siguiendome? Un momento…, ¡era él! ¡Él se desapareció delante de mi casa! —

Así que ese fue el ruido que escuchaste_ dijo Astoria, Harry asintió.

Sí, sí, sí, pero por fortuna yo había apostado al señor Tibbles debajo de un coche, por si acaso, y el señor Tibbles vino a avisarme, pero cuando llegué a tu casa ya no estabas, y ahora… ¡Oh! ¿Qué dirá Dumbledore?

No mucho_ murmuró Harry_ Dumbledore no ha dicho mucho este año_ se obtuvo una palmada reconfortante de Ron.

¡Eh, tú! —le gritó a Dudley, que estaba tumbado en el suelo del callejón en posición supina—. ¡Levanta tu gordo trasero del suelo, rápido! —

Eso no era necesario_ dijo Petunia.

Después de todo lo que Dudley le ha hecho entender que no sea muy amable_ refutó a Harry.

La historia del trio de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora